Arte, gastronomía, mixología y arquitectura convergen en el proyecto más reciente de Hamak Hotels.
Con una ubicación privilegiada en la colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, a tan solo dos cuadras del emblemático Ángel de la Independencia y a una de Reforma, Volga es un nuevo hotel de lujo que recientemente ha abierto sus puertas.
La majestuosidad de Volga, cuyo nombre proviene de la calle donde se encuentra, está innegablemente vinculada al río más largo de Europa, un símbolo de movimiento y vida, elementos que también forman la esencia de este proyecto operado por Hamak Hotels.
Contrastes maravillosos
Inspirado en la reconversión urbana y la sostenibilidad natural, este hotel ha sido diseñado con la visión arquitectónica y el diseño de interiores del equipo de JSa, liderado por Aisha Ballesteros y Javier Sánchez.
Como un auténtico estudio de contrastes, el edificio adopta un enfoque contemporáneo y minimalista con un exterior brutalista que da paso a un núcleo central expuesto y abierto.
Este enfoque resulta evidente en el escenario principal de la propuesta creada por el reconocido despacho: el patio central con su magnífico tragaluz.
Con las habitaciones dispuestas a su alrededor, como palcos que miran hacia un cenote urbano, cada huésped tiene siempre un lugar para contemplar el crisol social, musical y gastronómico del hotel.
La pieza central de este espacio es una impresionante instalación artística de un paisaje aéreo creada por la artista Perla Krauze en lava, piedra, latón y travertino. Además, el diseño del piso de piedra dispuesto debajo del gran atrio también es fruto de su trabajo.
Mucho más que un hotel
Al igual que el fluir de un río invita a disfrutar su caudal constante a través de diversos sentidos, este proyecto alienta a sus visitantes a sumergirse en un torrente de experiencias sensoriales sin paralelo.
Aquí, cada huésped construye su narrativa a través de vivencias personales que parten de la abstracción de las sensaciones que crean los aromas, las texturas, los vibrantes colores y los sonidos propios de este lugar.
De esta manera, Volga permite a sus visitantes disfrutar del arte desde otros ángulos, con visuales que trascienden y sonidos que cautivan, todo a través de una curaduría de clase mundial de actividades preprogramadas y happenings que prometen inspirar a quien sea testigo de ellos.
Por si esto fuera poco, el proyecto cuenta con una alianza con House of Kirschner, dirigida por el productor de eventos Mauricio Kirschner, para diseñar las experiencias de entretenimiento de los huéspedes.
Una travesía hacia adentro
Mientras que la impactante arquitectura de Volga bordea por momentos la teatralidad, la propuesta de interiorismo desarrollada por JSa para las 49 habitaciones del hotel se mantiene en la línea de una sofisticación minimalista y natural.
Los interiores cuentan con materiales como madera, piedra, cristal e incluso mármol turco distintivo en las diferentes categorías de suites –entre las que se encuentran 2 master suites y 14 suites–. Detalles como la colaboración con Aromaria para una línea aromática y relajante de amenities exclusivos para este hotel hacen de la estancia un evento inolvidable.
En lo alto del edificio, el rooftop permite disfrutar de un espacio para relajarse, tomar un baño de sol, refrescarse en el canal de nado o probar una selección de snacks y lo mejor de la mixología etnobotánica, con vistas insuperables a la ciudad.
Además, esta propuesta ofrece una curaduría de experiencias in and outdoor diseñadas a la medida, una concept store curada por Alida Rodríguez y Sally Zaga, un espacio experimental para una pop up emergente, una mezcalería, y, próximamente, un restaurante Omakase, que abrirá sus puertas a finales de este año. En adición, la experiencia gastronómica del hotel, desarrollada por Edo Kobayashi, parte de un concepto de comida mediterránea ofrecida por el restaurante Elora.
Ideal para trendsetters, entusiastas de la cultura, aficionados a la gastronomía y mixología, así como viajeros y residentes locales en busca de nuevas emociones, Volga es más que un punto de encuentro ideal por su proximidad a los hotspots de la Roma y la Condesa, pues es un mundo en sí mismo, un entorno arquitectónico sin igual.