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Atracciones

El Gran Museo Egipcio inicia su apertura parcial

Egipto ha dado un paso más en su ambicioso proyecto cultural con la apertura de una docena de nuevas salas en el Gran Museo Egipcio (GEM), ubicado cerca de las pirámides de Giza. En esta fase inaugural parcial, se exhiben (desde el pasado 16 de octubre) 14,000 piezas arqueológicas trasladadas recientemente, lo que marca un hito significativo en la historia del museo.

Las nuevas galerías del museo se organizan alrededor de tres temáticas clave: sociedad, infancia y eternidad. Según declaró a la agencia EFE Al Tayeb Abbas, jefe del Departamento de Antigüedades del (GEM), hasta la fecha se han trasladado más de 57.000 artefactos al museo. Algunos permanecerán almacenados, pero la mayoría estarán en exhibición durante esta fase de apertura.

Experiencia inmersiva en la historia antigua

Las nuevas salas del GEM no solo albergarán tesoros del antiguo Egipto, sino también estatuas, bustos y antigüedades de las épocas romana y griega. Los visitantes podrán disfrutar de una experiencia multimedia gracias a modernas pantallas y una iluminación cuidadosamente diseñada para realzar la majestuosidad de las reliquias expuestas.

Uno de los principales atractivos es la colección de Tutankamón, considerada la más grande del mundo, exhibida en un área de 7,200 m2 que incluye más de 106 vitrinas. Además, entre las piezas más destacadas se encuentra la icónica barca solar de Keops.

Un proyecto monumental con miras al futuro

El gobierno egipcio, comprometido con el desarrollo del turismo, está remodelando los alrededores del museo para mejorar el acceso y la experiencia de los visitantes. Aunque las instalaciones del GEM están casi listas, el país aún espera el momento adecuado para anunciar la apertura completa del museo, que lleva más de dos décadas en construcción y ha requerido una inversión de más de mil millones de dólares.

El Gran Museo Egipcio, conocido popularmente como “la cuarta pirámide”, es una obra faraónica que ha enfrentado varios retos desde que comenzó su construcción en 2002, incluyendo la pandemia y los disturbios políticos en la región. Sin embargo, con esta nueva fase, el gobierno egipcio reafirma su compromiso con la preservación de su legado cultural para el mundo.

Gracias a esta esperada apertura, seguramente Egipto será uno de los viajes imprescindibles de 2025. La inauguración parcial del nuevo museo (la definitiva está prevista para principios del año que viene) es un nuevo atractivo tanto para los viajeros que nunca han estado en el país africano, como para quienes desean de pisar de nuevo la meseta de Guiza.

¿Quién no conoce a Tutankamón?

Más de 60,000 compartidos. Esa fue la abrumadora cifra que ha alcanzado el artículo de 2019 en el que anunciábamos que Egipto abriría al público el mayor museo de arqueología del mundo en 2020. El interés en la inauguración es extraordinario, algo que tiene sentido si pensamos en la historia del edificio: su primera piedra se puso ¡en 2002!

Cuatro años después, en 2006, se trasladó la estatua de Ramsés II -de 3.200 años- desde la Plaza de Ramsés en El Cairo hasta la meseta de Giza, donde se emplazaría más tarde el centro expositivo bajo el nombre de Gran Museo Egipcio (GEM). Otros cuatro más tuvieron que pasar hasta que la antigüedad se erigió como épica entrada del museo, que en 2015 se anunció que abriría en 2018.

Desde entonces, la fecha se ha pospuesto hasta cuatro veces. Pero, por fin, ya podemos visitarlo. “El Gran Museo Egipcio se ha diseñado como el museo arqueológico más grande del mundo; sólo el terreno ocupa 50 hectáreas. Está situado a dos kilómetros de la meseta de Giza, donde se encuentran las famosas pirámides atribuidas a Keops, Kefrén y Micerinos, aparte de muchas mastabas –tumbas– y templos, así como la enigmática Esfinge. Por ello, los turistas tienen la magnífica opción de visitar en una única jornada tanto el museo como la zona de las pirámides”, señala el egiptólogo Manuel José Delgado.

Él ya ha visto cómo evolucionan las obras del espacio, un original diseño de geometría triangular con una fachada translucida de 800 metros de longitud y 40 metros de altura obra del estudio Heneghan Peng Architects. “El nuevo museo es impresionante por fuera. En el antiguo siempre había que recorrer el centro de la ciudad, con sus atascos, con el problema añadido del aparcamiento de los autobuses”, explica.

El experto habla del antiguo museo de El Cairo, situado en la plaza del Tahrir, que se inauguró en 1902 “y, prácticamente, se llenó de objetos arqueológicos el primer día”, añade Delgado. De hecho, cuenta en la actualidad con 140.000 piezas. “Desde entonces, todos los descubrimientos que han visto la luz han terminado en almacenes, ya que, por un problema de espacio, sólo han sido expuestos los más importantes. Esperamos que este nuevo museo brinde la oportunidad de disfrutar con una selección modernizada del patrimonio faraónico”, cuenta.

El Gran Museo Egipcio:

Frente al caos circulatorio y las estrechas callejuelas de El Cairo, que albergan el antiguo museo, en el GEM existen grandes espacios con palmerales para relajar la visita, según relata el egiptólogo. “En el interior, las salas son un poco minimalistas, con grandes espacios para los grupos, lo que resta un poco del encanto de las estanterías apiladas del viejo museo. Con todo, se realzan las grandes estatuas, y existirá un mayor espacio para ver las piezas, sin que la afluencia de público impida su adecuada contemplación”.

“El olor a madera vieja y a rancio del ambiente del antiguo museo, con sus lugares poco iluminados, se va a tornar en una luz que va a entrar profusamente por sus fachadas acristaladas, con un aire acondicionado que se echaba en falta. El riesgo lo da el modernismo, las tiendas, cafeterías y restaurantes que van a complementar el conjunto, y los trenecitos eléctricos que llevarán a los turistas desde el museo hasta la meseta de Giza. Esperemos que no se convierta todo en un parque de atracciones, y se mantenga en cierta medida el espíritu solemne de aquellos tesoros milenarios”, analiza.

¿Más cifras? En el GEM se planean exponer 100.000 obras de arte, de las cuales buena parte nunca habían visto la luz. Estas se presentarán de forma cronológica en cuatro partes: Prehistoria, época predinástica, dinástica temprana, reino antiguo y primer período intermedio; Reino medio y segundo período intermedio; Nuevo reino y Tercer período intermedio, período tardío y período grecorromano. De todas las piezas, unas 3.500 proceden de la tumba de Tutankamón. Además, el centro contará con varios parques y jardines.

Son cifras excepcionales, pero, viendo el interés que generó tan solo la noticia de su apertura, probablemente sea sencillo alcanzarlas: “La civilización faraónica no resulta ajena a nadie. Cuesta trabajo encontrar por la calle a gente que sepa decir algún rey etrusco o tracio, sin embargo ¿quién no conoce a Tutankamón?”, se pregunta Delgado.

“Egipto tiene tal cantidad de ofertas que es difícil que cualquier viajero no encuentre lo que va buscando: aventura, ocio, espiritualidad, misterios… Es por ello por lo que todas las enciclopedias de historia comienzan por los fascículos de Egipto. Es algo que tenemos culturalmente incorporado como nuestro. El destino de Egipto no hay que venderlo ni desarrollar grandes textos: con un par de fotos ya es suficiente para hacer volar nuestra imaginación», considera el profesional.

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