Entre todos los resorts de lujo que despliega el paradisiaco archipiélago índico, el Finolhu, ubicado en un atolón reserva de la biosfera por la Unesco, tiene un récord tan bello como estimulante: su playa, de más de dos kilómetros, es la más larga de Maldivas y avanza en una espectacular lengua de arena que parte el mar en dos.
No en todas las mecas del lujo está bien visto ir descalzo. El hotel Finolhu, situado en la islita maldiva de Kanufushi, es una excepción. Allí, el código de vestimenta recomendado es barefoot chic y constituye una auténtica declaración de intenciones. Es un paraíso diseñado para disfrutar sin zapatos, entregados por completo a un disfrute 360º.
La República de Maldivas, al sur de la India, está compuesta por 26 atolones, es decir, anillos de arrecifes de coral. El azul del Índico y la arena, casi harina de tan fina y tan blanca,son los colores y la textura que mandan en sus más de 1.200 islas. Noventa de ellas están destinadas al turismo y muchas están explotadas por un sólo hotel, como es el caso de Finolhu, en el atolón Baa.
Las experiencias que ofrece este resort son infinitas: yoga, tratamientos beauty, spa, deportes acuáticos, sala fitness, gastronomía… Bienvenidos a un complejo donde el relax ocupa toda la agenda.
125 VILLAS PRIVADAS
El hotel Finolhu, inaugurado en 2016, aprovechó el cerrojazo que supuso el confinamiento pandémico en 2020 para renovarse por dentro y por fuera. Reabrió en noviembre de ese año y la apertura paulatina de los flujos turísticos ha hecho que la ocupación de sus 125 exclusivas villas vuelvan a llenar la isla de vida.
Pero ojo, nada de aglomeraciones: Finolhu tiene una capacidad para 310 huéspedes y 280 empleados, por lo que disfrutar de ese edén en absoluta calma es un must. En divehi, el idioma maldivo, Finolhu significa ‘banco de arena’, en honor a su superficie, producto de las más de 1.200 especies distintas de coral que tiene su atolón y que han llevado a Baa a ser declarado reserva de la biosfera por la Unesco.
La imagen idílica que todos tenemos en la cabeza cuando pensamos en los más de 150 resorts que tiene Maldivas se supera con creces en Finolhu. El lujo chic, sin ostentación, se traduce en distintos tipos de villas, pero todas decoradas con gusto y los colores propios del archipiélago.
Algunas son flotantes, con maravillosas piscinas infinitas totalmente privadas y acceso directo al mar, sea al Índico o a la laguna, como llaman al charco interior del anillo coralino de la isla. Otras villas miran a la playa de arena, en lo que constituye uno de los rasgos distintivos de Kanufushi y, por ende, de Finolhu: su playa, de más de dos kilómetros, es la más larga de Maldivas y avanza en una espectacular lengua de arena que parte el mar en dos.
PARAÍSO ‘GOURMET’
A Finolhu se va a descansar, a divertirse, a disfrutar de su riqueza submarina, a contemplar el crepúsculo… y a comer bien. Tiene a disposición de sus huéspedes cuatro restaurantes: Beach Kitchen, un fantástico bufé que varía su temática cada día; Kanusan, dedicado a la alta cocina; Arabian Grill, que ofrece la riqueza árabe; y el Crab Shack, que ha sido reconocido como el Mejor Restaurante de Lujo junto a la playa (Best Luxury Beachside Restaurant) en los World Luxury Restaurant Awards de 2020. En él, de nuevo, comer descalzo con los pies sobre la arena es el particularísimo dress code, mientras un Dj ameniza la degustación de exquisitos platos con el cangrejo como ingrediente estrella. Podemos comer tacos de cangrejo de cáscara blanda con chipotle, croquetas de atún con mayonesa de chili, cangrejos de barro con curry… Toda una experiencia relajada, sabrosa y, sobre todo, muy divertida.
ALOJAMIENTOS SINGULARES
Finolhu da una vuelta de tuerca al concepto de alojamiento premium. Por una lado, 76 de sus villas tienen piscina privada y el sumun de esta experiencia de lujo y exclusividad la representa su Rockstar Villa, destino de celebrities y diseñada para que el cliente se sienta como una auténtica estrella. Estos son sus mimbres para lograrlo: acceso directo al mar, 460 metros cuadrados repartidos en dos grandes dormitorios, piscina infinita de ocho metros de longitud, vinoteca privada, amplias bañeras y relajantes duchas al aire libre… Y alrededor de ella, nada, tan sólo el océano.
Además es el único hotel de Maldivas que posee una Beach Bubble, una habitación burbuja privada, a pie de playa, que permite dormir frente al mar y bajo las estrellas. La experiencia se puede completar con un paseo en dhoni, la embarcación típica de las Islas Maldivas, una barbacoa privada para cenar y un desayuno servido en la playa.
TESORO SUBMARINO
El Atolón Baa es también reserva de la biosfera por la Unesco por su apabullante fauna submarina, que lo convierte en uno de los destinos de buceo favoritos en Maldivas. No es necesario ser experto, ni mucho menos, para disfrutar de un espectáculo inigualable bajo el mar: es perfecta la alternativa del snorkel y el centro de buceo de Finolhu adapta las actividades también para niños, puesto que son muchos los huéspedes que lo visitan en familia.
En la laguna interior de Finolhu, marcado con una boya, nadando desde la playa o desde alguna de las villas, es posible ver ya bancos de peces y hasta mantarrayas, aunque sus propuestas estrella son actividades dirigidas por buzos expertos: excursiones en grupo, inmersiones nocturnas, salidas privadas…
Una de las actividades posibles es un imán que atrae a numerosos turistas del todo el mundo: a unos 45 minutos en lancha rápida de Finolhu se encuentra la Bahía de Hanifaru. Allí, durante la temporada de lluvias (de mayo a octubre) el monzón del suroeste empuja grandes cantidades de plancton, principal fuente de alimento de mantarrayas y de tiburones ballena, convirtiéndola en uno de los mejores lugares del mundo para avistarlos.
GUÍA PRÁCTICA
VUELOS. Operan una treintena de aerolíneas de todo el mundo. Algunas, con lujosas y confortables cabinas en business class, como Singapore Airlines, permiten volar desde España con escalas (www.singaporeair.com). Iberia cuenta con vuelos directos desde Madrid.
FINOLHU BAA ATOLL. Los alojamientos de ensueño de este hotel en el atolón de Baa cuestan desde 400€ por noche hasta 2.500, si quiere disfrutar de una villa enorme y magnífica con piscina infinita privada. Muchas incluyen servicio de mayordomía (www.finolhu.com ).