Desde un resort en medio del desierto hasta un palacio del siglo XV diseñado por Brunelleschi: estos son los 10 mejores alojamientos del mundo, según el ranking elaborado por Traveler, de Condé Nast.
Cada año, los lectores de Condé Nast Traveler opinan sobre sus ciudades y hoteles internacionales favoritos, y, en base a eso, el medio elabora una serie de rankings que sirven de guía para viajeros de todo el mundo.
A continuación, una selección de los mejores hoteles del mundo, según el medio especializado
1. QSAR AL SARAB BY ANANTARA (ABU DABI, EAU)
«Qasr Al Sarab aparece entre las dunas del desierto de Abu Dabi como un espejismo, uno de esos al que volverías una y otra vez. La emoción se dispara al ver el complejo de muros almenados y torres de vigilancia, y aún más al cruzar los arcos de herradura de este oasis. Las palmeras datileras arrojan sombra sobre los edificios, unos pequeños canales que imitan los antiguos sistemas de irrigación falaj mueven agua fresca entre los patios, y en el interior continúan los detalles sin freno», describe Condé Nast.
El hotel está lleno de lámparas marroquíes, mashrabiyas ornamentadas e incluso los objetos tradicionales de beduinos, como dagas o teteras. Pero lo más llamativo, dice el medio especializado, es que se puede hacer de todo… o no hacer nada. Desde recorrer las dunas a lomos de un camello hasta terapia de sonido en el hotel. «O, simplemente, ver cómo el viento moldea olas caprichosas sobre el desierto, tan efímeras como perfectas en cada instante», describe. Las habitaciones dobles se consiguen desde 415 euros.
2. GROOTBOS PRIVATE NATURE RESERVE (CIUDAD DEL CABO, SUDÁFRICA)
«Esta reserva privada con huella de carbono negativa y más de 2500 hectáreas es, ante todo, un vergel sin par, con sus 889 especies vegetales, siete de las cuales se han descubierto recientemente», describe Condé Nast. Michael Lutzeyer, su dueño, ha contratado a varios de los entomólogos y botánicos más importantes del país para lograrlo.
Según el ranking, en la arquitectura, de estética contemporánea, manda el cristal, pero es en el exterior donde está lo interesante, desde las duchas exteriores hasta los avistamientos de huidizos cerdos hormigueros y leopardos del Cabo, pasando por las cenas a la luz de los faroles en un bosque milenario de árboles autóctonos que forman cúpulas propias de un cuento de hadas. Recomiendan especialmente pasear a caballo entre cavernas marinas e ir de safari para ver flores y la cría de la ballena franca austral. El mensaje más importante aquí, donde la mayor parte de la comida se cultiva en la propiedad, es pararse a observar la belleza que lo rodea. Las habitaciones dobles parten desde los 902 euros.
3. THE ST. REGIS FLORENCIA (FLORENCIA, ITALIA)
«No faltan hoteles maravillosos en Florencia, pero el St. Regis tiene algo que te obliga a volver. Quizá lo acogedor que resulta, pese a ser un palacio del siglo XV lleno de frescos y lámparas colosales. Quizá esos rincones iluminados por la luz multicolor que entra por las cristaleras, ideales para leer un buen libro», describe el ranking.
Diseñado originalmente en 1400 por Brunelleschi, este lugar ha vivido miles de historias desde su transformación en hotel en 1866. «Si los querubines que inundan el techo del Salone delle Feste hablasen, contarían historias sobre Botticelli y Vespucci, pero también sobre Madonna y Keith Richards. Aunque no solo los famosos disfrutan de una atención impecable: el servicio de mayordomos cubre el más mínimo detalle, como conseguir entradas sin hacer cola a lugares como la cúpula de la Catedral o el Museo Diocesano», describen desde Condé Nast.
Las habitaciones, con sus brocados y camas con dosel, ofrecen vistas al río Arno, y el restaurante del jardín de invierno sirve cocina italiana bajo un techo de cristal. Pero este hotel no se limita a la elegancia más clásica. Sin duda, un hotel en el que cualquiera se puede sentir rey o reina por un día, con habitaciones dobles desde 488 euros.
4. BELMOND SPLENDIDO MARE (PORTOFINO, ITALIA)
«Portofino no deja de ser un sitio discreto, un lugar en el que los rostros populares y la gente de la zona que sale a tomar algo no se estorban mucho entre sí. Quizá por eso este hotel es la versión más íntima del Belmond Splendido, un refugio en la ladera de una colina que fue un monasterio benedictino, se convirtió en hotel en 1901 y acabó siendo un imán para estrellas de cine como Elizabeth Taylor, que se fue de luna de miel allí… ¡cuatro veces!», relata Condé Nast.
