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Hotelería

El hotel de hielo más bonito de Suecia

En Ice Hotel, un gélido alojamiento sueco, dormir a -5ºC se convierte en una experiencia onírica.

Desde hace tres décadas, cuando el hielo se apodera del río Torne, nace una nueva obra de arte en el pequeño pueblo de Jukkasjärvi: el espectacular Ice Hotel, que puede presumir de ser el alojamiento construido con hielo y nieve más grande del mundo.

Dormir en este hotel de Suecia merece la pena, pero permanecer el mayor tiempo posible con los ojos bien abiertos es más que necesario: no hay huésped que no se quede helado ante el espectáculo visual que se esconde entre sus gélidas paredes.

Situado a unos 200 kilómetros sobre el Círculo Polar Ártico, cuenta con 12 suites, 20 Ice Rooms, una galería de arte y un Ice Bar.

Yngve Berg- qvist -fundador de Ice Hotel-, inspirado por la tradición japonesa de escultura de hielo, en 1989, con la ayuda de dos escultores de hielo profesionales de Japón -que instruyeron a los artistas-, creó un enorme iglú con la técnica del molde.

En sus comienzos, el espacio era una galería de arte -ARTic Hall-, pero una noche, unos invitados solicitaron pernoctar en el iglú. Fueron equipados con pieles de reno y sacos de dormir, y amanecieron cautivados por la experiencia. Así fue como comenzó la andanza hotelera.

¿Cuánto hielo se necesita para construir esta fantasía helada? Tan sólo diez segundos de flujo de agua del río Torne equivalen a 4.000 toneladas de hielo, suficiente para alzar cuatro hoteles de hielo.

Tras la joya arquitectónica, que cada año renace con una nueva apariencia, se encuentra un equipo creativo especializado en arte efímero. Cada edición, un total de 200 artistas de todo el mundo (diseñadores gráficos, arquitectos, ingenieros industriales…) postula para formar parte del diseño de Ice Hotel.

De esta manera, las ideas más originales son aceptadas y entre 15 y 20 candidatos -tanto veteranos como nuevos- acuden en noviembre a Jukkasjärvi para ponerse manos a la obra.

A su vez, expertos en iluminación se encargan de escoger la luz de las diferentes salas, trabajando en sintonía con los creativos que se encuentran tras ellas.

Para hacer frente al frío, Ice Hotel ofrece a los huéspedes una guía de supervivencia nocturna que les informa sobre cómo vestirse apropiadamente -se les proporcionará ropa de abrigo nada más entrar- y cómo hacer la cama con los sacos de dormir del Ártico.

Los sacos de dormir están diseñados para soportar hasta -25° C. Las suites de hielo no tienen puerta, por lo que por la mañana un miembro del personal del hotel correrá la cortina y ofrecerá a los huéspedes un amanecer patrocinado por zumo caliente de arándano.

Los más frioleros también podrán abandonarse a merced de las cálidas cabañas, aunque la dirección del hotel recomienda pasar al menos una noche en alguna de las habitaciones de hielo.

«Muchos de nuestros huéspedes no han dormido en un hotel bajo cero ni en un saco de dormir antes, así que algunos de ellos están un poco nerviosos antes de que sea hora de ir a la cama. Pero, normalmente, se despiertan agradablemente sorprendidos de lo bien que han dormido», apunta Jenny Andersson de Ice Hotel.

Por otro lado, para entrar en calor, el hotel también cuenta con una sauna y un área de relajación -abierta las 24 horas- con una chimenea y bebidas calientes.

¿La mejor época del año para alojarse en él? Pues, contra todo pronóstico, su belleza no se derrite al llegar la primavera.

Los sami dividen el año en ocho estaciones para reflejar las grandes transformaciones que marcan el año en Jukkasjärvi. Auroras boreales y temperaturas de hasta cuarenta grados centígrados bajo cero contrastan con las suaves temperaturas del verano, estación durante la cual el el sol brilla el equivalente a 50 días consecutivos.

Para aprovechar dichas características climatológicas, desde 2016, el hotel ha sumado un ala permanente que se mantiene gracias a una instalación de paneles solares que proporcionan energía a la planta de refrigeración, que se encarga de lograr que el hotel se mantenga a -5ºC.

Las nueve Deluxe Suites -con sauna privada-, las nueve Art Suites, el bar de hielo y la galería que dan vida a esta última ampliación, que permanece intacta durante los 365 días del año y suma un total de 2.100 metros cuadrados, fueron diseñadas por el arquitecto sueco Hans Eek.

De puertas afuera, hacer ciclismo, rafting o esquí; realizar esculturas de hielo; pescar; pasear en trineo; contemplar las auroras boreales; o realizar una travesía en barco por el río, bajo el hipnótico sol de medianoche, son algunas de las experiencias que complementan la pletórica estancia.

Tras el éxito de Ice Hotel, el savoir faire de sus artífices ha aterrizado en otros puntos del mapa: desde barras en los bares de hielo permanentes de Estocolmo y Londres hasta instalaciones de hielo en la Semana del Diseño de Milán.

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