La idea “dormir entre algodones” cobra una dimensión literal y experimental en Cotton House. Todo en este hotel de cinco estrellas de Barcelona gira alrededor de esa planta y la fibra textil. Empezando por la historia del edificio en el que se sitúa.
El nombre Cotton House, Casa del algodón, no lo eligieron al azar. El edificio del siglo XIX en el que se sitúa fue la sede de la Fundación Textil Algodonera, mandado construir por la familia Boada en el boom de la industria textil barcelonesa. Diseñado por Elies Rogent, se inauguró en 1876, siguiendo el estilo ochocentista neoclásico que reinaba especialmente en aquella zona de la ciudad, en el Eixample.
Casi un siglo después, el inmueble fue comprado por la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero para recuperar su esplendor y mantenerlo como lugar consagrado a la delicada flor del algodón y toda la riqueza que produjo. Pero fue en 2015 cuando, por fin, reabrió sus puertas convertido en Cotton House Hotel, Autograph Collection, la Casa del Algodón.
El trabajo principal consistió en recobrar su espléndido pasado. Los artesonados de madera, los parqués, la escalinata de mármol y la de caracol, construida en 1957 y que está suspendida del entramado metálico del piso alto. Y después, el conocido interiorista Lázaro Rosa-Violán llevo a cabo la labor de llenar el hotel de detalles algodoneros: desde la gama de colores de todos los textiles a accesorios como las lámparas redondas que recuerdan a la flor original o ese patio interior, tan barcelonés, tan del Eixample, pero con la luz tamizada y el protagonismo vegetal de la calidez sureña americana, donde nuestra imaginación vuela rápido pensando en esplendor entre algodones.
BLANCO ALGODÓN
Toda esa reforma y labor de diseño se trasladó por supuesto a sus 83 habitaciones con cinco suites. Donde el blanco domina acompañado de toques negros y sepia en espacios amplios (de 23m2 a 90m2 de la Suite Vichy, la más grande), en los que la comodidad se abre paso para garantizar esa experiencia entre algodones. Literal.
La ropa de cama está realizada con sábanas de 300 hilos de algodón egipcio mercerizado. Las toallas son de 600 gramos. Y los albornoces y las zapatillas de nido de abeja, así como los productos cosméticos, están elaborados por la marca Ortigia a partir de productos naturales del Mediterráneo 100%.
BARCELONA A SUS PIES
El Cotton House ocupa un lugar privilegiado en Barcelona. Una razón más para elegirlo como lugar de descanso para un viaje rápido a la Ciudad Condal, o uno pausado. Desde su posición en el Eixample, se pueden visitar andando algunas de las atracciones principales como La Pedrera, la Casa Batlló o la Sagrada Familia.
Pero también, de puertas hacia dentro, el hotel ofrece una experiencia completa de descanso y disfrute. Desde Batuar, el cocktail bar y restaurante, que ofrece servicio ininterrumpido de comida desde las 7 de la mañana hasta la medianoche. Con varios espacios: el mencionado patio interior, un oasis de tranquilidad en pleno centro de la ciudad, o su interior con amplia barra y mesas bajas.
En el último piso, en la azotea, se encuentra la piscina exterior y solárium con increíbles vistas. Y para cultivar cuerpo y mente: hay gimnasio, zona de belleza y masajes y una biblioteca. Esta última es un rincón tranquilo del hotel, antiguo club social de los algodoneros, perfecto para el afternoon tea y reuniones casuales o de reuniones.
Muchas razones para entender por qué el Cotton House Hotel entró en la selecta Global Gold List 2022 que todas las ediciones de Condé Nast Traveler elaboraron por primera vez este año para elegir los 32 mejores hoteles del mundo. Una experiencia entre algodones bien reconocida.