¿Quién no ha soñado alguna vez en su vida con desconectar en una isla griega decorada con la paz que le da el mar y sus obras arquitectónicas de un blanco impoluto?
No hay un lugar mejor para hacerlo que en uno de los hoteles de lujo más premiados y fotografiados del país. El que ha sido diseñado por el estudio griego Kapsimalis Architects, conocido por sus labores de conservación de la arquitectura en Santorini.
Saint Hotel se encuentra en el pueblo griego de Oia, y se encuentra en varias cuevas reconstruidas ubicadas en un acantilado sobre el mar. Estas forman parte de este complejo hotelero que abrió sus puertas a finales de 2019 y que no rompe la estética del paisaje de la zona, sino que la realza.
El resultado final es un hotel de seis niveles con vistas al mar, de estilo contemporáneo pintado de un blanco inmaculado y formas cubistas, que tiene un total de dieciséis suites de lujo con terrazas y piscinas privadas, interconectadas por una escalera de hormigón.
“El movimiento descendente de la escalera central exterior desde la entrada del hotel hasta la parte más baja de la parcela simula una “grieta” en el “cuerpo” del edificio, que dirige los movimientos y a los huéspedes a las áreas individuales privadas y comunes del hotel”, explican desde el estudio.
Saint Hotel cuenta, además, con nuevas estructuras, que elevan su categoría de lujo a gran lujo, como una piscina infinity, el spa, un gimnasio, un hamman, un restaurante, una zona privada de relajación al borde del acantilado y espacios en forma de callejón que añaden privacidad y que conectan las terrazas con los dormitorios.
Respecto al interior, los diseñadores de Kapsimalis Architects han querido mantener su enfoque minimalista, pero en esta ocasión, el blanco es decorado con detalles dorados y verdes iridiscentes.
Tanto las suites como las cuevas, todas ellas con vistas a la bahía volcánica de la isla, han sido decoradas con el mobiliario mínimo y necesario para la comodidad de los huéspedes, lo que le da una sensación de espacio y de tranquilidad más amplia. Sus respectivas terrazas tienen, además, asientos a medida y parasoles circulares que se pueden regular para un descanso perfecto.
Por otro lado, las zonas comunes más nuevas, se caracterizan por una decoración en tonos más vivos, como los azules.
“Como los límites entre el espacio del hotel y el viejo tejido urbano no son tan definidos, la interacción de los huéspedes del hotel, los visitantes del pueblo y los visitantes es casi segura. Ahora bien, el diseño y la función del hotel es ofrecer privacidad a sus huéspedes, en caso de que deseen relax y privacidad”, dicen desde el estudio de arquitectura.