Durante más de 170 años, las Exposiciones Universales han servido de escaparate para mostrar al mundo los avances tecnológicos y artísticos de la época.
También, en muchos casos, han tenido un gran impacto en la organización urbanística de la ciudad anfitriona.
El pasado 1 de octubre, con un año de retraso, por fin daba el pistoletazo de salida la Expo Dubái 2020. El evento, que durará hasta el 31 de marzo de 2022, promete dar mucho de qué hablar y, sin duda, una de las construcciones que más interés está levantado es la espectacular cúpula de Al Wasl.
Para celebrar la inauguración de la esperadísima feria, Musement, plataforma de reservas de actividades y experiencias en destino, ha recopilado una lista con los principales monumentos y estructuras icónicas heredados de las Exposiciones Universales. Aunque algunos de ellos tenían «fecha de caducidad», su éxito fue tal que sobrevivieron a sus respectivas exposiciones, llegando a convertirse en auténticas atracciones turísticas de fama mundial.
Torre Eiffel, París
La Exposición Universal de 1889, que coincidía con el centenario de la Revolución Francesa, se celebró en el Campo de Marte, a orillas del río Sena. El monumento, que en aquel entonces era la torre más alta del mundo, pronto se convirtió en el centro de atención del evento, atrayendo a casi 2’000,000 de visitantes.
Aunque también fueron muchos los que criticaron su apariencia «antiestética», la torre Eiffel, que en un principio fue proyectada para durar tan solo 20 años, no solo continúa en pie, sino que se ha convertido en el emblema de París y de Francia.
Plaza de España, Sevilla
El conjunto arquitectónico de la Plaza de España fue proyectado por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929. Esta exposición, cuya temática giraba en torno al hermanamiento entre España, Hispanoamérica, EE. UU., Portugal y Brasil, tuvo un gran impacto en la imagen de Sevilla.
De los 117 edificios construidos para el evento, todavía se conservan 25, y esta plaza, con sus famosos bancos representando las provincias españolas, es uno de los más emblemáticos.
Fuente Mágica, Barcelona
La Exposición Internacional de Barcelona de 1929 se celebró en la montaña de Montjuic, y muchos de los lugares de interés que continúan levantando expectación hoy en día, como el Palau Nacional o el Pueblo Español, fueron creados para dicho evento.
Entre las joyas de la corona de la feria cabe destacar la Fuente Mágica, diseñada por Carles Buïgas con el objetivo de llenar de luz, agua y color la calle principal del evento.
Atomium, Bruselas
Esta famosa obra diseñada por André Waterkeyn y André y Jean Polak, en teoría, no estaba ideada para sobrevivir más allá de los 6 meses que iba a durar de la Exposición General de primera categoría de Bruselas (1958).
Por suerte, él éxito de la original estructura durante la feria propició un cambio de planes y, actualmente, sus 9 esferas son uno de los iconos más reconocibles de Bélgica.
Space Needle, Seattle
Seattle no sería Seattle sin su «Aguja Espacial». El origen de la popular atracción turística se remonta a la Exposición General de segunda categoría de Seattle, celebrada en 1962, cuyo lema era «El hombre en la época espacial».
Se estima que unos 2.65 millones de personas visitaron la Space Needle durante la feria, incluyendo personalidades tan destacadas como Elvis Presley, Neil Armstrong y Walt Disney.
Unisphere, Nueva York
Este enorme globo terráqueo de acero, con sus 43 metros de altura y 37 metros de diámetro, fue el eje central de la Feria Mundial de Nueva York de 1964. Aunque la exposición no fue reconocida por la Oficina Internacional de Exposiciones y muchos países no acudieron a la cita, la Unisphere ha hecho historia y ya forma parte de la cultura popular estadounidense.
Biosfera, Montreal
El antiguo pabellón de los EE. UU., conocido en la actualidad como la Biosfera, es junto con el complejo residencial Hábitat 67, una de las obras arquitectónicas más destacadas que nos ha dejado la Exposición Universal de 1967 celebrada en Montreal.
La espectacular estructura de acero de la esfera geodésica diseñada por Buckminster Fuller sobrevivió al incendio de 1976, el cual destruyó la membrana de acrílico que la recubría. Hoy en día, en su interior se encuentra un museo sobre el medio ambiente.