Se trata de un destino como pocos en Europa donde se puede disfrutar de la naturaleza o de una cultura muy distinta a la nuestra, con tranquilidad y paz.
Un país algo desconocido para muchos o del que solo nos llegan ideas negativas y prejuicios, Rumania esconde un gran número de destinos increíbles donde disfrutar de unas vacaciones inolvidables. La zona de Transilvania es, tal vez, la más interesante de todas. Sus montañas, sus bosques, sus carreteras con serpentinas, sus pueblos y sus castillos… Se trata de un destino como pocos en Europa donde se puede disfrutar de la naturaleza o de una cultura muy distinta a la nuestra, con tranquilidad y paz.
Si quieres visitar Rumanía, lo primero que no debes llevar en tu mochila son las prisas. Actualmente, el país todavía no cuenta con muchos kilómetros de autovía y, por lo tanto, la mayoría de los trayectos se deben hacer por carreteras convencionales, que, a pesar de estar en buen estado, pueden cambiar la percepción de las distancias y los tiempos que tenemos en España. Ello puede ser visto como una barrera, pero también es una oportunidad para poder disfrutar con tranquilidad de todos los paisajes y poder cruzar todos los pequeños municipios de la región. Para que nos podamos hacer una idea, lo normal es que la velocidad media en los trayectos sea de unos 90 kilómetros por hora en aquellas carreteras que puedan ser más rectas. La mitad en las carreteras de montaña y algo menos, en ambos casos, siempre que tengamos un camión delante que vaya más despacio que nosotros.
Una de las cosas que más llama la atención de Transilvania es su naturaleza. Los Cárpatos ofrecen bosques, lagos y ríos extraordinarios que son difíciles de encontrar en nuestro país y te transportan a un lugar de cuento. De entre ellos, destaca el lago Sfânta Ana, en Harghita. Una reserva natural donde se recomienda no dar de comer a los osos para que no se acostumbren a los humanos y así puedan protegerse de los cazadores. Por cierto, para los amantes de los animales Transilvania cuenta con una interesante fauna que puede hacer vuestro viaje mucho más interesante.
Otros lugares de cuento son los castillos y las ciudades con cierto carácter medieval que hay en la región. Hablamos de castillos que han aparecido en películas como Drácula o Dragon Heart. Estos también trasladan a un mundo de fantasías y la verdad es que la región esconde muchas joyas dignas de disfrutar. Además, hay ciudades que aún conservan su carácter medieval y te hacen viajar en el tiempo. Hablo de lugares como el Castillo de Bran, Castillo Hunyad o las ciudades de Brasov y Sighisoara.
Por su parte, también hay que degustar la gastronomía tradicional, así como la famosa Palinka y, cómo no, el carácter amable y acogedor de los rumanos que hacen disfrutar aún más de la experiencia.