Mientras los corazones rojos se apoderan de los escaparates durante el mes de febrero, los amantes de los viajes se centran en investigar nuevos destinos y propuestas con las que sorprender a sus parejas en San Valentín o en cualquier aniversario especial.
Desde Turismo de la República Checa, como pretenden que el regalo sea todo un éxito, nos ofrecen algunas pistas para un viaje al país en el que todos encuentren un lugar a su medida.
Bombones, poemarios, cenas, estancias en hoteles… cada año es más complicado sorprender a nuestros enamorados por San Valentín. Sin embargo, en el caso de las parejas más viajeras hay un regalo que siempre es bien recibido: una escapada a un lugar que ninguno de los dos conozca.
Tanto para aquellos que han viajado a Chequia como para los que lo tienen en el radar desde hace tiempo, tenemos una serie de propuestas para quedar de lujo.
Románticos, sibaritas, deportistas, urbanitas, amantes de la exclusividad o el relax… contarán con lugares tan especiales en el país que quizás se conviertan en una meca anual donde sellar el amor cada 14 de febrero.
Para románticos empedernidos
Parece que el romanticismo no está de moda pero os aseguramos que son miles los viajeros que llegan a la República Checa cada año deseando conocer sus magníficos castillos y palacios. Lo ideal es realizar una ruta en la que ir hilvanando sus castillos en entornos urbanos, como el Castillo de Praga, con otros situados en entornos rurales, en la cima de una colina o sobre moles rocosas.
Cada uno de ellos alberga historias sorprendentes llenas de belleza y misterio. Allí os esperan el de Český Krumlov, con un impresionante teatro barroco, el palacio neogótico de Hluboká nad Vltavou, el castillo de Karlštejn, construido por Carlos IV y que alberga los tesoros reales; y el palacio de Bečov nad Teplou, con el relicario de Santo Mauro. Pero existen cientos más…
Para amantes de la belleza
Aunque los jardines en febrero no se encuentran en su máximo esplendor, falta poco más de un mes para que los jardines checos se llenen de color y la primavera toque con su varita mágica cada espacio verde del país.
Para disfrutar de esas imágenes sublimes llenas de belleza sólo hay que saber mirar alrededor y recorrer lugares como los Jardines de Vysehrad, que brindan unas preciosas vistas, o los de Vrtba con su diseño barroco.
Ambos están en la capital checa pero también se puede salir para conocer el diseño de los jardines del palacio de Litomyšl, Kroměříž o Lednice-Valtice, estos dos últimos inscritos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Incluso es una opción comprar una botella de vino e ir a brindar al mirador de Máj, donde el río Moldava se retuerce formando una perfecta herradura.
Para parejas estresadas
El día a día en pareja no es un camino de rosas, así que ¿por qué no organizar una escapada romántica al Triángulo balneario checo que, además, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad en 2021.
La región de Karlovy Vary reúne tres ciudades balneario donde se palpa su trayectoria histórica en torno al termalismo y que están rodeadas de una naturaleza abrumadora.
Para los más ‘culturetas’
Aquellos que aman la vida cultural, caminar por galerías de arte, visitar exposiciones, asistir a obras de teatro o a espectáculos están de enhorabuena en la República Checa porque encontrarán planes a cada paso.
La oferta cultural en Praga es casi infinita con lugares donde vivir noches mágicas.
Para los más activos
¿Quién ha dicho que el romanticismo es únicamente caminar de la mano por la playa? Compartir un subidón de adrenalina mientras se practica escalada, se superan vías ferratas, se desafían rápidos a bordo de una canoa o se surcan los cielos en globo aerostático son experiencias inolvidables.
Esa sensación de afrontar miedos y desafíos juntos puede unir más que cualquier cena a la luz de las velas. Os animamos a conocer la vía ferrata de Bechyně, que discurre paralela al río Lužnice, al sur de Bohemia; a recorrer la amplia red de senderos de sierra de Rychlebské hory; y a practicar rafting en el Moldava a la altura del Parque Nacional de Šumava.
Para los más originales
Para celebrar San Valentín, para una luna de miel o incluso para una escapada original os sugerimos conocer el corazón de acero del país. En la República Checa encontraréis numerosas propuestas con toque industrial que a algunos les parecerá la antítesis de un plan de enamorados pero que son ideales para quienes buscan lugares de vanguardia.
La ciudad de Ostrava propone actividades tan originales como subir en ascensor hasta arriba del horno nº1 y a la terraza del Bolt
Para los más sibaritas
En Chequia se encuentran decenas de restaurantes donde sirven cocina basada en antiguas recetas pero también restaurantes con estrella Michelin que justifican un viaje. Eso sí, si elegimos Field o La Degustation, siendo recomendable reservar con antelación. En el primero se reinterpretan platos y sabores, y en el segundo, se parte de la tradición y la cocina de mercado para proponer una carta innovadora.
Para amantes del lujo
A veces basta rodearse de detalles bonitos para sentirse feliz, y no nos referimos al lujo ostentoso, que también lo podrías encontrar en Chequia, sino al acto de deleitarse con la historia que emana de hoteles centenarios, de cafés donde parece que el tiempo se ha detenido o tiendas en las que cada una de sus piezas narra un relato. Ese placer de pasar la mano por el terciopelo de la silla donde te sientas o el sonido de una copa de Bohemia cuando brindas es el verdadero lujo.
En la República Checa no te faltarán momentos para gozar de esa exclusividad en hoteles como el Barceló Brno Palace o el Art Déco Imperial Hotel, o en cafés como Louvre, Imperial o Savoy. Los enamorados del shopping y el diseño conocerán nuevos talentos y podrán llevarse bonitas piezas en tiendas como Qubus Design Studio, Material Design Store, Lavmi, Papelote o Delive Design Store.
Para amantes del vino
Puede sorprender que recomendemos para una escapada romántica una ruta de bodegas si estás en el país de la cerveza, pero con esta propuesta seguro que conseguimos que los dos miembros de la pareja descubran al mismo tiempo estos vinos tan particulares.
Entre las muchas rutas entre viñedos que se pueden realizar en Moravia del Sur, hay una que es sorprendente y extensa. Se trata de la Ruta de Znojmo, tiene 165 kilómetros y se puede hacer en bicicleta. ¿Paradas obligadas? La Bodega de Šatov y las ruinas del monasterio gótico de Dolní Kounice. Pero también existen muchas otras opciones entre las que elegir.