Cada primavera, desde mediados de marzo a principios de mayo, la geografía nipona se tiñe del rosa de sus flores de cerezos sakura.
La floración comienza en las islas del sur y progresivamente va subiendo hacia el norte.
Desde el parque del castillo de Takato, donde las flores se mezclan con las vistas de los Alpes Japoneses, pasando por el centenario ‘Matabei zakura’, que reúne miles de visitantes cada año o el Monte Yoshino y sus 30.000 cerezos, Japón ofrece cientos de parajes incomparables donde admirar la belleza de este fenómeno natural.
Si hay una estación que destaca especialmente en Japón esa es la primavera. Son meses de bullicio y celebración, en marzo termina el año fiscal y académico, por lo que es habitual que muchas personas tengan días de vacaciones o busquen un momento para celebrar los buenos resultados. Además, el país nipón se tiñe de sur a norte del rosa característico de sus flores de cerezo sakura.
Este fenómeno lleva a miles de personas a reunirse en parques, riberas de los ríos o montañas para contemplar de cerca esta obra de la madre tierra mientras disfrutan de un agradable picnic (a esta actividad se le llama hanami, literalmente: contemplar las flores).
Pero la floración del sakura no solo el inicio de algo nuevo, también es habitual encontrarlo en el arte y en la literatura como expresión de la fragilidad y fugacidad de la vida.
Aunque los sakura en flor se pueden contemplar en todo el país, incluidas sus grandes ciudades Tokio y Kioto, dos de los destinos más conocidos fuera de sus fronteras, hay otros lugares imprescindibles para los locales y que merecen ser reconocidos como los que se presentan a continuación:
Parque del castillo de Takato
En la ciudad de Ina, en la prefectura de Nagano, durante el mes de abril se celebra el festival de los cerezos en flor de Takato, uno de los más famosos de Japón, en el parque del castillo de Takato. La belleza de las flores de sus 1.500 árboles de más de un siglo de antigüedad, se complementa con las impresionantes vistas de los Alpes Japoneses.
El momento álgido de la celebración se produce por la noche cuando las luces iluminan todo el parque.
‘Matabei zakura’
En la prefectura de Nara, en la localidad de Uda, se encuentra el ‘Matabei zakura’, un cerezo de la variante taki-zakura, con una antigüedad de 300 años. Se caracteriza por sus ramas colgantes que crean una imagen de cascada rosada cada mes de abril. De 13 metros de alto y 3 de diámetro, el ‘Matabei zakura’ recibe más de 80.000 visitantes cada año.
Este árbol se encuentra en la antigua residencia del samurái Goto Matabei, y de ahí toma su nombre.
Monte Yoshino
Solo en el Monte Yoshino, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO y parte del Parque Nacional de la prefectura de Nara, se ubican más de 30.000 cerezos, que crean un espectáculo bellísimo espectáculo visual durante la floración, del que se hace eco constante en la literatura, poesía y música clásica japonesa.
Además, las mejores vistas se encuentran en la cima de la montaña, a la que se puede acceder mediante el teleférico más antiguo de Japón.
Parque Eboshiyama
El parque Eboshiyama es el lugar perfecto para disfrutar del cerezo en flor en los alrededores de la ciudad de Yamagata.
En la localidad de Nanyo, se encuentra uno de los 100 mejores puntos de observación del sakura en flores del país, con árboles de más de un siglo de antigüedad y vistas a la nevada cordillera Azuma. Además, cuando cae la noche, la iluminación del parque ofrece otra estampa natural memorable. Este festival se celebra cada año entre mediados de abril y principios de mayo.
Parque del castillo de Hirosaki
El parque del Castillo de Hirosaki, en la prefectura de Aomori, no solo es conocido como punto para contemplar sus 2.600 cerezos en flor con el castillo de fondo, también por albergar el Somei-Yoshino, un cerezo centenario plantado en 1882.
Otras de las atracciones de las que disfrutar en este Festival de los Cerezos en Flor son sus luces nocturnas, el túnel de sakura, las actuaciones y la música. Los últimos días de floración, los pétalos vas cayendo delicadamente sobre el agua de los canales de este parque, creando escenas bellísimas que pueden observarse desde los puentes o desde las barcas de remos que los recorren.