Splendido Mare, que supo ser una pensión para pescadores, lleva el mismo concepto a la costa con un edificio de 14 habitaciones que se inauguró en 1998. La recién inaugurada reforma, de los parisinos Charlotte de Tonnac y Hugo Sauzay, tiene guiños a los orígenes marítimos del lugar, como los nudos de los cabeceros, tan sutiles, como todo en esta atmósfera de lujo sencillos, según la reseña
Además, agrega que las baldosas de terracota local, los sillones de Gio Ponti y los textiles de Loro Piana completan esta estética minimalista, y la misma aparente simplicidad se extiende a la cocina de los hermanos Enrico y Roberto Cerea –tres estrellas Michelín en su restaurante de Bérgamo-, con mariscos y recetas clásicas de la gastronomía de Liguria. ¿El mejor momento? Sin duda, el de ese desayuno multitudinario de los Cerea en la terraza, con vistas a la bahía de color esmeralda, mientras contemplas cómo se despereza el rincón más vivaz de Italia. Las habitaciones dobles se consiguen desde los 583 euros.
5. THE FARM AT CAPE KIDNAPPERS (BAHÍA DE HAWKE, NUEVA ZELANDA)
«A media hora en auto de Napier, siguiendo la costa del Pacífico de la isla Norte, se encuentra esta granja de 2428 hectáreas con campo de golf, reserva natural y uno de los alojamientos más estimulantes de Nueva Zelanda. Benedict Cumberbatch, que pasó la cuarentena en una de las casas vecinas, seguro que sabe lo que significa subir por las colinas arboladas hasta el señorial edificio y vivir la sensación de acceder a un lugar secreto», reseña Condé Nast.
Aperos de labranza y fotografías de animales en blanco y negro decoran las paredes de las 22 cabañas, todas con chimenea. Por el impresionante campo de golf, de fama internacional, pasean las ovejas rumbo a los blancos acantilados de la bahía de Hawke, continúa. «Verás también la reserva natural de especies protegidas, como el kiwi y el tuátara, un lagarto prehistórico, además de una zona de cría de aves marinas y focas. Kilómetros y kilómetros de rutas de senderismo y ciclismo de montaña serpentean por los paisajes glaciares, mientras que la playa es un lugar ideal al que ir de pícnic», recomienda el ranking.
The Farm es ideal para comer riquísimos platos como almejas y cordero de la zona tras un día de aventura. «En este rincón del mundo, con el sonido de las gaviotas y las nubes blancas de fondo, el descanso no tiene rival», concluye. Las habitaciones dobles cuestan desde 1,113 euros.
6. ANASSA (NEO CHORLO, CHIPRE)
«Hay una razón muy sencilla por la que tanta gente vuelve al Anassa la misma semana de cada año, sin falta: la vida en estos blanquísimos edificios que se extienden por la ladera de una colina hasta la playa es extraordinariamente cómoda», menciona el ranking. El hotel, propiedad de la familia chipriota Michaelides, sigue siendo un clásico incluso después de su renovación de 2016, en la que el interiorista parisino Joelle Pleot utilizó principalmente elegantes colores crema y rayas azules y blancas. El spa es de lo más recomendado, por ser sensacional, en especial su piscina de talasoterapia azul marino con techo de cristal. Pero el motivo que mejor explica la fidelidad de su clientela es esa forma aparentemente natural con la que atraen a gente de todas las edades. Niños incluidos, a los que ofrecen clases de alfarería y juegos para encontrar el tesoro en un fantástico club infantil mientras los adultos disfrutan del restaurante Basiliko, en cuyas salas estilo cueva y terraza con vistas al mar solo se admiten mayores de 12 años.
«Anassa también tiene servicio de guardería, y logran hacer todo esto sin que resulte afectado ni forzado. Así es como han creado un lugar ideal en el que sentarse a tomar el sol en el borde de la pileta o pasear por aromáticos jardines entre el sonido de los grillos y las tórtolas, con el rumor de las olas de fondo. Es, en definitiva, un lugar al que volver», recomienda el medio. Las habitaciones dobles van desde los 482 euros.
7. LE BRISTOL (PARÍS, FRANCIA)
«Es innegable: Le Bristol es lujoso -el mármol pulido, los sillones Luis XVI, las maderas nobles…-, pero nunca resulta frío ni presuntuoso. Cualquier rastro de afectación aquí desaparece de un plumazo en cuanto aparece Fa-Raon, el suavísimo gato birmano blanco del hotel, que suele pasearse con su elegante pajarita por la recepción», describe el ranking. Le Bristol tiene esa actitud elegantemente despreocupada desde su inauguración en 1925 y tras una gran reforma de seis años que terminó en 2018, según informa Condé Nast: «Oetker Collection ha creado un espacio totalmente dedicado a la comodidad decorado con majestuosas lámparas de araña y telas de Pierre Frey. Reserva una de las habitaciones que dan al jardín interior de Arabella Lennox-Boyd, un lugar de calma exquisita, con césped dispuesto en formas geométricas, fuentes y podas artísticas».
