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Hotelería

Nekajui, A Ritz-Carlton Reserve

Una muestra perfecta de lo mejor de Costa Rica, concentrada en un solo entorno de naturaleza y lujo.

¿POR QUÉ RESERVAR?

Para degustar una muestra perfecta de todo lo que ofrece Costa Rica: una frondosa vida vegetal, aguas azules, fauna por doquier y la comida más fresca que jamás hayas probado. Ah, y el funicular.

EL AMBIENTE

La península de Papagayo, un inmaculado enclave costero en la región noroccidental de Guanacaste, lleva atrayendo turistas a su bahía 20 años, después de que Four Seasons inaugurara aquí su resort. Andaz siguió su estela una década década después y, con una estudiada precisión, llega al catálogo una tercera propiedad. Todas son diferentes entre sí, a pesar de su proximidad y sus recursos compartidos, como el campo de golf y el proveedor de equipo de aventura Explorers, con quienes puedes hacer canoa y tirolina. Es una situación de lujo simbiótico en la que Nekajui (‘jardín’ en la lengua del pueblo indígena chorotega) es la colorida guinda del pastel, un ave del paraíso que posa con elegancia desde su nido en lo alto de la colina. Desde esta atalaya tienes unas vistas inmaculadas de la ladera boscosa y llena de simios que desciende hasta el Pacífico. Estés donde estés, en alguna de las tres piscinas (una de las cuales es solo para adultos), en el puente colgante que une la estructura principal (La Casona) con algunas de las habitaciones, tendrás unas vistas arrebatadoras del atardecer.

LA HISTORIA

Ritz-Carlton Reserves es la incursión más profunda hasta la fecha de esta icónica marca cinco estrellas en el lujo total. Se ha descrito de muchas maneras: como una respuesta a Aman; “como si todo el hotel fuera un club”; y, por supuesto, como la añada gran reserva del viñedo Ritz-Carlton, consistente en sabores más refinados. El bajo número de habitaciones no hace más que reforzar la exclusividad de la puesta en escena, en la que sientes como si te estuvieras hospedando en la finca de un amigo especialmente próspero; no verás a mucha gente, en proporción al espacio.

LAS HABITACIONES

Las habitaciones cubren todo el abanico de posibilidades, desde los dormitorios estándar que orbitan el edificio principal, La Casona, y su patio hasta las suites y villas más amplias. Tengan el tamaño que tengan, y la mayoría tienen una capacidad considerable, estas habitaciones son totalmente cómodas y modestas, con motivos de madera tallada en las paredes y suaves suelos de terrazo. En las suites, una humilde entrada da paso a un enorme salón completo con un mueble modular, mesita de café y una estantería integrada que oculta una enorme televisión; si quieres desconectar durante tu visita, algo que recomendamos mucho, puedes hacer como que no hay. Hay un alto nivel tecnológico, pero muy discreto, con comandos extensos pero fáciles de seguir para atenuar las luces y hacer funcionar el ventilador de techo. Es fácil bloquear la luz y las miradas indiscretas de las puertas de cristal de techo a suelo que cubren la pared oeste y ofrecen impresionantes vistas de la colina: con solo pulsar un botón, se extienden las cortinas. Los balcones encarados al mar, garantizados en cualquier categoría de habitación, pueden o no tener piscina.

Si te suena bien la opulencia de la suite, que sepas que en realidad las tiendas de campaña son las más suntuosas. Son tres y se ubican en la elevación más baja de todos los alojamientos, a apenas un salto de la playa más abajo. Cada una cuenta con dos dormitorios (uno de los de la tercera tienda de campaña es una litera, mientras que las otras son de una perfecta simetría con sus planos de dormitorio king size). Las habitaciones están conectadas con un enorme salón de altura baja que, cuando se abren las solapas de la tienda, se funde a la perfección con el porche, sus sofás bajos y su piscina.

