Un estudio realizado por Bounce, empresa de transporte de equipajes para viajeros, ha situado a Portugal en el número 2 de un ranking de los mejores destinos para los amantes del vino.
Portugal acoge cada año a mayor número de turistas interesados en descubrir el país a través de sus territorios vinícolas y gastronomía única. Con dos regiones productoras de vino protegidas por UNESCO, este estudio designa además a Portugal como el mejor país para realizar rutas enoturísticas, con 5,531 por cada 100,000 habitantes.
El estudio ha valorado la cantidad y calidad de los viñedos y rutas vinícolas de cada uno de los países y también factores como el consumo, la producción, las exportaciones, los viñedos, los tours del vino y el costo promedio de una botella de vino para sus conclusiones.
Con una proyección vinícola internacional y una tradición milenaria que se remonta a los tiempos de los Romanos, Portugal ha apostado por promoverse como destino enoturístico internacional bajo la marca “Portuguese Wine Tourism”, para generar acciones que contribuyan a insertar el país como referente del turismo vinícola sostenible en el escenario internacional.
Portugal – que ocupa el 10º puesto en producción de vino a nivel mundial – es un referente mundial de la cultura en torno al vino. Posee una extensa red territorial dedicada a su producción, ocupando el 9º puesto, en un entorno natural respetuoso con el medio ambiente y la sostenibilidad. 190 mil hectáreas están dedicadas a su producción, de las que 31 son de origen protegido y 14 de denominación de origen geográfica.
De este modo, el país presume de ser el 8º exportador de vino y el 3º en número de catas, más de 250 mil en todo su territorio, que abarca todas las regiones de Portugal: desde la región Oporto y Norte a Centro de Portugal, Región de Lisboa, Alentejo, Algarve, Madeira y Azores.
La oferta turística enológica que ofrece Portugal no se queda en la visita a bodegas o quintas donde solo realizar catas, sino también encontramos una amplia variedad de actividades y experiencias a medida, desde museos dedicados al licor de la uva, exquisita gastronomía que van de la mano, joyas arquitectónicas de grandes figuras de la arquitectura nacional como Alvarzo Siza (premio Pritzker), spas y vinoterapia, oportunidades de formación en el sector, al aire libre, festivales para toda la familia, entre otras.
El destino nos invita a conocer más la riqueza del dios Baco, por medio de diferentes rutas y circuitos que cada región ofrece con un atractivo particular que nos conducen a paisajes de extraordinaria belleza, dos de ellos patrimonios mundiales de la UNESCO, como los que encontramos en las regiones vinícolas de Douro y de la Isla de Pico en Azores.
Recientemente, y bajo el lema “Enoturismo, motor del desarrollo rural”, Portugal fue elegida el pasado mes de septiembre para acoger la 5ª Conferencia Mundial de Enoturismo, convocada por la Organización Mundial del Turismo y con el apoyo de Turismo de Portugal. En los dos días de conferencias, se trató principalmente el papel del turismo enológico a la integración socioeconómica regional y en su gran potencial para generar oportunidades de desarrollo en los destinos rurales.
Solo un mes más tarde, Portugal volvió a ser anfitrión de un evento dedicado al vino, el IWINETC, organizado por Wine Events Worldwide, con el que se encontraron proveedores de experiencias enoturísticas y turoperadores. Durante este evento, se presentaron las nuevas Rutas Enoturísticas de Oporto y Norte de Portugal que unirán las regiones de Douro, Vinhos Verdes, Távara-Varosa y Trás-os-Montes.
El gobierno portugués, en los últimos años, ha autorizado una inversión de 60 millones para invertir en el sector a través de diferentes vertientes, desde bodegas o eventos a museos y hoteles, pasando por la formación de personal cualificado, que contribuyan de manera significativa y sostenible a apoyar su patrimonio vinícola y su medio rural.