Con un enfoque excéntrico y atrevido, este nuevo alojamiento propone un viaje intergaláctico en el distrito de los negocios.
¿Puede haber humor y desenfado en la seriedad de un distrito marcado por los rascacielos y los trajes de corbata? ¿Puede existir un resquicio de color y relax en medio de una jungla de asfalto por la que culebrea un reguero de ejecutivos a toda prisa?
La respuesta es sí. Se llama Mama Shelter La Defense y es un hotel-restaurante-rooftop-punto de encuentro que ha revolucionado el barrio de los negocios de París. Un lugar que desafía todos los códigos y da una vuelta de tuerca (o varias) al concepto de alojamiento.
Muchos no lo saben, pero la ciudad de la luz cuenta con uno de los distritos financieros más grandes y activos de Europa, tan sólo comparable a la City de Londres. Más allá de la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo o el Sacre Coeur de Montmartre, hay otro París que se dibuja como un conglomerado de acero, vidrio y hormigón.
Filosofía audaz
Aquí, precisamente, es donde acaba de abrir sus puertas la tercera criatura que tiene en la capital francesa Mama Shelter. Una marca perteneciente al grupo Accor, cuyo enfoque excéntrico y rompedor no sólo ha sido un bombazo en la escena hotelera francesa sino también en la del resto del mundo. Hoy cuenta con establecimientos en ciudades tan variopintas como Londres, Praga, Roma, Lisboa, Los Ángeles o Río de Janeiro.
Fundada por la familia Trigano (cofundadores de Club Med), su clave es alumbrar hoteles poco convencionales. Locales con un punto de extravagancia que apuestan por los precios competitivos, los diseños fuera de lo común, la gastronomía de calidad y los eventos divertidos que atraen tanto a los locales como a los viajeros internacionales.
Hacer feliz a la gente
Todo esto es lo que encontramos en su más reciente apertura en La Defense de París, que está sólo a cinco paradas de metro de los Campos Elíseos. Luz, vida y alegría en lo que antaño fueran las oficinas de un aburrido banco francés. Como apunta Cecric Gobilliard, CEO de Mama Shelter, “la elección de abrir un Mama en este barrio demuestra, una vez más, la audacia y la fuerza de la marca. “Uno siempre vuelve a Mama para olvidar las preocupaciones, para buscar amor, cuidado y protección. Por eso nuestra máxima es hacer feliz a la gente”, añade.
Con esta idea se ha pensado el diseño, decididamente moderno e innovador. Para ello la cadena (que en sus inicios trabajó con Philippe Stark) cuenta con Mama Design, su propio estudio comandado por Benjamin El Doghaili, quien para La Defense se basó en “la idea de arañar el cielo”. En virtud de este deseo, el hotel propone algo así como un viaje intergaláctico.
Detalles únicos
Todo en Mama La Defense remite a esta aventura. Desde la alfombra del vestíbulo con temática espacial hasta los estampados del techo inspirados en el cosmos, pasando por los ascensores y las escaleras mecánicas que conducen al área de recepción, ambos decorados con luces de neón, meteoritos, planetas y estrellas fugaces.
Y esta línea también está presente en sus 211 habitaciones repartidas en 14 plantas, donde se sigue la fórmula que ha hecho de Mama Shelter un éxito de alojamiento: una cama ultracómoda de la que cuesta salir, un mobiliario atrevido (espejos con mensajes de la marca, máscaras y lámparas retro, taburetes como mesillas de noche…) y, sobre todo, unas vistas espectaculares sobre la ciudad en cuestión. En este caso, sobre la icónica torre Eiffel, que se alza en el horizonte.
Comer, beber… y bailar
Especialmente relevante es el apartado gastronómico, al que se presta toda la atención y cuidado. Para ello cuentan con el chef Pierre Chomet que ha ideado una carta de recetas clásicas, pero con un toque rompedor como la esencia del propio hotel. Sus platos salen de una cocina abierta y sus tragos de un bar con formato de isla alrededor del cual se pueden sentar los clientes.
Todo esto, en el dinner de la primera planta, al lado del bar deportivo donde decenas de pantallas retransmiten los deportes en vivo de todo el mundo y donde uno puede divertirse con las máquinas de pinball y futbolín.
Pero para descubrir el place to be de Mama Shelter La Defense hay que subir a la planta 14, donde reside el restaurante panorámico con su fabuloso rooftop. Acaba de abrir y ya es el último grito de la ciudad. Un piano de cola retroiluminado, coloridas paredes y una incombustible animación lo convierten en el place to be de París para degustar un brunch, alternar a la salida del trabajo o entregarse a una velada de bailoteo… hasta que el cuerpo aguante.