Image default
Hotelería

Diez hoteles de ensueño para disfrutarlos

 

De Lisboa a las Maldivas, de Mallorca a Iguazú y a Dubrovnik, de París a Singapur: diez estancias mágicas para ir planificando una excursión, una escapada o un viaje inolvidable

Tan cerca como en una antigua casona de Mallorca que fue un colegio, o en un fantástico establecimiento de Tenerife que tiene otro aún más exclusivo en su interior. Tan icónico como desayunar croissants viendo la Torre Eiffel, pasteles de Belén en un patio histórico de la capital de Portugal o fruta fresca con vistas al viejo puerto de Dubrovnik.

Tan elegante como el descanso en un palacio de estilo toscano construido en la Costa del Sol, como despertarse con el sonido de fondo de las cataratas de Iguazú o sentir la historia colonial entre los rascacielos de Singapur vistos desde uno de los edificios más antiguos de esa colonia… o tan especial como amanecer en un palacio en medio del desierto o amerizar en un establecimiento con terminal propia y sala vip para hidroaviones en Maldivas. La primavera está aquí, plan es viajar pronto y para soñar por todo lo alto esta selección de diez fantásticos hoteles.

Mallorca

Can Bordoy, Palma

En el corazón de Palma, una serie de casas recuerdan la historia de la ciudad en ambos lados del Borne. En una de sus calles, la del Forn de la Glòria, Mikael Hall descubrió una antigua mansión del siglo XVI y supo que era allí conde quería hacer realidad su sueño: un hotel de gran lujo que no lo pareciese. Quiso crear una casa perfecta para huéspedes con el más alto nivel de servicio imaginable. Lo consiguió.

El trabajo para llegar a ello fue importante, pues era una casona de 500 años que había pertenecido a la familia Bordoy Blanes y que en sus últimos tiempos había tenido uso intensivo como colegio privado. Muy respetuoso con lo local, Hall contrató al estudio de arquitectura e interiorismo mallorquín OHLAB y tras ver el edificio con jardín incluido, le propusieron aplicar la técnica japonesa de Kintsugi, el arte de reparar porcelana milenaria rota con un material precioso, como el polvo de oro, y obtener así una pieza reparada que no esconde la fractura, sino que la muestra y la celebra.

Ello hace que el resultado acabe siendo una pieza que puede tener incluso más valor que la cerámica antes de romperse. Así nació Can Bordoy, 24 suites de entre 24 y 80m² y un resultado espectacular.

Tenerife

Anthelia y Grand Salomé, Costa Adeje

Cuando amanece en Costa Adeje, al suroeste de Tenerife, uno de los primeros puntos donde llegan los rayos de sol es la Casa del Duque. La gran piscina del Iberostar Anthelia es el mejor punto para disfrutar de ese momento en el que la luz ilumina la construcción más antigua la costa Adeje. En el horizonte la silueta de la isla de La Gomera, a 40 kilómetros de distancia

Sobre playa de Fañabé, el Anthelia es un completo cinco estrellas especializado en turismo familiar, lo cual no es excluyente para otro tipo de clientela y por ello ha sido multipremiado tras su total remodelación en 2017 cuando se convirtió en uno de los mejores establecimientos de la isla. Aun así, dentro del hotel hay una singularidad…

Uno de los edificios del Anthelia, el que tiene una de las situaciones más privilegiadas sobre el Atlántico es el and Salomé, o lo que es lo mismo, un hotel de lujo con recepción propia, formado exclusivamente por suites y con servicio de mayordomo, dentro de otro hotel de cinco estrellas, con todo lo que eso conlleva. Los huéspedes del Salomé se alojan en un hotel boutique totalmente segregado del mayor, con restaurante, jardín, piscina y atenciones exclusivas y a su vez pueden disfrutar de los muchos servicios de este si lo requieren.

Francia

The Peninsula, París.

La capital de Francia tiene un buen numero de edificios históricos, aunque algunos, como el que desde 2014 acoge el The Peninsula tiene, además, un recorrido interesante: se trata del lugar donde estuvo el Palais de Castille. El nombre de Castilla se le dio cuando la Reina Isabel II de España, madre de Alfonso XII lo compró para establecerse allí tras su destronamiento y pasar un largo exilio de 36 años.

Cuando falleció, el palacio se demolió y sobre su solar se levantó un edificio hotelero: el Majestic, establecimiento de alto nivel y con un buen numero de celebridades alojadas entre 1908 y 1936 (Pablo Picasso, Marcel Proust, James Joyce, Serge Diaghilev o George Gershwin, que compuso precisamente allí Un americano en Paris).

