Zuccardi Valle de Uco abrió sus puertas hace seis años en la Provincia de Mendoza y la mitad de ese tiempo fue galardonada por The World´s Best Vineyard como la mejor del planeta
Por tercera vez consecutiva, The World´s Best Vineyard reconoció a la famosa bodega argentina Zuccardi Valle de Uco como la mejor del mundo. El paraíso del vino mendocino recibió el título otorgado por un jurado de 600 expertos que seleccionaron a los galardonados entre más de 1,500 establecimientos.
¿En qué se basan para elegir? En la calidad de los vinos, claro está –Finca Piedra Infinita Gravascal 2018, uno de sus Malbecs, había logrado el puntaje más alto posible en la revista Robert Parker´s Wine Advocate, “los 100 puntos Parker”- pero también se evalúan factores como la gastronomía, el recorrido, la accesibilidad, el ambiente, la atención, la reputación y el paisaje. ¡Y qué paisaje el de infinitas viñas verdes bajo la Cordillera de los Andes, ¿no?!
En la lista de las mejores diez vuelve a aparecer la bandera albiceleste con Catena Zapata en el séptimo puesto. Pero no queda ahí: los nombres argentinos pisan fuerte a lo largo de todo el top 50. Trapiche en el puesto 18, El Enemigo en el 24, la salteña Colomé en el 35 y SuperUco en el 42. Son seis las bodegas del país del Fin del Mundo entre las cincuenta mejores del globo.
La bodega Zuccardi Valle de Uco está abierta y ofrece actividades para todos los sentidos: probar los sabores de su cocina maridando con los mejores vinos del mundo, admirar la vista panorámica y fotografiar la arquitectura noble y moderna de su bodega son parte del plan.
Visitas guiadas y degustaciones en la bodega
Las opciones para visitar la bodega y probar vinos en el proceso son varias. Por un lado, la más simple: recorrer el establecimiento que, con o sin copa en la mano, tiene un encanto inmenso.
Piedra Infinita fue inaugurada en el 2016 por el arquitecto Fernando Raganato y, como bien indica su nombre, homenajea y simboliza lo natural del paisaje que lo rodea. Su diseño también ganó una distinción propia en el año de su apertura: la bodega recibió el Premio de Oro a la mejor arquitectura y paisajismo del mundo por Best Of Wine Tourism. Respeta el entorno mendocino conviviendo a la perfección con sus formas, colores y texturas. Se entendió: llevar la cámara es obligatorio.
Pero si del elixir de uva se trata -y por supuesto que se trata de eso- las opciones de degustaciones son las indicadas. Distinguidas por los tipos de vinos elegidos en cada caso, los precios van desde USD 20 a USD 62, aproximadamente, dependiendo de la serie seleccionada para probar: Polígonos (la más económica), Valle de Uco, Experiencia Terroir y Fincas, cuyos matices reflejan las particularidades de cada viñedo específico. En todos los casos se incluye también la visita guiada.
Eso sí, no te olvides de reservar con tiempo -al menos un mes de anticipación- porque no es de extrañar que los lugares vuelen.
Almuerzo en su restaurante a los pies de la montaña
El agasajo del paladar no podía estar completo sin un buen menú gastronómico. Y como mejor bodega del mundo la calidad de las recetas que protagonizan el maridaje no se quedan atrás. El restaurante de la bodega invita a sentarse en alguna de sus mesas a los pies de la cordillera para completar la experiencia y vivir un banquete de primera gama.
Son cuatro pasos con productos regionales, sabores locales y toques gourmet: puré de pan tostado y espinaca orgánica, mousse de queso de cabra y zanahorias en escabeche como primer plato, chivito braseado con vegetales en diferentes formatos y cocciones para seguir, chuletón a las brasas con puré de papas, berenjenas en escabeche y zapallo al horno de barro de principal y membrillos al Malbec (claro), helado de oliva, romero y nueces garrapiñadas como toque dulce. Las alternativas a elegir son cinco, comenzando por una más económica sin maridaje (USD 60, aproximadamente) y terminando en la opción más lujosa en la que pueden probarse los vinos más premiados de la bodega por USD 186.