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Destino

Carnavales en República Checa, tradición medieval con sello Unesco

Reconocido como Patrimonio Inmaterial Cultural por la Unesco, el Carnaval checo de Hlinsko ha mantenido sus tradiciones desde hace varias generaciones.

Su alegría y color es común a otros carnavales que se reparten por Chequia inundando el país de máscaras, música, bailes, banquetes y mucha fantasía. Febrero es, sin duda, el mes de la diversión.

Existen tradiciones que se perpetúan por todo el mundo, y la celebración del Carnaval es una de ellas. En algunos lugares, como en la República Checa, llega a alcanzar rasgos tan característicos que incluso se encuentran bajo la protección de la Unesco. La diversión, la pantomima, los disfraces e, incluso, el exceso son atributos comunes entre todas las variantes que se pueden encontrar en el país.

Los Carnavales de Chequia no son un invento reciente, sino que se remontan como mínimo al siglo XIII, cuando ya eran disfrutados tanto por las clases humildes como por las más privilegiadas.

El modo de hacerlo sí que era un factor diferencial, ya que cuanto más elevada era la posición social mayor era la opulencia y el derroche que se producía.

Aunque ha habido algunos paréntesis, como la prohibición de los siglos XVIII y XIX por la Iglesia católica, o la del gobierno socialista en parte del siglo XX, el carnaval se ha mantenido como una señal de cohesión entre las distintas generaciones, ya que los padres ayudaban a construir las máscaras tradicionales a sus hijos.

Aún no os lo hemos dicho, pero el carnaval en checo recibe el nombre de masopust, que es la traducción del italiano ‘carne levare’, haciendo alusión a la obligación cristiana de evitar comer carne durante el periodo de Cuaresma.

El inicio de los festejos carnavalescos se producía el Jueves Grasiento (Tučný čtvrtek), una jornada donde no existía límite en la comida o la bebida. Las mesas se llenaban de viandas altas en colesterol, como chorizos, chicharrones, longanizas y cabezas de cerdo cocidas, o de ricos pasteles. En algunas regiones, aquellos que no podían asistir a la fiesta recibían una cesta con productos, en Moravia la llamaban “joyas” y en Bohemia, “matanza”. Antaño, este periodo se correspondía con el periodo de las matanzas de cerdos, las bodas y los bailes.

Y la segunda gran celebración del masopust tenía lugar el día anterior al Miércoles de Ceniza, fecha a partir de la cual comenzaba la vigilia. Ese Martes de Carnaval había grandes desfiles de disfraces (vostatky), llenos de color y alegría, guardaban un carácter distinto en cada lugar. Conozcamos tres carnavales checos donde no falta la diversión: Hlinsko, Praga y Český Krumlov.

Carnaval de Hlinsko, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco

Puede que en el carnaval de la región de Hlinsko no fluya una diversión desenfrenada pero es un evento histórico único, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco (en 2010) por haber mantenido inalterados, durante varias generaciones, sus desfiles y máscaras.

Se celebra fundamentalmente en los pueblos de Vortová, Studnice, Blatno y Hamry, situados en los alrededores de la ciudad de Hlinsko (Bohemia del Este), y cada año reúne a miles de visitantes.

Los dos datos más curiosos de este carnaval es que son desfiles masculinos, es decir sólo pueden participar hombres y niños, y que en este cortejo siempre se deben incluir 21 personajes con disfraces tradicionales.

En la comitiva, que marcha acompañada de una banda de música, desfila en primer lugar una yegua y un carnicero, y les siguen judíos con un saco, turcos con los que se parodiaban antiguas campañas bélicas, hombres de paja, deshollinadores, la mujercita, etc.

Una curiosidad es que la yegua al final del desfile, tras un manifiesto jocoso, es sacrificada (¡ficticiamente!) por el carnicero y resucitada con un chupito de aguardiente.

Los disfraces también guardan toda una simbología, a veces relacionada con el medio agrario. Las máscaras de osos y caballos se vinculan con la fertilidad y la abundancia, las de color negro con demonios, los hombres de paja con la fecundidad, etc.

En algunos lugares aún siguen desfilando por las calles y realizando su baile ritual en cada casa para garantizar una próspera cosecha. A cambio reciben un aguinaldo en forma de bebidas o dulces tradicionales.

Český Krumlov, el carnaval más bohemio

Cuarenta días antes de Cuaresma, por las casas de Český Krumlov comienzan a agitarse los desvanes en busca de disfraces, y las modistas ultiman sus encargos para los desfiles.

En esta ciudad, con fisonomía de escenario de cuento de hadas, tiene lugar el Martes de Carnaval un desfile que infunde vida a sus calles medievales. Juglares, músicos, damas y caballeros con pintorescas caretas, y niños con trajes de fantasía pasean mientras el público los admira entusiasmado.

Pero no solo es un culto a la vista, porque, como no puede ser de otro modo, en estas fechas se debe caer en el pecado de la gula antes de entrar en un estricto periodo de carencia.

Los visitantes más activos incluso pueden participar en talleres de rosquillas de carnaval, de disfraces o de instrumentos musicales que luego se pueden utilizar en el desfile. Entre barbacoas y cervezas especiales para la fecha, música, bailes y desfiles, el Carnaval de Český Krumlov se pasa volando y siempre quedan ganas de volver.

Praga, la fiesta también es joven

Como no solo de tradiciones vive el hombre, el Carnaval de Praga representa la cara más actual de estos festejos. La capital de Praga, en su línea más moderna, celebra la confrontación de Don Carnal y Doña Cuaresma en varios distritos de Praga. En ellos también tienen lugar desfiles de disfraces, tanto tradicionales como imaginativos, se come y se bebe en los puestos instalados en calles y plazas, y hay música por doquier.

En años anteriores, el Carnaval de Žižkov (Praga 3) ha durado varios días y han llegado a desfilar hasta 4.000 personas. El barrio de Letná, uno de los más dinámicos de Praga, también tiene un programa carnavalesco propio, y en 2020 hubo fiesta en el Museo Nacional de Agricultura, y un gran encuentro en el Parque de Letná.

Estas son solo tres propuestas de Carnaval en Chequia, desde la más tradicional, pasando por una versión renovada en la capital checa y terminando en el desfile de la romántica Český Krumlov, pero para descubrir la magia de esta celebración hay que agendar esta fiesta y acudir en sus próximas ediciones. Cuando pase todo esto…

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