Entre 1936 y 2007 fue comprado por el gobierno, pasando por ser el mando de la Francia ocupada por los nazis, un edificio ministerial, la sede de la Unesco y centro de importantes conferencias internacionales, como la que negoció la paz en Vietnam…

El servicio en the Peninsula es de fuera de serie con unas instalaciones excepcionalmente cuidadas y lo que se entiende por verdadero lujo asiático adaptado a las diferentes ciudades en que la marca ha ido aterrizando. En París el hotel dispone de 200 habitaciones, de las que 86 son suites. Todas están dedicadas a temas de alta costura.

Entre los espacios comunes, quizá el más destacado es el restaurante L’Oiseau Blanc con vistas a la Torre Eiffel y a la reproducción del avión que da nombre al establecimiento: el Pájaro Blanco, primer avión francés que intentó el cruce del Atlántico en 1927.

Portugal

The One Palácio da Anunciada, Lisboa

Cuando H10 hoteles amplió su rango a la hostelería de lujo, creó una marca para destacar la singularidad de estos establecimientos: The One. El primero se abrió en Barcelona, principal plaza del grupo y para el segundo se dio el salto a Portugal, pensando en las posibilidades de Lisboa al hacerse con unos edificios cargados de historia: el Palacio de los Marqueses y el Palacio de la Capilla, adjuntos a unos preciosos jardines (en la foto) de estilo francés… a pocos pasos de la zona de Baixa.

El apasionante trabajo de recuperar estos espacios para convertirlos en uso hotelero y que acabó bautizándose como The One Palácio da Anunciada fue largo, minucioso y lleno de mimo, donde Jaime Beriestain, interiorista chileno afincado en Barcelona, tuvo uno de sus proyectos más apasionantes, pues junto a su equipo, que colabora frecuentemente en los proyectos de H10. Estos tuvieron que equilibrar espacios históricos con partes contemporáneas, todas con la misma elegancia que la marca The One quiere ir extendiendo en los proyectos que están por venir.

De la conversión de palacios a hotel acabaron creándose 70 habitaciones y 13 espléndidas suites, entre las que destacan las llamadas tower y garden, que llegan a los 85 m². Hasta el más pequeño detalle como la ropa de cama de algodón egipcio, los productos de baño o el spa, la cristalería, los cuadros con fotografías, la selección de vinos o la atención al huésped están a la altura de la historia del lugar.

Croacia

Villa Orsula, Dubrovnik

La compañía croata Adriatic Luxury Hotels gestiona una docena de propiedades en Dubrovnik, ciudad costera de 50.000 habitantes sobre el Adriático. Con vistas a las murallas y a su antiguo puerto, archiconocido gracias a Juego de Tronos, está Villa Orsula, un hotel boutique de 13 habitaciones convertido en  una de las pequeñas joyas de la hotelería del país.

Con un servicio tan impecable como altamente personalizado, todo luce y se siente perfecto gracias a un personal absolutamente entregado a los huéspedes. Doce de las trece habitaciones tienen vista al mar con techos altos y ventanas arqueadas con unas características persianas blancas que suavizan el sol de la tarde, pues hay que recordar que en Dubrovnik el sol se pone por el horizonte del Adriático, un espectáculo que se ve de modo aún más idílico desde la terraza emparrada de su restaurante.

Gracias a su situación, una de las particularidades del hotel es que, simplemente bajando unos escalones de piedra, el huésped puede bañarse directamente el mar y si quiere disfrutar de otro tipo de aguas, puede hacerlo sin problemas en instalaciones vecinas: la piscina de la Grand Villa Argentina o el spa del Excelsior, del mismo grupo hotelero. Todo queda en casa… o en la villa.

Costa del Sol

Anantara Villa Padierna, Benahavís-Marbella

Anantara, marca hotelera de lujo originaria de Tailandia con propiedades en Indonesia, Mozambique Vietnam, Zambia, Sri Lanka u Omán optó por el Algarve portugués para aterrizar en Europa. Para su segunda pata en el continente se hizo con la gestión de un icónico hotel en la provincia de Málaga: el Villa Padierna, un palacio ítalo-español rodeado de tres magníficos campos de golf en el triángulo de oro de la Costa del Sol.

