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El “slow travel” parece haber llegado para quedarse

El influyente libro “1000 lugares para ver antes de morir” de 2003, y el filme de 2007 “The Bucket List” contribuyeron a la tendencia de viajes que ha dominado este siglo: la carrera desenfrenada por visitar tantos lugares como sea posible. Este imperativo ha sido estimulado por la proliferación de tarifas aéreas competitivas, el crecimiento de la clase media global y, durante la última década, la envidia de Instagram. 

Pero más recientemente han surgido fuerzas contrarias, como la vergüenza de volar y las restricciones impuestas por destinos que sufren de exceso de turismo, como Islandia y Angkor Wat. Luego vino la pandemia de la COVID-19.

Los viajeros comenzaron a conformarse con Zoom y Duolingo, el aire de la India se volvió lo suficientemente claro como para ver el Himalaya de nuevo y los barceloneses reclamaron para sí mismos las habitualmente abarrotadas Las Ramblas.

Ahora, a medida que el mundo comienza a abrirse de nuevo, muchos proveedores buscan preservar esos beneficios adoptando el creciente espíritu del “slow travel”. Los nuevos viajes Dolce Tempo (que en italiano significa «tiempo dulce») de Backroads, se centran en lo que el proveedor llama itinerarios «fáciles» de hacer a pie y en bicicleta en lugares como el Parque Nacional de Zion y el Valle del Loira, con el fin de atraer a viajeros que normalmente podrían optar por la vista desde el autobús turístico.

Desde la pandemia, el operador del Atlas Secreto, centrado en el Ártico, ha añadido una circunnavegación de 15 días a la isla de Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard, a bordo de un barco de 12 pasajeros, una ruta que las líneas de cruceros más grandes hacen en ocho días.

Y la agencia de viajes con sede en Nueva York, Embark Beyond, creó Embark Longer, dedicada a estancias de un mes o más en unos 95 centros turísticos de todo el mundo. En este tiempo de descanso de los viajes en lista de espera, las ambiciones rápidas y furiosas se inclinan hacia las inmersiones lentas y curiosas.

Los seguidores del movimiento slow manifiestan que las vacaciones no son una carrera como para incluir tantos lugares de interés, recorridos y excursiones como sea posible. Es encontrar momentos para disminuir la velocidad, ir más despacio. Hacerse tiempo para leer una gran novela o deambular por las calles de una nueva ciudad, descansar al lado de una piscina o disfrutar de una deliciosa siesta.

El slow es más fácil de disfrutar en aquellos lugares o espacios inspirados en dicha filosofía, como las slow cities, aquellos sitios con equilibrio entre lo moderno y lo tradicional que prometen reducir el ruido, el tráfico, ampliar zonas peatonales y verdes, cuidar el medioambiente y promover el mercado y la producción local. O el slow food, comidas lentas, saborear platos caseros, quizás en varios pasos, elaboración con productos locales, tomarse el tiempo adecuado para disfrutar de la comida, una charla, la sobremesa, un café.

Es importante saber qué país conviene y cuál no a la hora de hacer este tipo de turismo. Dentro de un país es importante elegir la zona que deseamos conocer. No se trata de organizar un viaje al milímetro, sino el de poder elegir una zona y descubrir sus encantos culturales, naturales, su gastronomía. Todo ello con calma y a tu ritmo.

Aprovechar esta tendencia de slow travel es para personas flexibles a la hora de viajar y de visitar diferentes sitios. Lo importante es poder disfrutar y no cumplir un horario o tener que conocer por obligación determinados museos o edificaciones más famosas. Dejar de lado las aglomeraciones es muy importante para este estilo de viajes, mucho más en la actual pandemia.

Hacer caminatas es una de las mejores alternativas para aquellas personas que verdaderamente deseen conocer un pueblo, una ciudad, un territorio. Es interesante para descubrir sus calles, sus sitios más recónditos y disfrutar de grandes secretos durante las vacaciones. Para los viajeros slow travel no es una opción el contratar tours u organizar excursiones, ya que te imponen un tiempo y horario.

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