De una fábrica de conservas a un antiguo palacio, estas propiedades son una muestra del esfuerzo de Portugal por proteger y ensalzar su patrimonio.
Al borde del Atlántico, con el beso del sol y la caricia de la brisa oceánica en sus costas y sus calles con aire del Romanticismo, Portugal tiene mucho que ofrecer a todo tipo de viajeros, ya sea el panorama cultural y gastronómico de la cosmopolita Lisboa o las llanuras doradas del Alentejo. En los últimos años hemos visto varias inauguraciones de hoteles que han solidificado el talento único del país para unir la conservación histórica y la creatividad arquitectónica.
El resultado es una riqueza de hoteles boutique muy íntimos con un pasado fascinante. En estos hoteles de Portugal, la historia se entreteje con la vida moderna del país, y más que en las comodidades de lujo, estas propiedades se centran en promover una visión del viaje que proteja y ensalce el rico patrimonio portugués. Más abajo encontrarás los mejores hoteles de Portugal para experimentar el pasado ilustre de la nación lusa, de retiros rurales con encanto a elegantes estancias de ciudad.
ALENTEJO: LA SEGUNDA VIDA DE UN VIÑEDO, UN CONVENTO DE ESTILO RENACENTISTA Y GRANJAS MUY LUJOSAS
Herdade da Malhadinha Nova, una quinta en expansión que se extiende a lo largo y ancho de 400 hectáreas de terreno agrícola, es una representación de lo mejor del Alentejo: buen vino, vistas arrebatadoras y un trato cercano. Cuando la familia Soares compró esta granja abandonada en 1998, se propusieron renovar las ruinas utilizando técnicas tradicionales en el proceso, como “casas caiadas”, proceso artesanal de encalado. Su primer alojamiento se lanzó en 2008, pero en 2020 la arquitecta Joana Raposo también transformó las ruinas de edificios de agricultura que quedaban en la propiedad en cuatro impresionantes nuevas casas de invitados.
Con una historia larga y distinguida, Convento do Espinheiro es uno de los ejemplos más antiguos de arquitectura renacentista en la ciudad de Évora, patrimonio mundial de la Unesco. El hotel y los amplios terrenos que una vez dieron cobijo a los monjes de la Orden de San Jerónimo transmiten su pasado como claustro monasterial a través de la ricamente restaurada capilla dorada y el sótano abovedado reconvertido en restaurante de lujo, en el que se sirve una cocina regional maridada con una amplia carta de vinos portugueses. La piscina ubicada entre olivos e higueras y el completo y tranquilo spa ponen el broche de oro a esta oferta de lujo.
Rodeado de campos de olivos y viejos alcornoques recorcidos, São Lourenço do Barrocal fue en su época un rico pueblo agrícola decimonónico que proveía suficiente ganado, grano, verduras y vino para mantener hasta a 50 familias residentes todo el año. La propiedad de 315 hectáreas acabó cayendo en el abandono hasta que José Antonio Uva, cuya familia poseía la propiedad desde hace 200 años, encargó al arquitecto ganador de un precio Pritzker Eduardo Souto de Moura la tarea de convertir los edificios agrícolas de piedra encalada tradicional (incluidos los antiguos establos y el granero) en un elegante conjunto de habitaciones, casitas, restaurante y spa. Los interiores serenos incorporan antigüedades del pasado de la finca (fotografías, herramientas agrícolas, cerámica y utensilios de cocina) que resucitan ante nuestros ojos esta historia fascinante.
EL ALGARVE: UNA ANTIGUA OFICINA DE CORREOS Y TIENDA DE ULTRAMARINOS
Hospedaria, ubicado a poca distancia a pie del ahora asentado Pensão Agrícola (y con una localización ideal entre la histórica ciudad de Tavira y el tranquilo pueblo pesquero de Cacela Velha), hizo en su momento las veces de oficina de Correos, tienda de ultramarinos y lugar de reunión. Originario de 1917, gran parte del encanto del edificio se mantiene en la actualidad, incluidos los dos buzones borgoña aprisionados entre dos puertas de color cereza que dan la bienvenida a los huéspedes durante el check in. Los tradicionales techos de caña de bambú le dan un toque rústico a sus serenos interiores, consiguiendo un equilibrio perfecto entre lo ecléctico y lo moderno, con muebles artesanales, arte contemporáneo y accesorios vintage.