Aun teniendo aspecto de palazzo clásico, el primer edificio del hotel se abrió en 2003 por obra del arquitecto Edward Gilbert a quien la familia propietaria encargó un hotel que fuese también un museo donde atesorar parte de su fantástica colección de arte.

El éxito de este establecimiento de gran lujo fue el previsto y dos años más tarde se edificó una segunda fase. El conjunto se completó con un anfiteatro al aire libre, uno de los spas más grandes de Europa y 11 villas dentro del recinto. La más célebre se conoce como Villa Obama, pues Michelle Obama se alojó allí con una de sus hijas en 2010, durante la primera legislatura de su marido, Barack, como presidente de los EE.UU. La ya merecida fama de hotel exquisito, tranquilo, discreto se multiplicó gracias a las noticias de aquellos días de vacaciones de la entonces primera dama.

Como no se vive del pasado, por glorioso que este sea, la llegada de Anantara fue un revulsivo para que el hotel siguiera subiendo su calidad, oferta de tratamientos, gastronomía y servicio, con un personal tan amable como impecable.

Brasil

Belmond Das Cataratas, Foz do Iguaçu

El Parque Nacional de Iguazú es una de las joyas paisajísticas  repartida entre Argentina y Brasil sumando 2.500 km² de selva protegida. La zona brasileña tiene casi 1.900 kilómetros y desde hace 35 años tiene consideración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Allí hay un solo lugar para dormir: el Belmond Hotel Das Caratatas, un lugar excepcional y exquisito levantado junto a unos saltos de agua de más de 200 metros cuya caída forma parte de su banda sonora.

Belmond, la actual propietaria, tomó las riendas de este hotel tan singular en 2007 y tras unas reformas que le devolvieron el esplendor de los cincuenta, lo reabrió dos años después convirtiéndolo en uno de los hoteles más exclusivos del sur del continente americano. Para ello se mantuvo su característico estilo colonial y se añadieron unas fantásticas suites con vistas a las cataratas.

Estas son parte de las 187 habitaciones de la propiedad, decorada con gusto refinado y adaptada a una zona de naturaleza, como también se ha hecho con sus restaurantes, uno de ellos especializado en cocina brasileira y otro internacional, además de una coctelería.

El hotel ofrece una piscina en plena naturaleza y un spa con la música de los saltos de agua de fondo, desde el hotel se ofrecen experiencias únicas como paseos y desayunos al amanecer, mucho antes de que lleguen al parque los primeros visitantes al parque. Estos se realizan con la compañía de guías y fotógrafos profesionales que ayudan a sacar el mejor partido de las mañanas.

Otra opción que se ofrece es visitar la zona en lancha rápida o incluso volando en helicóptero, experiencias exclusivas que pueden rematarse de regreso al hotel disfrutando de masajes, tratamientos, pruebas de vinos locales o también catas de las mejores cachaças artesanales.

Singapur

Raffles Hotel

Singapur es uno de los países más ricos del mundo… y también uno de los más pequeños. Por extensión, de 697 km², (Andorra tiene 468) es el estado 177 de los 195 del mundo. Su poderío económico y su posición como potente plaza financiera, tecnológica y logística internacional ha hecho que prácticamente todas las marcas del mundo del lujo hayan abierto establecimientos. Sin embargo, un hotel abierto hace 134 años sigue siendo una de las leyendas de la ciudad por su larga historia, ligada a todo lo vivido en esa antigua colonia británica desde 1887: es el Raffles, del grupo Accor.

El hotel original nació en una época en la que Singapur dependía de Gran Bretaña y abrió con ese nombre en honor a Thomas Stamford Raffles, fundador de la ciudad. Originalmente solo tenía 10 habitaciones tipo bungalow sobre el mar y el éxito de su servicio fue tal que en 1899 se completó una obra de ampliación que es prácticamente la que existe en la actualidad: un precioso edificio colonial que recientemente ha sido sometido a una reforma millonaria que le ha devuelto todo el esplendor.

Suelos de madera de teca, techos de cuatro metros, habitaciones y suites inspiradoras, jardines tropicales, una coctelería donde se preparan 50 tipos de Martini, varios restaurantes de los más apreciados en la ciudad, lo que es mucho decir en una Singapur donde la comida es religión, y el célebre Long Bar, uno de los pocos lugares de la pulcra Singapur en el que se pueden tirar las cáscaras de cacahuete al suelo y donde nació uno de los cócteles más celebres del mundo: el Singapore Sling, toda una leyenda como también lo es el hotel para el país. De hecho, entre su personal, el hotel cuenta con su propio historiador, que recopila todo lo que pasa en el Raffles y organiza visitas muy especiales para los amantes de conocer el pasado de esta casa.

