Roma celebra el Jubileo 2025, y una de las medidas para evitar aglomeraciones afecta a uno de sus monumentos más visitados: la Fontana di Trevi.

La fuente más famosa de Roma ya ha reabierto al público después de un periodo de reformas, pero lo hace con nuevas normas y preparándose ya para el Jubileo de 2025. En este sentido, las obras de renovación del monumento, que pertenece al siglo XVIII, han costado unos 327.000 euros y permitirán controlar un aforo que será de 400 visitantes al día.
“De esta manera, los visitantes tendrán amplia oportunidad de observarlo y comprender los valores que encarna”, afirmó Claudio Parisi Presicce, superintendente de patrimonio cultural de Roma. En la página oficial del Ayuntamiento de Roma, explican que el acceso de estas 400 personas será por la escalera central, mientras que la salida se realizará por la cancela del lado de la Via dei Crociferi. Esta medida está ya en funcionamiento desde el 22 de diciembre.
Las visitas están reguladas de la siguiente manera: todos los días de 9.00 a 21.00h (último acceso a las 20.30h); los lunes y viernes a partir de las 11.00h para permitir las operaciones de recogida de monedas; los lunes alternos de 14.00 a 21.00h para vaciar y limpiar el depósito. Y la entrada será libre a partir de las 21.00h.
De momento en las páginas oficiales no se hace referencia a ningún tipo de pago para acceder, aunque en algunas webs, como la CNN, aseguran que hay que hacer una reserva online de dos euros. Como ya anunciamos, el Ayuntamiento estaba valorando esa opción, pero es posible que estén esperando a ver si funciona o no el aforo limitado.
Tal y como explican, tanto en la entrada, como la salida y el interior del monumento habrá personal de seguridad. Ya no está permitido comer, beber o fumar cerca de la fuente, y aunque los visitantes pueden moverse libremente, está prohibido sentarse en el borde de la piscina.

La Fontana di Trevi, un ejemplo de la masificación de los monumentos en Europa
La ciudad, una de las más visitadas en Europa, con un récord de visitas de 50 millones de personas en 2023, un 45% más que el año anterior, se ha convertido en los últimos años, y, sobre todo en las zonas más turísticas, en un parque de atracciones. Los turistas se agolpan en la Fontana di Trevi para tocar el agua y realizar uno de los rituales más populares para atraer la buena suerte, lanzar una moneda de espaldas a la fuente.
Las multitudes no traen nada bueno a las ciudades, colapsan las zonas peatonales y no permiten disfrutar de los monumentos tranquilamente. Esto es lo que ha ocurrido con lugares como la Fontana, que al estar en una plaza “relativamente pequeña” provoca atascos, más basura y problemas con los vecinos y comercios de alrededor. La situación ha llegado a tal extremo que el Ayuntamiento de la ciudad se ha planteado cobrar a los turistas por entrar a visitarla.
Esto ya ocurrió en 2023 con el Panteón de Agripa. Para evitar las aglomeraciones, el Ministerio de Cultura aprobó el pago de una entrada para turistas de 5 euros. Lo único distinto es que se trata de un espacio que puede cerrarse al público, algo más complicado cuando se trata de una fuente en una plaza de paso diario. La idea, tal y como señaló el propio alcalde, Roberto Gualtieri, sería hacer pagar unos dos euros por el acceso para disfrutar de la experiencia, aunque por el momento no se ha hecho efectiva. “Debemos conseguir que el turismo sea más compatible con la vida de los romanos y que sea más digno y pueda integrarse en la vida cotidiana de nuestra ciudad. En el caso de la Fontana di Trevi -nos lo dicen siempre los policías locales- hay una concentración de gente que dificulta el uso adecuado del monumento y es también a menudo una fuente de degradación», informó el alcalde a los medios locales.
Esto pondría fin a la posibilidad de vivir alegremente la Dolce Vita italiana, aunque, no sería la única vez que algo así se ha puesto en marcha. En 2017, ya se propuso prohibir el acceso a la fuente para combatir aglomeraciones.
El éxito del Panteón ha abierto una nueva puerta a privatizar algunos monumentos. Así lo expresaba la ministra de Turismo, Daniela Santanchè, que se muestra partidaria a esta posibilidad: «Tenemos que rentabilizar nuestra riqueza, por eso está bien cobrar y crear un mecanismo de reservas, y no un número limitado, para regular los flujos y brindar mejores y sostenibles servicios a los turistas». Sin embargo, no para todos es una buena noticia, los grupos de la oposición acusan al Ayuntamiento de querer mercantilizar los monumentos. Habrá que esperar algunos meses para saber con más detalles cuál será el futuro de la Fontana di Trevi.

Un mito en Roma
La Fontana di Trevi es uno de los mitos de Roma, su fuente más enigmática, símbolo de los felices años 50, de la Dolce Vita de Federico Fellini. La creación de la actual fuente se debe al Papa Clemente XII quien, en 1732, convocó un concurso en el que participaron los principales artistas de la época. Entre los diversos proyectos presentados se eligió el del arquitecto Nicola Salvi. Sin embargo, la construcción no fue completada hasta que llegó Giuseppe Pannini, quien la modificó parcialmente. Después de una restauración en los años 1989-1991, la penúltima importante tuvo lugar en 2014, gracias a la contribución financiera de la Maison Fendi. La última ha sido este 2024, cuando se ha podido hacer una restauración a tres fases en la que la limpieza ha sido la base de todas ellas. La humedad, el agua y agentes atmosféricos externos han degradado no solo sus figuras escultóricas sino también los hierros que la sostienen.
Adosada al Palacio Poli, la fuente se divide en un gran estanque animado por la representación escultórica de numerosas plantas y el espectacular fluir del agua. En el centro, domina la estatua de Océano conduciendo el carro en forma de concha, tirado por el caballo furioso y el caballo plácido, frenado por dos tritones. Mientras, en la fachada, estructurada a modo de arco triunfal, hay dos relieves que aluden a la leyenda de la fuente y a la historia del acueducto (que se encuentra bajo ella y es uno de los pocos en funcionamiento en la ciudad): a la derecha, la virgen indicando la fuente a los soldados romanos y, a la izquierda, Agripa ordenando el inicio de las obras de construcción del acueducto. Todo ello, se completa con dos figuras alegóricas que exaltan los beneficios del agua, la salud y la abundancia.
Este mito, sin embargo, se ha ido degradando con el tiempo. Entre los principales problemas relacionados con las aglomeraciones están las dificultades para limpiar el lugar, mantener cierto orden público, además de determinadas actitudes poco responsables. Hace poco el Ayuntamiento empezó a multar a los visitantes que se metieran en la fuente con 550 euros. A pesar de ello, aún hay algunos que siguen saltándose las normas.
Tiene algo de sentido, la Fontana de Trevi fue el escenario de la escena más famosa de la película La Dolce Vita del director Federico Fellini, en la que Anita Ekberg, envuelta en un largo vestido de noche negro, llama a Marcello Mastroianni mientras se sumerge sinuosamente en las aguas de la fuente. Aquello quedó en el mito, obviamente, y hoy solo quedan imágenes para no dormir.
Lo que es seguro, es que la fuente sirve para recaudar dinero. En 2022, se recolectaron más de 33,000 kg de monedas, lo que equivaldría a 1’432,953.74 €. “La cifra más alta desde que gestionamos estos fondos”, explicó Giustino Trincia, director de Cáritas de Roma en un artículo para el ABC.