REGIÓN CENTRAL: SANATORIO ABANDONADO CONVERTIDO EN SPA
Después de la expedición científica de la Sociedade de Geographia de Lisboa en 1881, Serra da Estrela recibió el título de lugar más saludable de Portugal. El primer resort de montaña del país se construyó en Casa das Penhas Douradas, que después hizo las veces de sanatorio. En 2010 los actuales dueños se encontraron con la propiedad, dañada por el fuego y abandonada, durante una excursión de senderismo y decidieron convertirlo en un hotel boutique.
A 1,500 metros de altura, las 17 habitaciones y la única suite ofrecen magníficas vistas panorámicas del paisaje montañoso. La decoración moderna exhibe obras de artistas y diseñadores nórdicos y portugueses como Catarina Pinto Leite, Hans Wegner, Bruno Mathsson, Borg Mogensen, Pedro Silva Dias y Pedro Brígida, así como el uso de tejidos de lana y paño, productos que hacen célebre la región. Hay multitud de caminos de senderismo y bicicleta de montaña cerca, y la piscina climatizada cubierta (que pronto se verá acompañada de una bañera de hidromasaje al aire libre) es el plan perfecto para relajarse después de una excursión.
REGIÓN DEL NORTE: GRANJAS CENTENARIAS
Con casi 400 hectáreas de terreno y 500 años de historia, Ventozelo Hotel & Quinta es una de las mayores y más antiguas granjas del valle del Douro. Las 29 habitaciones repartidas por la finca se ubican en edificios agrícolas reutilizados. Las Balões (o globos), con sus paredes encaladas curvas, fueron en su momento contenedores redondos de cemento para almacenar vino. Ahora, este cómodo par de suites ofrecen vistas irresistibles de los viñedos y del río Douro a lo lejos. Aunque el hotel abrió en 2019, la granja sigue activa y produce vino y aceite de oliva que los huéspedes pueden degustar en la Cantina, un restaurante de la granja a la mesa y bar de vino ubicado en la antigua cafetería de los trabajadores de la granja.
La panadería reconvertida en casa de invitados A Padaria Farmhouse ofrece una estancia muy íntima en el pequeño y exuberante pueblo de São Cristóvão de Nogueira, uno de los pueblos atravesados por el Doura. La posadera de este negocio familiar, Maria João Sousa Montenegro, y su madre, Jacinta, dan la bienvenida a los huéspedes cada mañana con un desayuno casero protagonizado por el fruto de su trabajo en la granja, el huerto, el viñedo y los campos frutales. Fue Maria, con ayuda de los artesanos de la zona, la que supervisó los tres años de renovación que convirtieron la panadería de su abuelo en un espacio acogedor y minimalista de sencillos muros encalados y mobiliario artesanal.
LISBOA: UNA FÁBRICA DE CONSERVAS RENOVADA Y UN ANTIGUO PALACIO
En el centro histórico de Lisboa, un edificio abandonado que en el siglo XIX contenía una fábrica de conservas recibió una segunda vida bajo el nombre de The Lisboans, que cuenta con 15 apartamentos totalmente equipados, así como con el aclamado restaurante Prado y Prado Mercearia, que es a la vez mercado, restaurante y bar de vinos.
En 2016, el edificio vivió una reforma total, aunque se mantuvo la integridad arquitectónica original de la fachada. Los encantadores apartamentos de uno y dos dormitorios exhiben una decoración de mano de artesanos portugueses, así como textiles locales y antigüedades.
Ubicado en el corazón de Lisboa, en el punto en el que se encuentran los barrios de Chiado, Bairro Alto y Príncipe Real, el amarillo Palacio Ludovice hizo en su momento las veces de residencia privada de João Federico Ludovice, arquitecto del rey Juan V de Portugal. Durante su transformación en hotel boutique de lujo, se conservaron los azulejos blancos y azules originales del siglo XVIII, las pinturas al fresco y los techos de estuco en arco. El interior combina de forma impecable los toques históricos (azulejos pintados a manos y muros de madera tallada) con un toque contemporáneo.