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Destino

Un viaje mágico a los glaciares de la Patagonia

La Patagonia argentina custodia paisajes únicos y, alrededor de la Cordillera de los Andes, los espacios naturales enamoran y deslumbran en postales que impactan. En esta zona se concentra la mayor cantidad de glaciares del país, que miles de años atrás ocupaban gran parte del Planeta.

En el Parque Nacional Los Glaciares se puede encontrar a estos gigantes que se originan en el Campo de Hielo Patagónico Sur, el más grande del hemisferio después de la Antártida. Estas ciudades de hielo están escondidas detrás de las montañas en los lagos del sur, por lo que se debe llegar en embarcaciones.

Caminata sobre el glaciar

El trekking sobre el Glaciar Perito Moreno es un encuentro con lo increíble e impensado de caminar sobre 20 pisos de hielo. La aventura comienza en el puerto «Bajo de las Sombras», a pocos kilómetros de la ciudad de El Calafate, desde donde una embarcación parte rumbo a la cara sur del Glaciar a través del Lago Rico.

Pronto, este gigante comienza a asomar con sus inmensas paredes de 60 metros de altura. Al desembarcar, llega el momento de colocarse los crampones y cascos para emprender la caminata. El suelo blanco se torna azulado en algunos momentos mientras que, en otros, el paso lo marcan las burbujas que quedaron atrapadas en el hielo cuando era nieve.

En el camino, el agua va surcando el glaciar y dibuja líneas hasta formar sumideros de intensos azules. Las grietas, seracs y lagunas turquesas también serán compañeras durante el recorrido que dura poco más de cuatro horas sobre el glaciar y las costas. Puede hacerse entre los ocho y 65 años de edad dada su complejidad.

Para seguir con el ritmo aventurero, también está la opción de navegar en kayak alrededor de este mágico glaciar, bordeando los inmensos hielos en zonas especialmente demarcadas para este deporte.

Además, desde las pasarelas dispuestas a pocos metros de este gigante se pueden hacer caminatas y disfrutar del espectáculo que dan los frecuentes y sorpresivos desprendimientos que se producen en el imponente frente de 5 kilómetros.

Si la emoción por pisar el hielo continúa, en el Cagliero también se puede vivir esta experiencia que comienza a pie por el bosque nativo de Lenga en la Estancia Los Huemules, con el cerro Chaltén custodiando desde el fondo. Luego, sigue una breve escalada por las rocas de las vías Ferratas que dejará a los aventureros frente a frente con el Glaciar para ponerse los crampones y caminar durante tres horas.

Esta reserva debe su nombre al huemul, que es el ciervo más austral del mundo, originario de la Patagonia compartida entre Argentina y Chile. Esta especie está en peligro de extinción y el Parque Nacional Los Glaciares es uno de los últimos rincones del mundo donde vive.

Gigante entre gigantes

Llegó el momento de conocer al gigante entre gigantes. Es que el Glaciar Viedma es el segundo más grande del hemisferio sur y, claro, el más grande del Parque Nacional Los Glaciares. Es, también, el más largo de Sudamérica con alrededor de 70 kilómetros salpicados por el tono grisáceo de las cenizas que arrojaron antiguas erupciones del volcán Lautaro, donde nace.

De los Andes al espacio

Volviendo a los gigantes de hielo, hacia el norte otro imperdible es el Upsala. Con sus más de 700 kilómetros cuadrados, es conocido por haber sido capturado desde la Estación Espacial Internacional por el astronauta Thomas Pesquet en una fotografía única. Entre los imponentes Andes, se pudo ver el hielo que se desliza a través de las montañas surcando caminos blancos macizos.

Este mágico glaciar es el más grande del Lago Argentino y se lo puede apreciar a gran distancia. Para conocerlo, una embarcación zarpa desde Punta Bandera y la aparición de bloques de hielo flotando en el agua por los desprendimientos indica que este gigante está cerca.

Un paseo entre témpanos

Las excursiones hacia el Upsala entre enormes témpanos incluyen a otro maravilloso como es el Spegazzini, que se extiende entre Argentina y Chile. Sus inmensas paredes alcanzan los 135 metros y lo convierten en el más alto del Parque Nacional Los Glaciares.

Internarse en el bosque al desembarcar es imperdible y una caminata corta es suficiente para recorrer los miradores que revelan la belleza de la Bahía de los Glaciares ante los turistas. Pero las vistas no terminan allí y desde el Refugio Spegazzini se puede seguir disfrutando de estos increíbles paisajes entre montañas, lago y hielo.

Magia imperdible

La magia de los hielos patagónicos está en sus formas, su inmensidad y en sus colores que contrastan con las montañas que los abrazan. Desde hace miles de años estos gigantes fueron moldeando su entorno y definiendo formas de vida únicas. Al ser importantes reservas de agua dulce, están protegidos dentro del Parque Nacional Los Glaciares y por la Ley de Glaciares.

Montañas, lagos y bosques son otros de los atractivos que se complementan con los inmensos bloques congelados y tiñen los alrededores de colores. Para acceder a ellos la entrada se puede adquirir online antes de la visita o en el mismo ingreso, donde solo puede usarse dinero en efectivo porque no hay señal de Internet.

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