Emiratos Árabes

Qasr Al Sarab, Abu Dhabi

Hablar del planeta Jakku es mentar una referente para los fans de Star Wars, pues en la historia, esta localización desértica pasa de ser considerado un inhóspito lugar sin importancia a un punto clave en el episodio VII de la saga: El Despertar de la Fuerza. Muchas de estas escenas se filmaron entre dunas, en pleno desierto de Rub Al Jali, a unos 200 km al sur de la capital del emirato. Allí está uno de los resorts más singulares, del mundo: un palacio que surge de la arena.

El edificio fue levantado originalmente como lugar de descanso de los Al Nahyan, la familia gobernante del emirato. Tiempo después, de la mano de Anantara, las instalaciones se ampliaron convirtiéndose en un impresionante resort que acabó abriéndose al publico como uno de los destinos más exóticos del planeta el Qasr Al Sarab, que fue una de las bases del rodaje y uno de los primeros lugares del mundo sonde se estrenó la historia, tras Londres y Los Ángeles, como deferencia a las facilidades del país con la saga.

La hotelera tailandesa ha preparado en Qasr Al Sarab un oasis que parece un espejismo en el mejor de los sentidos con 140 habitaciones, 14 suites y 52 villas con piscina. Lejos de la estética de los hoteles de gran lujo en las capitales de emiratos, la decoración de todos los espacios de este resort recuerda por colores y decoración al estilo de las viviendas mas antiguas del país: tonos tierra, cuero, alfombras, detalles en madera y con esa base se ofrecen una serie de lujos que en pleno desierto que hacen de este castillo un lugar donde disfrutar del silencio, los amaneceres y las puestas de sol entre las dunas y unas noches estrelladas en un cielo extremadamente limpio.

Al margen de una excelente gastronomía en cuatro espacios, el hotel propone a sus clientes recorrer el desierto en todos los medios imaginables e incluso cenar al estilo bereber, al aire libre, mezclando la sensación del desierto infinito con una atención personalizada excepcional.

Maldivas

Joali, Atolon Raa

Poder volar en hidroavión sobre las aguas del océano Índico es una experiencia única, que además sube enteros si se hace con el De Havilland Twin Otter que Trans Maldivian Airlines ha personalizado en versión vip para Joali, un resort de ensueño en la islita Muravandhoo, dentro del atolón Raa, al norte de Maldivas, el país de un millar de islas en 26 atolones.

El hidro ameriza suavemente en las aguas que quedan frente al muelle de bienvenida tras un espectacular vuelo de 35 minutos desde el aeropuerto internacional de Velana, en Malé. Cuando los motores paran, los viajeros, convertidos ya en huéspedes, desembarcan directamente en un paraíso sofisticado y de un lujo de nueva generación, muy concienciado medioambientalmente, con un interiorismo encargado a la firma turca Autoban. El objetivo es lograr que cada persona que se aloje allí viva una experiencia para los sentidos en la que los espacios exteriores e interiores acaban fusionados en sus 73 villas y residencias privadas, tanto en la playa o sobre el agua, que para su orgullosa propiedad son el epítome del glamour sostenible.

En el hotel, además de un servicio excepcional en el que un equipo de 255 profesionales atiende a un máximo de unos 150 huéspedes cuando el lugar está con plena ocupación, hay un especial interés por la artesanía, la cultura y el arte local, una manera de devolver al país lo que le da, no solo en forma de trabajo para el personal, sino también para artesanos, artistas y otros profesionales locales que tienen en Joali una plataforma de promoción.

Por otro lado, la tranquilidad, sensación de lejanía del mundo, el equilibrio arquitectónico y la belleza del entorno invitan a retiros holísticos programados que reequilibran el plano mental, físico, emocional y espiritual de quienes pasan unos días alojados en ese paraíso en pleno atolón. A destacar, por supuesto, la gastronomía del resort, que tiene en el Saoke uno de los mejores japoneses de la región y las actividades ajenas al dolce far niente: inmersión en el arte local, inmersión en su gastronomía y en sus aguas azules, con cursos y actividades subacuáticas.

Publicaciones relacionadas

Estos son los mejores hoteles del mundo de 2021

Nexos

Hotel de Portugal promete la mejor noche del mundo… durmiendo

Nexos

Royalton Negril y Hideaway abren en Jamaica

Nexos