GASTRONOMÍA

Cualquiera que trabaje sirviendo comida o bebida en este resort estará encantando de cantar las alabanzas de trabajar en hostelería en Costa Rica. La calidad de la comida se debe en parte al talento de los trabajadores, pero ellos te dirán que el secreto está en la calidad propia de las verduras y la carne. Liderado por la intrépida chef Lulu Elizaga, el programa gastronómico es de primera categoría y sen mantiene en varias ubicaciones. Están Mirador, el concepto de desayuno de Elizaga con una encantadora opción continental “de la fuente a la mesa” en la que puedes escoger fruta fresca, pastas y charcutería de una bella mise en place que presentan junto a la mesa (también tienes que probar las entrañas con huevos, tan sencillos y a la vez tan ricos); al subir las escaleras, Café Rincon es un local excelente y casual con un fabuloso café costarricense (algunas variedades las tuestan in situ), además de un expositor de pastas rebosante de cruasanes mantecosos y repostería inventiva y un menú que te permite empezar el día con burritos de desayuno o boles de açai.

Por la noche Elizaga le pasa el testigo de mirador al chef Diego Muñoz para que lleve a cabo Puna, su concepto de cenas peruanas, en el que el ceviche y las ostras dan el pistoletazo de salida a una comida potencialmente larga pero siempre fabulosa que abarca el tuétano, el pollo y los langostinos en escabeche, y una suculentísima panza de cerdo). Por su parte, Lulu ha diseñado la cena del Niri Beach Club, lleno de influencia ibérica, donde el suave aroma de la leña ondea con la brisa oceánica gracias a la cocina abierta y a sus hornos de leña. No puedes perderte la pesca del día asada, la esponjosa tortilla de patatas y las cocas con jamón ibérico e higos.

EL SPA

Nimbu Spa & Wellness, escondido junto a las tiendas de campaña, es la estrella del espectáculo con su gigantesca infinity pool de hidroterapia, hasta la que puedes bajar en albornoz desde una grandiosa escalera. En este nivel superior de entrada hay una parte para hombres y otra para mujeres flanqueando la escalinata, cada una equipada con piscina fría, sauna seca, sauna de vapor y duchas. La chef Lulu ha creado un menú ligero de ensaladas (a las que puedes añadir proteínas limpias como frijoles negros o pollo mechado), smoothies y zumos para una digestión fácil antes o después de la relajación. Los tratamientos son claros y directos, con todo tipo de combinaciones de exfoliaciones corporales, masajes y tratamientos faciales.

LA ZONA

Es probable que la península de Papagayo sea lo más parecido a un club de campo que vas a encontrar en Costa Rica, con sus extensiones de hierba cortada en el punto de acceso. Pero al atravesar las puertas te espera un lugar de naturaleza totalmente comprometido con la conservación por medio de varias iniciativas. Te encontrarás cara a cara con monos (tanto aulladores como cariblancos), coatíes y tal vez algún leopardo. También están los servicios de Explorers, que ofrece todo tipo de aventuras en los 17 kilómetros de costa, de tirolina y un circuito de cuerdas en las copas de los árboles de la reserva de Palmares, de 100 hectáreas, a canoa (cuentan con un velero) y esnórquel en las aguas cristalinas.

EL SERVICIO

Esto es pura hospitalidad costarricense. Abierto, cercano y sonriente, el personal se aprenderá tu nombre… y tú querrás aprenderse los suyos. Todas las habitaciones tienen un manzu (‘amigo’ en lengua chorotega) cuyo trabajo es asistirte en todo lo que puedan (no estarán encima de ti ni tendrás que sentirte mal por no estar recorriendo mucho a ellos; puedes conseguir su WhatsApp en el check-in y conversar con ellos por esa vía). Si necesitas un carrito de golf que te lleve a la playa o no tienes claro a qué hora es la reserva en Puna, tu manzu tendrá todas las respuestas.

¿ES FAMILY-FRIENDLY?

Hace tiempo que Costa Rica es un destino excelente para familias por todas las aventuras que proporciona Explorers y que hemos mencionado antes. En la propiedad también hay un completísimo kids’ club, en caso de que necesites un respiro. El parque de juegos bien podría estar entre los más adorables del mundo gracias a sus columpios en forma de bicho.

ACCESIBILIDAD

Los ascensores y rampas hacen que la estructura principal sea fácil de sortear para todos, y se puede llamar fácilmente a un buggy para llevar a los huéspedes allá donde lo necesiten. El funicular también garantiza que todo el mundo pueda llegar a Niri Beach Club, aunque las escaleras que hay a continuación hacen que la playa sea menos accesible.

¿QUÉ QUEDA POR CONTAR?

Mantén los ojos y los oídos abiertos para descubrir experiencias secretas, además del desarrollo de actividades exclusivas para la propiedad, como observación de las estrellas.

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