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Hotelería

Nuevo hotel porteño entre los mejores de Booking y Expedia

La industria hotelera pone el ojo en las plataformas, con la atención al huésped como emblema. El caso del hotel Palladio Buenos Aires MGallery.

El hotel Palladio Buenos Aires abrió sus puertas el 13 de noviembre de 2018, justo para recibir a los contingentes que llegaban a la ciudad para el G20. Desde su inauguración, el hotel tuvo un crecimiento notable gracias a su atención al huésped y su trabajo para posicionarse en buscadores como Booking, resultado de una estrategia de marketing integral.

Lo que queda claro es que la industria cambió totalmente. Ya no basta con causar una buena impresión para hacerse de las recomendaciones boca a boca, sino que cada detalle cuenta a la hora de conformar reviews en las distintas plataformas: en la era de las calificaciones, el más mínimo error puede jugar en contra. «Hoy todo el partido se juega en las redes y el 90 por ciento en el teléfono. Prácticamente el 80 por ciento de las acciones pasan online y por el celular directamente», explica Fabián Geuna, su gerente General.

Los equipos de ventas y marketing del hotel trabajaron su posicionamiento online. Desde la etapa de preapertura, se establecieron acuerdos con OTA (online travel agency) como Booking y Expedia, así como convenios con el segmento de tour and travel, que contribuyeron a aumentar la visibilidad del nuevo hotel. Además, invirtieron en publicidad en redes sociales y trabajaron para mantener una buena reputación en plataformas como TripAdvisor, donde actualmente ocupan el séptimo lugar entre los 550 hoteles de Buenos Aires que figuran en el buscador.

Desde su inauguración, el hotel tuvo un crecimiento notable gracias a su atención al huésped.

El compromiso con la excelencia en el servicio al huésped fue una de las claves del éxito del Palladio. Desde su apertura, el hotel se mantuvo con un alto estándar de servicio, lo que se refleja en las altas calificaciones obtenidas en plataformas como Booking, donde ostentan un 9,4 sobre 10, y en Expedia, donde tienen una calificación de 9,6 sobre 10. Además, el hotel utiliza una herramienta interna de medición de satisfacción del huésped llamada «Trust You», donde su performance es de 95,43: se trata del mejor resultado de los hoteles de la cadena dentro de América latina.

Las OTA son cada vez más relevantes para el sector. En el caso de Palladio, entre un 20 y un 25 por ciento de las reservas llegan a través de las plataformas, incluso cuando se trata de una experiencia premium: «Las plataformas venden una cama, no una experiencia. Pero aun cuando compran a través de una plataforma los huéspedes luego buscan en lujo. Ambas cosas pueden convivir», señala Geuna.

Su diferencial, entonces, fue mostrarse como un hotel de lujo accesible. Con 113 habitaciones, pueden trabajar en personalizar la experiencia de cada huésped. «Nos lo permite la masa que tenemos de habitaciones y la verdad es que tenemos un equipo de gente que entiende la estrategia y que realmente hace un trabajo excelente en darle servicio al huésped», agrega el gerente.

Desde su apertura, el hotel se mantuvo con un alto estándar de servicio, lo que se refleja en las altas calificaciones obtenidas en plataformas como Booking, donde ostentan un 9,4 sobre 10, y en Expedia, donde tienen una calificación de 9,6 sobre 10.

La ubicación del Hotel Palladio Buenos Aires también fue determinante. Situado en Av. Callao 924, se encuentra en una zona privilegiada de la ciudad, cerca de la avenida Santa Fe y de varios shoppings, lo que lo hace atractivo para los huéspedes que buscan comodidad y conveniencia en su estancia en Buenos Aires. «No había hoteles cinco estrellas en la zona y antes de abrir había dudas sobre la ubicación. Pero nos sorprendió a todos porque hoy la gran mayoría del público considera que la ubicación es excelente», dice Geuna.

Nuevo, pero con historia

Si bien el hotel abrió sus puertas hace pocos años, el edificio cuenta con una rica historia, y desde su concepción han sabido combinar lo moderno con toques clásicos.

Ubicado en el eje del tradicional barrio de Recoleta, frente a la plaza Rodríguez Peña y el Palacio Pizzurno, sus calles y avenidas trazan recorridos por aquella zona que supo ser refugio de la aristocracia porteña en el siglo XIX.

Los palacios de Buenos Aires fueron construidos por la clase burguesa entre 1880 y 1930, dispersos en diferentes barrios de la ciudad, enriqueciendo las vistas por sus imponentes construcciones de estilo europeo, dejando como herencia ese rico patrimonio cultural. Estas construcciones eran utilizadas como viviendas, algunas para residencia permanente y otras como casas de veraneo, descanso y de fin de semana. Para su construcción recurrieron a materiales, arte y objetos europeos; contrataron arquitectos y diseñadores franceses, italianos, alemanes y belgas, los mismos que contribuyeron con su conocimiento, estilo y buen gusto para forjar la imagen de la nueva Buenos Aires de esos tiempos. A estos palacios, se los conocía en aquella época por el apellido de los dueños.

El lugar donde hoy se encuentra el Palladio, supo ser el solar donde nació Nicolás Rodríguez Peña.

El lugar donde hoy se encuentra el Palladio, supo ser el solar donde nació Nicolás Rodríguez Peña, y por quien la plaza ubicada en frente lleva su nombre. Cuenta la historia que en el año 1810 en esa antigua casa se realizaban reuniones secretas entre grandes próceres argentinos para empezar a gestar lo que fue la Revolución de Mayo.

Casi un siglo después, el edificio pasó a ser un petit hotel francés de cuatro pisos, realizado por el Arquitecto Luis Marin. Más tarde, se instaló una mutual hasta que surgió el proyecto de transformarlo en el hotel que es hoy.

Con sus cuatro niveles: basamento, planta noble, planta de habitaciones privadas y mansarda, en su interior se destacaban escaleras de mármol, grandes vitraux, chimeneas de mármol y salones amplios recubiertos de boisseries de roble decoradas y talladas a mano. En la actualidad el edificio moderno contrasta con aquella arquitectura de estilo europeo que caracteriza al barrio.

Gracias a un grupo de especialistas que trabajaron en la restauración y puesta a punto del hotel, se logró rescatar la boisserie de madera de roble que revestía las paredes de dos de sus salones principales. Se trabajó en su restauración y adecuación, y supieron darle vida para que hoy sean protagonistas.

Por último, el hotel recibe su nombre por Andrea Palladio, arquitecto italiano de la República de Venecia, quien sentó las bases de un nuevo lenguaje arquitectónico basado en la proporción y los órdenes arquitectónicos antiguos, y supo actualizar la herencia de las formas clásicas. Es llamado el ¨padre de las columnas¨, y remite a aquella arquitectura neoclásica de pórticos de doble altura y elegantes escalinatas inspiradas en los templos griegos. Fue un gran maestro para grandes arquitectos europeos, quienes supieron dejar su impronta en el Buenos Aires del siglo XVIII. Grandes obras se pueden apreciar al día de hoy con un estilo neoclásico, como la Catedral Metropolitana, la Facultad de Derecho, el Congreso de la Nación o el Teatro Colón.

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