Abre en la calle de Anselm Clavé, 17, el Hotel Boutique La Pau, de cuatro estrellas y solo 24 habitaciones I Se trata de un edificio de finales del siglo XIX en el que se ha hecho una reforma que destaca por su diseño y la recuperación de elementos arquitectónicos originales
Un edificio del barrio Gòtic, el que está situado en la calle de Anselm Clavé, 17, al lado de la Rambla, ha sido las caballerizas del gobierno militar de Barcelona, almacén de una empresa bananera, donde se ponían a madurar los plátanos, y el hostal El Nilo durante más de 40 años. A finales de mayo, esta finca de 1895, culminó su transformación y ha abierto como hotel singular. Se trata del Hotel Boutique La Pau, de cuatro estrellas, con solo 24 habitaciones, que quiere convertirse en un oasis de tranquilidad en medio de Ciutat Vella, explica la empresa barcelonesa Grup Enjoy BCN, propietaria del establecimiento y de 56 apartamentos turísticos en la ciudad.
Carmen de la Maza, responsable de Sostenibilidad del hotel y directora de The 19th Hole, en la Torre Urquinaona, donde el Grup Enjoy BCN ocupa las plantas 19 y 20, explica que el grupo ha invertido 10 millones de euros en el hotel, seis en la compra y cuatro en la reforma. Las obras, que se han prolongado durante unos cuatro años, se han hecho con mucho cuidado, y han permitido recuperar las vigas de madera originales, con vuelta catalana, presentes en todas las habitaciones, y los estucados de hace décadas de la escalera.
De hecho, el diseño es una de las señas identidad del hotel, el del pasado, y el actual, representado, por ejemplo, con la escultura de una gran maleta, de acero inoxidable, en la entrada del establecimiento, obra de Jordi Díez, autor de El saltador de la plaza de Urquinaona; el cuadro de un botones de la recepción, del pintor Jordi Díez (diferente al escultor), y las lámparas construidas con materiales de viejas bicicletas, del artista local Ramiro Sobral.
En lo alto del hotel, de cuatro plantas, la terraza permite disfrutar de vistas únicas del monumento a Colón, con tres espacios diferenciados, la zona de baño y solárium, con hamacas; otra con butacas, protegida con un cenador, y una tercera más chill. En un futuro, el establecimiento dispondrá de otra terraza interior que se está acabando de habilitar.
El hotel tiene unos veinte trabajadores, algunos de los cuales provienen de la Fundació El Llindar, de Cornellà del Llobregat. Se trata de una entidad que ayuda a jóvenes en riesgo de exclusión social, dice de la Maza, y en el hotel estas personas tienen su primera experiencia laboral, de como mínimo un año, lo que, seguramente, les facilitará más adelante encontrar un nuevo trabajo.