A poca distancia de la Fontana di Trevi, el sitio arqueológico Vicus Caprarius pone en valor la trama urbana de la Roma antigua. ¡Y puede visitarse!
Apenas se divisa el aeropuerto de Roma por la ventanilla del avión, afloran las ansías de perderse en una ciudad que ofrece vestigios extraordinarios de la historia de la humanidad. Pero a veces, entre maravillas como el Coliseo, el Panteón de Agripa, el castillo de Sant’ Angelo o el monumento del Ara Pacis de Augusto, otros sitios quedan relegados a un segundo plano, como es el caso de Vicus Caprarius, el sitio arqueológico oculto en el área de la Fontana di Trevi.
El camino subterráneo que se extiende por debajo del Rione de Trevi encierra múltiples secretos de las estructuras de una domus de la época imperial, el Acueducto Virgo que proveía a la antigua ciudad de Roma y hallazgos como el célebre busto de Alessandro Helios.
“Las estructuras se descubrieron durante la renovación del antiguo cine Trevi, uno de los primeros cines de la ciudad, cerrado y abandonado en la década de 1980.
Nada más comenzar las obras, se encontraron partes de los antiguos muros, lo que convenció al propietario, el Grupo Cremonini, de cambiar el proyecto, y financiar íntegramente la excavación”, cuenta Lorenzo Dell’Aquila, director del área arqueológica de Vicus Caprarius, en una entrevista vía email con Condé Nast Traveler.
Comúnmente conocida como “La Ciudad del Agua” (por ser el elemento omnipresente del sitio), la estratificación arqueológica que yace a más de nueve metros de profundidad respecto al nivel de la calle actual, y a poca distancia de la Fontana di Trevi, fue descubierta entre 1999 y 2001 durante las obras para la renovación del Cine Trevi, primando la recuperación completa y la revalorización del yacimiento arqueológico, en lugar del complejo de entretenimiento. Las excavaciones realizadas por la Superintendencia Arqueológica de Roma –bajo la dirección científica de Claudio Moccheggiani Carpano– y financiadas por el Grupo Cremonini, son lideradas, tanto en lo que se refiere a gestión como puesta en valor desde aquel momento hasta el día de hoy, por Lorenzo Dell’Aquila, quien vela por un complejo de edificios de la época imperial que denota con vigor la trama urbana de la Roma antigua.
“Es uno de los mejores ejemplos donde se puede ver con los propios ojos la estratificación milenaria de Roma. En esta única manzana, los edificios públicos (el depósito de distribución del Acueducto Virgo) y los privados (una casa) se han desarrollado juntos de forma continuada desde el siglo I hasta la actualidad”, añade.
Entre la Via San Vincenzo y Viccolo del Puttarello, una superficie de unos 350 metros cuadrados aguarda a ser descubierta. “Para los visitantes creo que es una experiencia inolvidable, ver el agua que aún fluye en la parte antigua del Acueducto Virgo, y darse cuenta de que este sistema ha estado funcionando continuamente desde el siglo I a.C. hasta ahora, puesto que se utiliza para alimentar las fuentes más importantes de la ciudad, como la Fontana di Trevi”.
Aun así, no solo las estructuras del Acueducto Virgo y de los ambientes residenciales convierten la experiencia en una de los imprescindibles de Roma, también existen tres secciones del lugar que enseñan artefactos encontrados durante las excavaciones, como por ejemplo los revestimientos de mármoles policromos, las refinadas decoraciones (entre las cuales se encuentra el busto de Alessandro Helios), y los objetos spatheia, una ánfora africana para el transporte del aceite.Vicus Caprarius, “La Ciudad del Agua”, puede visitarte de martes a domingo de 11:00 a 17:00 horas. El precio de la entrada es de 8 euros en el caso de las visitas individuales y también pueden concretarse tours para grupos.