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Destino

Italia prohíbe a los cruceros entrar en el centro de Venecia

Las imágenes de grandes cruceros pasando a pocos metros de la Piazza San Marco solo serán un recuerdo de una situación que nunca debió darse, pero que todavía (esperamos) tiene arreglo.

Los grandes cruceros no podrán entrar en el centro histórico de Venecia. Así lo ha establecido el gobierno italiano en un nuevo decreto-ley que introduce disposiciones urgentes en materia de transporte y para la regulación del tráfico de cruceros en la laguna de Venecia.

El Consejo de Ministros, a propuesta del presidente Mario Draghi, el ministro de Infraestructuras Sostenibles y Movilidad Enrico Giovannini y el ministro de Cultura Dario Franceschini, se reunió el pasado miércoles 31 de marzo en el Palazzo Chigi, donde se acordó que los grandes cruceros y portacontenedores ya no podrán ingresar al canal Giudecca de la ciudad.

Así, a partir de ahora, los grandes cruceros tendrán que atracar en Porto Marghera, al oeste de la ciudad histórica. Sin embargo, se trata de una medida temporal, hasta que se dé con una solución definitiva.

Esta decisión llega en el 1,600 aniversario de la fundación de Venecia: el 25 de marzo del año 421 es comúnmente reconocido como el día en que se fundó la ciudad italiana, pues fue entonces cuando se construyó la iglesia de San Giacomo di Rialto.

 

¿QUÉ PASARÁ CON LOS CRUCEROS?

“Con el fin de conciliar las necesidades de protección del patrimonio artístico, cultural y medioambiental de Venecia y las relacionadas con la realización de las actividades de cruceros y el tráfico de mercancías, el decreto insta a la Autoridad Portuaria del Mar Adriático Norte a realizar un concurso de ideas”, explican desde el gobierno italiano.

EL objetivo no es otro que recoger propuestas y proyectos de viabilidad técnica y económica para la construcción de puntos de amarre utilizables por buques destinados al transporte de pasajeros superiores a 40,000 toneladas y por buques portacontenedores destinados al transporte transoceánico.

El texto también prevé medidas para garantizar la movilidad de personas y el movimiento de mercancías en todo el territorio nacional, mediante la ampliación de las conexiones marítimas con Cerdeña, Sicilia y las islas Tremiti, realizadas en servicio público, durante el tiempo necesario para permitir el fin de los procedimientos de licitación y, en todo caso, hasta el 31 de mayo de 2021.

UNA DECISIÓN ESPERADA DESDE HACE AÑOS

“Una decisión justa y esperada desde hace años: el Consejo de Ministros aprueba un decreto-ley que establece que el desembarco definitivo de los grandes barcos en Venecia deberá ser proyectado y realizado fuera de la laguna, como pidió la UNESCO”, celebró el ministro de Cultura, Dario Franceschini, en Twitter.

En efecto, la UNESCO solicitó ya en 2012 al gobierno italiano que buscara alternativas al tráfico marítimo en la zona de la laguna de Venecia y acabar con el paso de grandes barcos ha sido una de las condiciones que posteriormente ha impuesto para evitar que Venecia sea eliminada de la lista de ciudades patrimonio de la humanidad para ser considerada lugar en peligro.

Es cierto que en 2012 hubo un primer intento de solucionar el problema con el decreto Cini-Passera, pero nunca se construyeron las «rutas alternativas» al canal de la Giudecca, previstas por el decreto, para el tránsito de barcos de más de 40.000 toneladas.

En 2014 se hizo un nuevo intento de limitar el acceso al canal, pero el TAR (tribunale amministrativo regionale) anuló la disposición emitida por el comité interministerial competente.

Tras siete años de negociaciones y accidentes como el del buque Opera, el Municipio, la Región, las líneas de cruceros y el gobierno, han logrado desbloquear esta situación, desviando el tráfico de grandes barcos en las terminales de Porto Marghera (el puerto industrial de la ciduad), a través del canal Petroli, a la espera de una solución permanente.

 

EL ACQUA ALTA

Venecia, como se sabe, está construida sobre millones de pilotes de madera hundidos en el barro que podrían fallar si el paso de los cruceros siguen alterando el fondo marino.

El acqua alta, además de en un problema grave, se ha convertido prácticamente en otro reclamo turístico más. Lo que pocos saben (o no quieren saber) es que además de traer miles de visitantes a la ciudad de una sola vez, la presencia de los barcos erosiona la laguna, aumentando las inundaciones.

La pandemia paralizó los cruceros, y esta pausa supuso un auténtico respiro en las lagunas venecianas, donde mejoró notablemente la calidad del agua. En la actualidad, estas embarcaciones siguen sin poder entrar en Venecia debido a las restricciones pero cuando se reanude al tráfico marítimo, el centro histórico de la ciudad estará a salvo.

La medida es solo uno de los muchos pasos que la ciudad de Venecia tiene por delante. Pero estamos seguros de que lo conseguirá. 1,600 años de historia podrán tambalearse, pero nunca hundirse.

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