Además, Epicure, con tres estrellas Michelín, sirve los ya míticos macarrones con trufa negra y foie de pato de Eric Fréchon, pero el Café Antonia, destaca el ranking, es donde la gente del mundo de la moda siempre pide la ensalada de chauchas, alcauciles y avellanas,. El spa de La Prairie ofrece los que seguramente sean los mejores masajes de París, y no hay a quien no le encante su peculiar piscina, con diseño de crucero de los años veinte que cuadra perfectamente con la atemporalidad de Le Bristol y sublima su elegancia. Las habitaciones dobles van desde los 1,507 euros la noche.
8. COTTON HOUSE HOTEL AUTOGRAPH COLLECTION (BARCELONA, ESPAÑA)
«Quizá el viajero despistado no sepa que en el siglo XIX Barcelona era un pujante epicentro de la industria textil, de ahí que, ya entrado el XX, el Gremio de Algodoneros adquiriese este edificio de estilo ochocentista neoclásico para convertirlo en sede de la Fundación Textil Algodonera, en su club privado. Los años lo fueron dejando en el olvido hasta que en 2015 abrió sus puertas el Cotton House, nombre que, obviamente, rinde homenaje a tan glorioso pasado», describe el ranking.
Pero no se quedó ahí el guiño. Además de un arduo trabajo de conservación de elementos originales, como la escalinata de mármol y los artesonados de madera, el interiorista Lázaro Rosa-Violán vinculó cada nuevo detalle al universo del algodón, presente hasta en las lámparas de formas esféricas que recuerdan a sus flores, continúa. «Incluso el patio interior, tan barcelonés en esencia, evoca cierta atmósfera sureña que traslada al visitante a esas calurosas tardes que azuzaba Tennesse Williams, pero tamizadas por el sentir cercano de, digamos, un Josep Pla. Mucha literatura aquí, mucha belleza», describen.
Las suites, con nombres como Otomán, Egyptian, Panamá y Madrás, cuentan, cómo no, con imponentes camas y sábanas de 300 hilos de algodón egipcio mercerizado. Las habitaciones dobles van desde 180 euros la noche.
9. NAYARA TENTED CAMP (LA FORTUNA, COSTA RICA)
«Estamos ante el tercero y más lujoso de la tríada de alojamientos ecológicos de Nayara, todos ellos en el centro de Costa Rica. Sus fuentes termales están construidas con métodos no invasivos y no se taló un solo árbol para levantar sus 29 cabañas. No en vano, uno de los pilares de Nayara es la reforestación, y su misión de plantar vegetación para aumentar el hábitat de los perezosos de tres dedos de Costa Rica es infinita. Esto significa que verás a tan calmados animales por todas partes, como Tony, el recepcionista no oficial, al que le encanta pasar horas en el poste telefónico de la entrada», describe el medio.
Y continúa: «El terreno del hotel también alberga sapos y mariposas morpho, que verás en paseos nocturnos guiados. De día, las actividades giran alrededor del senderismo por el volcán, la observación de aves y el refugio de perezosos, donde observarlos de cerca. El mejor descanso del guerrero tras una jornada así podría ser (y lo es) un filete acompañado de un Malbec, pero ojo al placer de tomar una copa en la terraza de la habitación con el sonido de las ranas arborícolas de fondo». Las habitaciones dobles, desde 1,039 euros la noche.
10. THE CARLYLE A ROSEWOOD HOTEL (NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS)
«Quedar en el Bemelmans a tomar algo es una de las experiencias más icónicas de esa Nueva York de bares de luz tenue y lluvia repiqueteando en los cristales. Pasar el rato en este bar del Carlyle mientras Earl Rose toca el piano es solo una de las maravillosas experiencias de un clásico que, desde su inauguración en 1930, siempre ha tenido un toque único. No hay más que ver los originales murales de Ludwig Bemelmans, que decoran el bar nombrado en su honor, en los que se ven escenas de Central Park y que han contemplado actuaciones de Alan Cumming y conciertos de Debbie Harry», describe Condé Nast.
Y continúa: «El Carlyle seguramente podría haberse quedado como estaba, pero el otoño pasado se reformaron 155 de las 189 habitaciones y suites y el efecto es espectacular. Las texturas son fascinantes: los espejos de las salas, los paneles oscuros de las paredes, barnizados y con motivos cobrizos, los pomos con forma de mariposa, los sillones tapizados con bouclé… También estrenan restaurante, el Dowling’s, un homenaje a los años 40 que sirve platos como elsteakDiane, cuenta con carritos de servicio y termina de cocinar algunos platos en mesa. El spa, de la firma suiza Valmont, también se estrena en el Carlyle para confirmar que las grandes leyendas no solo no se olvidan, sino que evolucionan». Las habitaciones dobles cuestan desde 555 euros.