En las tierras centroamericanas existe una especial y exótica mezcla de misticismo y magia que rodean la celebración de la esperada Semana Mayor, nombre que recibe la Semana Santa en esa zona.
De especial atención son las diversas alfombras hechas a mano, que durante la Cuaresma enmarcan las tradiciones de la época, las cuales se mezclan con despliegues de diseños religiosos decorados con colores vivos, exquisitos platos y diversas procesiones.
La celebración religiosa está enmarcada por la diversidad étnica que distingue a Centroamérica. Además, el clima tropical y las diferentes manifestaciones de la época, más allá de la fe y la religión, brindan una especial fusión de tradiciones única de esta región.
Calles decoradas con alfombras de flores naturales
Entre los aromas de la Semana Santa se encuentran el incienso, el corozo (fruto de varias especies de palmas espinosas), el copal y la mirra, lo cual enmarca una característica esencia al pasar de las esperadas procesiones. Como parte del ritual religioso se elaboran alfombras especiales para cada uno de los días santos, con diseños que mezclan la arena, aserrín teñido, flores, polvo de minerales y el característico corozo.
La elaboración de las alfombras de flores es una de las tradiciones más populares de Centroamérica. Dentro de las más espectaculares de la región se encuentran las realizadas en la pequeña ciudad colonial Antigua Guatemala, en donde se celebran procesiones increíbles como la consagrada imagen de Nuestra Señora de la Merced y la procesión de Jesús Nazareno de Santa Catalina de Bobadilla.
En esta ciudad se registra la creación de alfombras más antiguas en la región, la primera procesión data en la ciudad de Santiago de los Caballeros y fue creada el 10 de marzo de 1543.
Por su parte, en el popular barrio situado en la ciudad de León, Nicaragua, existe una bella tradición para la procesión de viernes Santo. Desde primera hora una multitud acude a las llamadas ‘Calles de las Alfombras’ para observar las ofrendas de arte que preparan los artesanos locales para la procesión del Santo Entierro; en esta centenaria tradición se realizan alrededor de 40 alfombras para cumplir con los requisitos que merece la celebración.
Por su parte en El Salvador, las celebraciones de Semana Santa se realizan en las ciudades de Chalchuapa, Sonsonate y el declarado Patrimonio Cultural Intangible, Izalco. En Honduras las principales celebraciones tienen lugar en Tegucigalpa y en Comayagua.
En la ciudad de Panamá una de las procesiones de mayor tradición es la del Jesús Nazareno de Atalaya. Como tradición los asistentes recorren largas distancias como muestra de agradecimiento por los milagros obtenidos, además de realizar peticiones especiales que cumplen con su fe católica.
Uno de los lugares más visitados por los panameños en estas fechas es la comunidad de La Trinidad donde existe la creencia de que un centenario ‘árbol de granadillo’ plantado en este caserío, tiene poderes curativos e incluso, milagrosos.
Centenares de personas llegan a recoger sus flores y encienden velas, ofrecen oraciones y piden favores por su salud.
Una carrera muy tradicional
En cuanto a Belice, ya es tradición la carrera ciclista cross country del Sábado Santo. Con un trayecto de más de 230 kilómetros de ida y vuelta entre Belice City y San Ignacio, miles de espectadores acuden al recorrido para apoyar a los participantes.
Más allá de la gastronomía típica
La llegada de diversas frutas de temporada enmarca la gran diversidad de aromas que se encuentran en los dulces elaborados con conservas de frutas, tales como grosella, jocote, tamarindo papaya o coco, en Nicaragua y Guatemala.
En Costa Rica es muy típico comer miel de chiverre, una fruta parecida a la calabaza y en el Salvador, se suelen servir diversos platos elaborados con dulce de panela, tales como jocotes, pan, mangos y camotes en miel.
Otra comida muy conocida en la época y famosa en todos los países de la región, son las conocidas torrejas. Pueden ser de pan, arroz o pinol y suelen ir acompañadas de la exótica bebida chilate.
En conclusión, la época de Semana Santa en Centroamérica es especial ya que esta envestida de pasión y fervor religioso, así como de posibilidades de visitar sitios turísticos, iglesias y degustar platos únicos de la región tropical.